02 febrero 2017

ATISBO 255-EL PAPEL DE REDUNIPAZ Y DE LAS UNIVERSIDADES EN LA CONSTRUCCION DE PAZ EN Y DESDE LOS TERRITORIOS COMUNITARIOS.





FGV Atisbos Analíticos No 255, enero 2017,  Redunipaz, Armenia, “Un nuevo Estado para una nueva Colombia”, humbertovelezr@gmail.com . fundacionecopais.blogspot.com/

                                                                                   

Ensayo     
El papel de redunipaz y de las universidades
En la construcción de paz en y desde los
Territorios comunitarios.
Hacia una Propuesta de Educación, de Autoformación y de Ayuda
sicosocial de los Excombatientes.

ABSTRACT
I.                   Al iniciarse el 2017, ¿EN QUÉ VA EL PROCESO DE LA HABANA?

II.                ¿QUÉ ENTENDER POR CONSTRUCCIÓN DE PAZ TERRITORIAL EN COLOMBIA? *texto “borrador” para  desarrollo colectivo.

III.             ¿CUÁL PODRÁ SER EL APORTE MÁS SUBSTANTIVO Y CONCRETO DE REDUNIPAZ Y DE LAS UNIVERSIDADES, PÚBLICAS Y PRIVADAS, A LA CONSTRUCCIÓN DE PAZ EN Y DESDE LOS TERRITORIOS COMUNITARIOS? * Texto “borrador” para el desarrollo colectivo.

IV.             UNA PROPUESTA DE EDUCACIÓN, DE AUTOFORMACIÓN Y DE APOYO SICOSOCIAL   DE LOS EXCOMBATIENTES  FORMULADA POR EL NODO DE REDUNIPAZ DEL SUROCCIDENTE COLOMBIANO (VALLE, CAUCA, NARIÑO Y PUTUMAYO).


Nota: (Este documento en su desarrollo ha sido congelado  hoy 31 de enero del 2017 cuando los todavía guerrilleros de las Farc, en medio de los pocos avances y muchos retrasos que presenta la adecuación de las Zonas Veredales Transitorias de Normalización ZVTN, en número ya listado de unos 6.3000 están dando el paso más decisivo en el proceso de dejación  de las armas. Por encargo del Nodo Regional de REDUNIPAZ del suroccidente colombiano he escrito los acápites II Y III, que presento como BORRADORES a desarrollar, desde las especificidades históricas de cada Nodo o Red Regional, por todos los profesores de Universidades Públicas  Y Privadas que estén investigando y trabajando en torno a la construcción de paz. Entonces a partir de este número  255, Los Atisbos Analíticos, que en este enero han cumplido 17 años, se despersonalizan, y, en una primera etapa, abren sus páginas a todas las posiciones y desarrollos que los universitarios colombianos tengan sobre el complejo pero prioritario tema de la construcción de paz en y desde los territorios. Las colaboraciones pueden ser enviadas a Cali a cualquiera de los siguientes correos de miembros del Nodo Regional del suroccidente, Alvaro Sierra, alsierra66@hotmail.com, Jorge E. Salomón, templarius066@gmail.com,  Luis Eduardo Torres, edotot1@yahoo.es y  Humberto Vélez R, humbertovelezr@gmail.com, En nuestro  Nodo Regional de Redunipaz pensamos que sin un reordenamiento territorial del país, inoficioso es pensar en una posible transformación del país a partir de un cambio estructural en las relaciones sociales en el campo. Sobre la materia nos hemos casado, de modo crítico, con la propuesta que, al respecto, nos dejó Orlando Fals Borda muy enhebrada  alrededor de la creación de los Estados Regionales y las Provincias. Precisamente teniendo como horizonte a desarrollar esta versión democrática de reordenamiento del territorio, hemos visto en ella la oportunidad para invitar a una reactivación de Redunipaz  creando 9 Nodos Regionales en cada uno de los todavía hipotéticos Estados Regionales. Creamos entonces un “Comité de Impulso” de la iniciativa conformado por los 4 compañeros ya citados. La idea es que, 1. se desarrollen los dos acápites “borradores” desde las especificidades de cada uno de esos posibles Estados Regionales; 2. que desde esa misma  óptica, se levante una Propuesta de Educación y Autoformación y Apoyo sicosocial de los Excombatientes teniendo como referente crítico la apuesta que hemos levantado para el posible Estado Regional  del suroccidente colombiano; y. 3 que en unos dos meses, digamos finales de marzo,  nos podamos reunir en Cali para balancear el estado del  trabajo y proyectar el quehacer hacia adelante. No se trata de atravesarnos al IX Congreso Nacional de Redunipaz, que debe realizarse en Medellín, sino, de preparar una de sus Mesas sobre el papel de los Nodos en la construcción de la paz en y desde los territorios).








