26 mayo 2014

Atisbos No: 204,205,206.

Un saludo a todos los lectores, interesados en los problemas de nuestro país y en la paz. Entregamos los últimos tres Atisbos Análiticos del profesor Humberto Vélez Ramírez.  Accedan a cada link y allí encontraran tanto el texto completo como un breve apartado con ideas centrales. 

  • ATISBOS No. 204. LOS DIALOGOS DE LA HABANA  EN SU TRANCE MÁS DIFÍCIL: LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES DE MAYO DE 2014 

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(Para los que no tengan tiempo para leer todo este Atisbos 2014, así terminamos este Atisbos 204):
“La polarización circunstancial más importante que se ha dado en Colombia en este 2014 ha sido entre la derecha y la extrema derecha, dos expresiones encontradas de las contradicciones del bloque en el poder: la tensión progresiva se ha asociado al hecho de que el país se ha encontrado, al mismo tiempo, en situación de guerra y en situación de construcción de paz y esto no podrá mantenerse más allá del corto plazo: o la paz se asienta golpeando y debilitando la situación de guerra o la guerra se aferra derrotando los Diálogos de la Habana. Entre el 2002 y el 2008 Uribe Vélez fue un presidente de guerra coadyuvado por Santos y entre el 2010 y el 2014 Santos ha sido, al mismo tiempo, presidente guerra y presidente de paz. En el país cada día ha ordenado intensificar la balacera mientras en la Habana cada día ha ordenado negociar para pararla. Se ha tratado de un caso sintomático de esquizofrenia política.
Expresada esta contradicción o tensión o esquizofrenia política en el plano electoral- en las elecciones para presidente en mayo del 2014- son muchos los indicadores que evidencian que Santos ha venido perdiendo la partida. Mientras la apatía y casi indiferencia de cara a los Diálogos de la Habana son muy notorias en sectores gruesos de las sociedades civiles, las Encuestas señalan, 1.que Santos se ha venido estancando en un 32% para la primera vuelta, y 2. que Oscar Iván Zuluaga, al salirse un poco, en el discurso sobre todo, del vientre paterno de Uribe, ha venido ganando puntos con cierta celeridad. Golpeando un poco a las Ciencias sociales, cuya capacidad de prognosis es baja, nosotros diríamos que quizá Santos no pierda en la primera vuelta, pero que en la segunda, si el segundo lugar lo ocupa Zuluaga, es posible que el próximo presidente de Colombia sea de nuevo un presidente de guerra. Con la excepción de Clara López del Polo, los otros Candidatos, por distintas vías y en distintos grados substantivos, se le acercarían: Martha Lucía Ramírez liderando el grueso del partido conservador y Peñaloza fragmentando el partido de la Alianza Verde, que de entrada se evidencia más fracturado que unido.

  • ATISBOS No. 205 Uribe Locutus est  y dijo : Yo, “definitiva Encarnación del  Estado  Colombiano”, le Informo al País: Ese Video es un Montaje, Ergo, que mis  súbditos los Jueces Investiguen.


Para quienes no quieran o no puedan leerlo todo, así lo terminamos:
“Por una parte, creemos que, en la coyuntura, Santos es un pacificador, pero no es un constructor de paz positiva imperfecta como es toda paz humana en una sociedad atravesada por los grandes conflictos sociales, por las luchas clasistas y sociales así como por las singularidades de cada individuo. Y como pacificador, lo hemos apoyado pero como neoliberal, incapaz de construir paz positiva, lo hemos criticado. Por otra parte, lo deseable e ideal sería que entre dos “buenos” pudiéramos optar por “el bien mejor” y no que, entre dos malos, en última instancia tengamos que quedarnos con el “menos malo”.
Entonces, de pasar Santos, el pacificador, a la segunda vuelta, no podemos olvidar que como tal, sin vergüenza ya lo hemos apoyado y, así, cada quien en su intimidad debe definir qué lugar ocupan la paz y la justicia, la judicial y la social, en su escala subjetiva de valores. En nuestro caso, en una sociedad con tan tremendo y cincuentenario conflicto interno armado, el 80% de los colombianos no han vivido un solo día “pacífico”, amén de que son miembros de una sociedad con un 90% de impunidad en su sistema judicial, así como marcada por ser una de las más inequitativas del mundo en materia de distribución de la riqueza, de la tierra y de los ingresos... Por otra parte, sabemos que sin pacificación, como primer paso, se tornará muy difícil jalonar, a través de la más intensa movilización social y ciudadana, la construcción de la paz positiva, que es lo que constituye el disco duro del postconflicto.
Entendemos que para la izquierda democrática, después de votar por Clara López en la primera vuelta, no le es cómodo votar por Santos en la segunda, pero no se puede velar que, en lo simbólico, ya se ha medio votado por él con las acciones realizadas por sus miembros en apoyo de los diálogos de la Habana. Lo deseable habría sido que en una coyuntura social que tiene, como uno de sus componentes, la más intensa reactivación del movimiento social de los últimos 40 años- de acuerdo con el Cinep en el 2013 hubo 1027 protestas sociales y ciudadanas1-, se hubiesen aprovechado las luchas libradas por la tierra y los territorios y la cultura rural o la libradas alrededor de la salud y de la educación para pactar con el bloque hegemónico en el poder una gruesa reivindicación social. Pero, ya no hay tiempo para pensar en esa dirección.
Entonces, es mucho lo que importa este voto por la pacificación que, en la práctica, es un voto por Santos en la segunda vuelta, pero con tal de que no se desborden las fronteras de último recurso, convirtiendo el apoyo electoral limitado en un apoyo entusiasta o en una forma perversa de hacer oposición.
Para terminar, como ciudadanos no podemos más que destacar las palabras del Arzobispo de Cali, Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía,
“Ante el lamentable deterioro de la democracia y de la convivencia ciudadana…la cédula de ciudadanía colombiana debe transformarse en una cédula de paz y solamente para la paz”.

  • ATISBOS No. 206. La Construcción de una Paz Integral Imperfecta: Un Asunto Estratégico.

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Sea el que sea su signo ideológico, ciudadano y clasista, en esta etapa de la historia colombiana, el inicio consciente y orgánico de la construcción de una paz integral imperfecta (pacificación + construcción de paz positiva + comienzos del desmonte del neoliberalismo + adopción por parte del Estado de un modelo socioeconómico postneoliberal) constituye un asunto programático central para cualquier movimiento político o partido o alianza de partidos.

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