12 febrero 2013

ATISBO 159. OSLO Y LA HABANA 2 : LA IMAGINACIÓN PACIFICADORA. Resumen, hipótesis principales.


OSLO Y LA HABANA 2 : LA IMAGINACIÓN PACIFICADORA
Humberto Vélez R.

Nota Introductoria.
En el anterior Atisbos, el número 158, expectante de desarrollos y resultados del proceso Santos-Guerrillas, prometimos que, en cada uno de los  números siguientes,  no escribiríamos más de tres cuartillas. Pero, ocurre que como  no las podemos dejar huérfanas de muchos contextos, hacemos una excepción diciendo que en  este Atisbos nos extenderemos  a muchas  cuartillas más, pero no más de las necesarias para darle un marco conceptual analítico  adecuado al proceso de Oslo y  de la Habana 2.

ABSTRACT

QUINCE  TESIS PRECISAS  DE CONTEXTO.

1.   Si alguien me preguntase en qué contexto de historia objetiva y simbólica  se encuentra el conflicto político interno de Colombia en este octubre del 2012- pero sin pretenderme como poseedor de la “verdad científica, pues a ésta la tenemos que construir entre todos- , ensayaría la siguiente hipótesis: Las guerrillas del ayer de 1998 – Farc y Eln-  no son Las guerrillas  de hoy 4 de octubre del 2012. Como para decir que tanto en las estrategias como en las posiciones territoriales y en  las mismas representaciones simbólicas se han producido importantes cambios. En 1998, ningún General- y  entre ellos incluyo al  duro tropero General  Mora-  se opuso de modo abierto a que Pastrana aceptase el Modelo Caguán, apuesta de despeje  hecha por las Farc. Y asumieron esa conducta porque sentían que los farquianos, tras duros y humillantes golpes propinados al Ejército en la segunda parte de la década del 90, estaban a punto de quebrar el equilibrio militar estratégico del Estado. Al respecto, recordar el evento más representativo, el de la toma de la Base Militar de las Delicias. Por su parte, las Farc se imaginaban que estaban a las puertas del poder. En la actualidad, en cambio, la situación es muy distinta: mientras  que los Generales saben que ya no perderán la guerra, pero que tampoco la han ganado, el Secretariado y el COCE saben que ya no la ganarán pero que tampoco la han perdido. Entonces, en una situación así, como nunca las condiciones son propicias para una negociación.
2.      Negociar con las guerrillas no es construir paz en Colombia, es sólo el inicio de un complejo y dificultoso proceso, pues, y ¿los otros conflictos internos armados? ; y ¿la cultura intolerante?; y la profunda inequidad social que atraviesa al conjunto de la sociedad colombiana?
3.    “Esta vez, la aproximación tiene que ser distinta porque otra es la situación objetiva y simbólica de la guerra interna…”.
4.            “Entonces, imaginación política, generosidad y apertura mental, cualidades esenciales para que en Oslo y la Habana 2, pueda desplegarse la imaginación pacificadora, figura ésta, entre romántica y racional, tan ausente en las pasadas apuestas de negociación”.
5.            “Ojalá los bandos pudieran ir a Oslo y a la Habana 2 provistos de otro espíritu- de cierta dosis de “espíritu de conciliación”-  para que los acuerdos no arrastren consigo la fragilidad de ser un mero producto de relaciones de poder”. “La experiencia histórica ha enseñado que un “espíritu” así, sólo  empieza a tomar forma cuando la desconfianza entre  adversarios ha iniciado su desmonte. Ojalá que la primera fase  de pre-negociación exitosa en la Habana 1, así como permitió concertar unas reglas de juego básicas, haya arrojado algunos frutos positivos y funcionales en materia de construcción de confianzas.
6.            “Nuestra posición es que la firma de unos acuerdos para hacer la dejación o uso de las armas – este es un acto político y técnico acompañado de reformas imprescindibles a la luz de las lógicas del evento mismo- no es la coyuntura apropiada para exigir una revolución  social y política como se hizo en el Caguán, aunque sí se deben acordar y pactar las reformas sociales y políticas que la posibiliten por encontrarse asociadas a los orígenes y dinámicas del conflicto.”
7.            “Ahora bien, si las reformas que acompañaron la dejación de las armas  no fueron las necesarias, “alguien” dotado de fuerza social y política y simbólica, tendrá que ampliarlas y ahondarlas, pero la experiencia histórica nos ha enseñado que, con seguridad, ese “alguien” no será el Estado, que en materia social, con el apoyo de la ciudadanía burguesa y aristocrática, tiene una muy gorda deuda social con la ciudadanía popular.”
8.            “Entonces,  volviendo al asunto de la negociación de Oslo y la Habana 2  y de  las posibles reformas, digamos que no vemos razones de fondo para que la firma de una negociación política, que tiene como objetivo central dejar el uso de las armas como método privilegiado de lucha política, tenga, para las sociedades civiles, como condición dominante, la realización de una especie de revolución social y política. “ Y todo  esto porque de lo que, como básico, se trata, es de  que, por fin, en Colombia los bullosos y fatigantes y perversos fusiles dejen de hablar y en definitiva, le entreguen el uso de la palabra a la política, a una que sea legal y legítima y democrática y entusiasta  y convocante e imaginativa.”
9.            “Pero, en el caso de esta negociación, lo explícitamente acordado en materia de reformas en la primera fase llamada de negociación de la negociación realizada en la Habana 1,  fue un problema aterrizado y trascendental para el futuro del país  y que ha venido siendo soslayado desde 1863 cuando se dio un primer paso para hacer una reforma agraria, pero que cayó en el vacío: LA CUESTION AGRARIA.”.  A la Iglesia, la gran terrateniente de la época,   le expropiaron sus tierras, pero éstas no llegaron a manos de sus cultores naturales, a las de aquellos sin tierra, como lo demandaba el sector liberal liderado por Murillo Toro  sino que, de modo casi natural, se deslizaron ya hacia  los grandes hacendados vigentes ya hacia  algunos de los Generales de la Independencia. En otras dos grandes coyunturas de la historia nacional -en la década de 1930 durante la Revolución en Marcha y en la del 60 durante el gobierno de Lleras Restrepo - hubo la posibilidad real de una reforma agraria, pero, de nuevo, la apuesta se traspapeló  tras las sinuosidades de las relaciones institucionales de poder y del enorme peso político de los intereses corporativos de los grandes terratenientes. “