I.                   Al INICIARSE ESTE 2017¿ EN QUÉ VA EL PROCESO DE LA HABANA?
De entrada, digamos que, dentro de los límites estrechos en que se pactó la agenda inicial, el proceso mirado en su conjunto, en su pasado, presente y futuro, marcha más bien que mal, ni tan bien como lo pregonan algunos sectores cercanos al gobierno ni tan mal como desearían vigorosas fuerzas opositoras.
El pasado 24 de noviembre en el teatro Colón de Bogotá,  gobierno y farc, tras varios fallidos intentos, por fin firmaron los Acuerdos levantados  en la Habana. En una ahora sí sencilla ceremonia, el histórico evento tuvo como contexto, primero, una situación de aguda  polarización entre la ciudadanía contrastante con un fuerte apoyo internacional, y segundo, una todavía más intensa  polarización entre dos sectores políticos del bloque en el poder, el uribismo y el santismo, que aunque en la coyuntura no se pueden ver entre sí en materias relacionadas con el abordaje del cincuentenario conflicto interno armado, sin embargo, no logran disimular ni ocultar su identificación con el neoliberalismo como ideología inspiradora en la orientación de las políticas públicas. Como para resaltar que ahora cuando  ya se encuentra ad portas lo que más temían, la conversión de las Farc en partido o movimiento político institucional, los oposicionistas han redoblado su estrategia de dilatar y dilatar, de molestar y molestar, de inventar e inventar seguramente hasta el  año electoral del 2018. Y así será pues los líderes del Centro Democrático piensan que todavía tienen año y medio para borrar de un tajo  lo construido en cinco años en la Isla de Martí mediante el acceso de Uribe, o de interpuesta persona, a la presidencia para el período 2018/2022.Hasta entonces, continuarán afirmando que también están con la negociación pacificadora pero que la que ellos impulsarán será la más nacionalista y afianzadora de la institucionalidad, pues no le harán concesión alguna a las terroristas Farc.
Firmados el 24 de noviembre  los Acuerdos en el Teatro Colón   y tras iniciar el proceso de  concentración en las Zonas Veredales Transitorias de Normalización que fueron seleccionadas por una Subcomisión Técnica de las Fuerzas Militares, se inició ya el conteo regresivo para que las Farc ejecuten en 180 días, como máximo, la dejación de las armas.  Se concentrarán en distantes veredas muy por fuera de las cabeceras municipales y de  áreas de reserva forestal con una extensión adecuada, que garantice el monitoreo y verificación de la ONU, así como la seguridad interna y externa de los guerrilleros. Aunque en este momento, 10 de enero, con la colaboración de los propios guerrilleros y de las autoridades locales y municipales se está trabajando con vigor en la adecuación logístico/comunicativo/sanitario/subsistencial de esas zonas, la situación es muy desigual entre una y otra Vereda y, en general,  casi todas presentan un tipo u otro de problemas. Todavía existen temas centrales sobre los que no ha habido acuerdo: al  recibir, por ejemplo, productos descompuestos, se acordó que para cada Zona Veredal se contratará un proveedor elegido por gobierno y farc; como por enfermedades ya han muerto en esas zonas un guerrillero y una guerrillera, el gobierno propuso incluir en el Sisben a todos los guerrilleros mientras que las Farc han sido partidarios de la creación de un régimen especial a través de una ley aprobada fast trak; y en materia habitacional, mientras el gobierno señala que las Carpas es la mejor manera de evidenciar con claridad la temporalidad de la concentración, la guerrilla, que inicialmente habló de casas prebabricadas, ahora, alegando que muchos guerrilleros permanecerán en esas Zonas en la fase de la reincorporación, demandan  la construcción de viviendas de madera y cemento.[1]
 En esta primera semana de enero, como resultado de las visitas que el Defensor del Pueblo ha hecho a varias de esas Zonas, se ha dirigido al Presidente para decirle,
“Se debe agilizar el trabajo logístico en las zonas veredales para garantizar las condiciones mínimas de vida de los guerrilleros”.[2]
Todos los días han surgido, y surgirán, variopintos problemas: que recepción  de alimentos descompuestos por fallas en la cadena de frío, que dificultades para llegar a esa zonas, que negativas para alquilar esos terrenos, que fugas de algunos guerrilleros, que falta de transporte y  que “conductas inadecuadas” de algunos de los observadores de la ONU. A este respecto destacamos lo siguiente, que va más allá del conductismo objetivista. Las personas  de la ONU, a quien se las han encargado de una delicada misión, han llegado a esas lejanas regiones tal como los ha hecho su propia historia humana y biográfica con sus ideas, sentimientos, valores y emociones personales, que no dejaron guardadas en sus países de origen. Por lo tanto, no se  les podrá reprochar que en un día especial, como el de la noche de navidad, se hayan tomado un trago o que hayan bailoteado un ratico con  guerrilleras o con personas de regiones, que hacía 50 años no celebraban  una navidad sin la amenaza de fusiles y tiros de verdad. Es en otro plano y escenario donde se pondrá a prueba su objetividad, profesionalismo y real neutralidad: que en el desempeño de su misión de monitoreo, observación y verificación ni de palabra ni en sus prácticas realicen acciones que evidencien que están  a favor o en contra de alguna de las dos partes en pugna, o gobierno o guerrilla. Por eso,  el Movimiento Caribe de Artistas por la Paz invitó a un baile por esta causa en las plazas, calles y caminos del país, especialmente en Conejo, corregimiento de Fonseca, Guajira. Para ellos
 “bailar es una expresión de alegría y de vida indispensable para el ser humano…La Comunidad  que en algún momento, de forma jocosa, vio y definió  a las personas de la ONU como seres distantes y aburridos, se sorprendió gratamente al momento donde evidenciaron integración creando un óptimo referente humano y social”.[3]
Con su solo título la sicóloga Olga Lucía Mera, FARISEOS, caracteriza lo que somos:
¿Cómo es posible que el ‘gobierno de la paz’ y la ONU formen semejante escándalo? ¿Cómo es posible que este acto de alegría y celebración sea estigmatizado? ¿Cómo es posible que los veedores hayan sido sancionados? Tenemos que tener la mente muy torcida... y creo que sí la tenemos. ¿Dónde empieza la reconciliación? ¿Es un decreto que pone a los veedores de carceleros sin alma, guardando distancia para no contagiarse, y a esos jóvenes, que están en proceso de ingresar a ‘nuestra civilización’, mantenerlos en cuarentena indefinida y aséptica? ¿Dónde está el verdadero espíritu del reencuentro? ¿Qué pasa con las ilusiones de los ‘acuartelados´’ que ansían aprender algún oficio, abrazar a sus padres, besar a lo mejor al hijo que tuvieron que entregar, poder maquillarse, comprar una camiseta ‘play’, si los siguen tratando como gangrena? ¿Dónde está el perdón? ¿Acaso no fuimos nosotros, ‘los buenos’, los que hemos nacido con todo y se supone que estamos educados para el liderazgo y el progreso del pueblo, muchísimas veces los responsables de que cientos de hombres y mujeres hubieran escogido el camino del monte y las armas porque no tenían más oportunidades? Fariseos. Eso es lo que somos. Una sociedad farisea que se deja llevar por el tsunami de la ultraderecha retrógrada que se rasga las vestiduras porque un grupo de jóvenes, ya rotulados como ‘veedores’ y ‘guerrilleros’, se juntan para celebrar y bailar la oportunidad de una vida mejor. Me solidarizo con el reencuentro, el baile, la celebración y la foto. ¡Me hubiera gustado participar!”.[4]
En relación con otro lema, el de probable actos de indisciplina de los guerrilleros, el gobernador de Antioquia, Luis Pérez - a quien se le ha criticado su papel poco activo en el proceso, más  de veedor que de acompañante, así como sus cercanías con el ambiguo vicepresidente Vargas Lleras- comisionó a un grupo de personas para que evaluaran las condiciones de las zonas de concentración de las guerrillas. Al respecto señaló:
 “Hemos tenido muchos beneficios con este proceso de paz “ resaltando al respecto que en su año de gobierno los enfrentamientos con las Farc habían sido nulos y que las extorsiones habían desaparecido; pero añadió  que habían encontrado que “ninguna zona tenía vigilancia, verificación y control” siendo, por otra parte, muy deficiente la infraestructura para recibirlos; por lo tanto, “Si no corregimos esos procesos de indisciplina, eso se multiplica y convierte el proceso en una guachafita donde no hay orden ni nadie tiene el control”.
 Es cierto que Pérez  está gobernando el departamento con más víctimas del país- 1.650.000 de las que 1.360.000 se han visto obligadas a dejar sus tierras”. Más en concreto, dos analistas le han formulado críticas   específicas al gobernador de Antioquia: 1. “Su papel hasta ahora es algo ambivalente, sí pero no”.(Jorge Giraldo, Decano de la Universidad Eafit); y 2. “Lo que pasa es que el gobernador ha sido muy activo en señalar las falencias del proceso, que son ciertas, pero poco activo en el acompañamiento. Sólo en los últimos días se le ha visto más comprometido.”(Jaime Fajardo Landaeta, hasta hace poco gerente de paz de Antioquia).[5] Sin embargo, de acuerdo con el Informe de la Comisión, para el 14 de enero la situación en tres Zonas Veredales era la siguiente: Vereda de Santa Lucía-Ituango  (la adecuación del lugar sólo estaba en un 10%; Vereda La Plancha-Anorí (no había Sede para la Comisión de Monitoreo ni sistema de comunicaciones, aunque en un 70% había avances en adecuación de explanaciones, de agua y de pozo séptico); Vereda Carrizal- Remedios, (sin avances en la adecuación, sólo  en un 10%; sin electricidad ni agua potable, con problemas de mercurio y de minería ilegal en la región).[6]
Ya para el 22 de enero, El Médico Jaramillo, miembro del Secretariado de las Farc, dijo que el gobierno  los seguía tratando como “enemigos”, que en los puntos de concentración había muchas dificultades para atender los problemas de salud, que esperaban que se cumpliera lo pactado, que los embarazos se habían multiplicado y, para explicarlo, añadió,
“Los muchachos están viviendo un problema muy intenso. En medio de la guerra era difícil pensar en la maternidad, pero firmado el acuerdo muchas mujeres han querido cumplir un sueño aplazado y otras han dejado de planificar. Así como en un momento  la decisión de todos era no tener bebés, ahora cada quien está en libertad para decidir sobre su maternidad y paternidad. Es natural que muchos sientan el llamado de la procreación en estos tiempos de esperanza”. [7]
En medio de la discusión sobre el no alistamiento de las Zonas Veredales – Catatumbo dijo que listas no estarían para el 31 de enero - y estando  ya de visitante en una de ellas el Presidente de Francia, distintos sectores contraatacaron cuestionando a los farquianos por su incumplimiento en la entrega de menores y hasta el casi siempre sereno Humberto de la Calle  dijo, con no disimulada rabia, que “las Farc deben dejar de tomar el pelo”.[8] “No se está mamando gallo”, respondió Pablo Catatumbo, reconociendo, al mismo tiempo, que aunque “la entrega no se había hecho en su totalidad”, Gobierno y Farc habían pactado  crear una Comisión encargada de iniciar e impulsar ese proceso de entrega, lo que había quedado recogido en el Acuerdo de Paz firmado el 24 de noviembre y que en esa Comisión, al lado de Pastor Alape, estaba Sergio Jaramillo en representación del gobierno. Conviene recordar, que aunque en septiembre de 2016 hubo un primer proceso de entregas, primero 8 menores fueron puestos en las manos de La Cruz Roja Internacional, CICR, y poco después otros 8, el asunto de entregar la totalidad de menores- para las Farc 21 pero para el Gobierno 170- quedó en manos de la ya citada Comisión.
Entonces, mayores o menores sí han existido problemas en casi todas las Zonas Veredales Transitorias de Normalización; y en algunas de ellas sobre la marcha se ha venido improvisando con más buena que mala voluntad. De todas maneras, para la última semana de enero después de la visita exitosa del Presidente de Francia a una de las Zonas, la de Caldono/Cauca, y tras una reunión de Santos con Pablo Catatumbo, la situación cambió un poco, y el dirigente de las Farc pudo decir,
“Acordamos con el gobierno ponernos las pilas y cumplir los compromisos adquiridos: el 31 de enero las Flas Farc estarán en las zonas veredales”.[9]
 Para esta fecha ya se había acordado que no iba a haber una EPS especial para la guerrilla sino que, a través del Régimen Subsidiado irían a una nueva EPS, cercanas a las zonas veredales, que ya había recibido 6.247 solicitudes. [10]
De todas maneras, para el 31 de enero el Informe  de la Fundación Paz y Reconciliación elaborado por Ariel Avila es más pesimista que optimista[11]: consideradas el conjunto de las 26 Veredas,  la adecuación solo ha alcanzado entre un 30 y un 35% de avance,
“Es vergonzosa la improvisación en las zonas, ha declarado el muy experto en el tema Ariel Avila; las Farc han dejado 242 municipios para concentrarse en 26 veredas quedando libre más del 90% del territorio que antes ocupaban. ¿Qué ocurrirá el día 180? “. Identificó “5 tipo de zonas   postfarc”: 1. Aquellas donde el ELN busca expandirse-subregión de SAN juan en el sur del Chocó, municipios de Norte de Santander y Arauca; 2. Aquellas zonas donde las Bandas ilegales han realizado homicidios selectivo en una especie de guerras civiles locales- Ituango y Briceño Antioquia; 3. Zonas donde la delincuencia común ha reiniciado el abigeato; 4. zonas donde m{as que disidencias  habido deserciones de grupos entre 20 y 40 personas; y 5. Aquellas zonas donde ha habido avances significativos en la adecuación – Anorí y Guajira-  y donde el Estado h concentrado más sus esfuerzos- Sur del Tolima y departamento del Huila-.
Entonces, aunque haya habido buena voluntad en un sector del alto gobierno, ésta se ha quedado enredada en la mala voluntad de una fracción de los Mandos Medios que han dejado la adecuación con varios meses de atraso; atraso que se trasladará a los grandes obstáculos que se le están gestando al proceso de construcción de paz en y desde los territorios; y aunque el gobierno le haya concedido a las Farc una adecuada y equilibrada Jurisdicción Especial para la Paz, son mayores las renuncias que los farquianos han hecho que lo que ha aportado el gobierno. Precisamente ahora, no obstante lo atrasado de la adecuación, las Farc han decidido cumplir lo acordado.
Estos han sido los sitios  que funcionarán en un primer momento como ZONAS VEREDALES TRANSITORIAS DE NORMALIZACIÓN  (ZVTN,