10.          “LA CUESTIÓN AGRARIA EN COLOMBIA será el tema central de discusión en Oslo y la Habana 2 y a esta Mesa no se llevará, como lo ha afirmado nuestro colega académico Rubén Darío Acevedo “buena parte de la Agenda Nacional bajo el supuesto de que por la paz  vale la pena llegar a estos extremos”.  Claro que  “nadie ha dicho que al final de una guerra civil o de un conflicto interno armado, la amnistía no sea una figura  legal aceptada y también un gesto de paz y de reconciliación, pero ahora como nunca sabemos que esa figura jurídica no aplica  para crímenes internacionales  tales como los  de lesa humanidad.”  No reconocer esto, es tratar de enmarañar, de mala fe, y en el peor estilo de los  uribistas, lo que sucederá en Oslo y en la Habana 2”.
11.          “Entonces ahora, por haber sido de modo explícito acordado en La Habana, en estas conversaciones,  en un marco institucional y con la presencia de fuerzas encontradas, los colombianos vamos a tener la oportunidad de analizar y debatir los actuales problemas del país desde el horizonte DE LA CUESTIÓN AGRARIA, problema éste deslegitimado, como válido y pertinente, por lo menos desde 1970, por el establecimiento colombiano.”
12.          “Entonces dijimos, en marzo del 2011 en el Atisbos Analíticos,  que en Colombia ninguna negociación tendría futuro  si en la formalización de las  grandes decisiones finales a ellas asociadas, sobre todo las más técnico-políticas, no participaban los militares como protagonistas, aunque subordinados al presidente de la República.”
13.          “Nos guste o nos disguste, Colombia es un país inscrito en el  marco de la dominación hegemónica mundial de los Estados Unidos…Ahora Marco Calarcá ha dicho que “no tiene nada en contra de la participación de los Estados Unidos, como parte interesada  en asuntos vinculados con el narcotráfico”.
14.          “Como para decir, que este proceso de paz debe ser des-mediatizado, vale decir, inhibido y anulado como show mediático,  lo que no quiere decir que el gobierno monopolice la información, que debe ser totalmente libre, sin que la impongan o manipulen  o la ubiquen como “única verdad” a través de su propia fuente, ni el gobierno, ni los dueños de los medios, ni las guerrillas ni los Estados Unidos”. La otra razón de la extensa cita sobre Los Medios y La paz se encuentra asociada al hecho de que en su escrito, Molano hace sugerencias muy importantes de ser tenidas en cuenta en el caso de unas negociaciones en las que, en nuestro concepto, lo estatal militar va a tener mucho peso, como lo expresa la presencia de dos Generales. Entonces, si a los plenipotenciarios del gobierno se les va la mano imponiendo muchas condiciones para “el otro” y muy pocas “para sí” o exigiendo muchas renuncias sin ellos hacer concesiones, el proceso de negociación podrá traspasar el punto crítico de un nuevo fracaso.
15.          “A partir de lo que hasta  se ha configurado como “dado”, en Oslo y la Habana 2 van a ser presencia tres temas de importancia dominante, pero los dos primeros, de muchos modos, subordinados al tercero: La cuestión agraria; la conversión de la insurgencia armada en una insurgencia partidista civil;  y el estatuto ontológico de los militares.”



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