1. LOS ENCANTOS, La Paz Cesar;
2.CAÑO INDIO, Tibú Norte de Santander;
3. CARRIZAL, Remedios Antioquia;
4. SANTA LUCÍA, Ituango Antioquia;
 5.LLANO GRANDE, Dabeiba Antioquia;
 6.EL CARMÍN, Anorí Antioquia;
7.EL JORDÁN, Planadas Tolima;
8. EL CERAL-ROBLES, Buenos Aires Cauca;
9.LOS MONOS, Caldono Cauca;
10.BETANIA-LAPALOMA,Policarpa Nariño;
11.LA VARIANTE, Tumaco Nariño;
 12.LA PRADERA, Puerto Asís Putumayo;
 13.LA ESPERANZA, Cartagena del Chairá Caquetá;
14.EL CARMEN, Montañita Caquetá;
15.GUANACAS,Villa Rica Tolima;
16.BOCAS DEL ELE, Arauquita Arauca;
17. LA GUAJIRA, Mesetas Meta;
18.LA REFORMA, Vista Hermosa, Meta;
 19.YARÍ, La Macarena, Meta;
20. CHARRAS, San José del Guaviare, Guaviare;
 21.La COLINA, El Retorno Guaviare.

Por su parte, en un segundo momento éstos son los 7 sitios donde  confluirán en llamadas  ZONAS  TRANSITORIAS DE NORMALIZACION (ZTN,  
 1. PONDORES- Fonseca Nariño;
2.EL CARMÍN, Anori Antioquia;
3. VIDRI, Vigía del Fuerte Antioquia;
4. BRISAS/LA FLORIDA, Ríosucio Chocó;
5. GALLO, Tierra Alta Chocó;
6. COMINERA, Corinto Cauca;
 7. MIRA VALLE, San Vicente del Caguán Caquetá.


Ya se han levantado las órdenes de captura de los guerrilleros que se concentrarán en todavía  difíciles condiciones. De acuerdo con Timochenko, miles de guerrilleros se movilizan hacia estas zonas y Sergio Jaramillo ha advertido que los disidentes, aquellos que se aparten de las filas de las Farc en medio del proceso, serán perseguidos por las autoridades aunque en este momento, el cronograma que había sido pactado por el Gobierno no se ha cumplido a cabalidad; sin embargo, Jaramillo sostuvo que a  180 días contados  desde la refrendación del Acuerdo se habrá terminado el proceso de dejación de las armas y se entrará a la fase de la reincorporación. Una vez que todos los miembros de las Farc se encuentren concentrados en las zonas veredales, se iniciará el proceso de dejación de armas que se cumplirá en tres fases. Se espera que en el día D+90, las Farc hayan almacenado el 30 % de las armas en los contenedores que estarán dentro de estas zonas bajo la supervisión de la ONU; hasta el día D+120, se deberá haber almacenado otro 30 %; y al día D+150, el 40 % restante deberá ser puesto en los contenedores. Entonces, el 100 % de las armas estará bajo control de las Naciones Unidas. Si todo marcha medio bien, para  esas kalendas estaremos a mediados del 2017 aunque la oposición aprovechará la menor falla para maximizarla. Por estos días de principios de enero, por ejemplo, varios presidentes europeos, más en concreto los de Francia y Alemana, han manifestado el deseo de visitar algunas de esa zonas y así tener información de primera fuente que les permita un apoyo más sólido y orgánico al proceso en lo político y financiero. El 8 de enero Uribe tuiteó,

 “Hollande presidente francés que no ha sabido enfrentar el terrorismo yadahista visita  Colombia entregada a las Farc”;

y tras él se vino una retahíla de seguidores. La senadora Thania Vega, por ejemplo, le preguntó a Hollande,

“Señor Hollande, tanto las Farc como el Estado Islámico (lsis) son asesinos y terroristas. Usted visitaría un campamento de lsis? O ¿exigiría verlos en la cárcel? 

Independientemente de la capacidad o no de Hollande para combatir el terrorismo, digamos que se trata de dos situaciones muy distintas, pues Isis es un grupo religioso terrorista y guerrerista que en nombre de su Dios hace la guerra mientras que las Farc está saliendo de ella por una vía civilista. También el máximo jefe del Estado alemán  llegará a Colombia el 13 de enero y visitará  una zona veredal, la de Mesetas Meta; esta visita la hace en el marco del lanzamiento del Instituto Colombo/Alemán  de la Paz, que es una iniciativa bilateral tras la firma del Acuerdo el 24 de noviembre en el Teatro Colón. Como decir que tanto Francia como Alemania, que ya ha aportado 26 millones de euros en Cooperación Internacional, quieren reafirmar con información de primera mano su apoyo a la pacificación del país. De todas maneras, así fue una no deseada respuesta del Embajador de Francia a la salida en falso del expresidente Uribe Vélez,

“No tengo que contestar nada a un senador (Uribe) (…) las afirmaciones del presidente Uribe además muestran una gran desinformación sobre el comportamiento de Francia y el presidente Hollande y su lucha contra el terrorismo.”.[12]

Dejadas las armas, se entrará entonces en el proceso de aplicar los Acuerdos levantados en la Habana. Se habrá  logrado así  una primera e importante pacificación, los guerrilleros podrán instalarse en los zonas que elijan para iniciar su reincorporación a la vida civil y como resultado de todo ello en una dificultosa y larga etapa al país se le podrá ir abriendo el horizonte  de iniciar el proceso de construcción de la paz territorial en y desde los territorios comunitarios o sea en y desde las 33.000 veredas existentes en Colombia. De ser así, en este país que en los últimos 6 años se ha evidenciado, como lo ha concluido Alfredo Molano[13],  más rural de lo que se pensaba, se podrá abrir la posibilidad de inducir un importante cambio a partir de una cualificación y un reordenamiento de  las relaciones sociales rurales.

Recordemos la índole y los alcances del Pacto originario de la Habana dado a conocer  el pasado 26 de septiembre del 2016. Más allá de los deseos de cada quien y de cada grupo, se trató de un Acuerdo, que aunque  limitado en sus contenidos- solo cubría una de las dimensiones substanciales de la paz, la de la pacificación o el  dejar de matarnos-   así como  en sus protagonistas- ante todo, Gobierno y Farc-, sin embargo, es muy preciso y delimitado y orgánico en sus temas  substanciales pues, no obstante lo abultado del texto, la mayor parte de las 297 cuartillas no son más que el detalle ideológico-político-técnico  de 7 componentes interrelacionados muy concretos:
a.       el  dejar de matarnos -o sea el inicio de la pacificación mediante la dejación de las armas-   con la guerrilla más antigua, importante e impactante siendo la pacificación apenas una de las cinco dimensiones substantivas de la construcción de paz;
b.      mediante su conversión en un partido político, la transición de las Farc de la política a tiros a la política inscrita en  el   juego democrático de las  ideas y los  proyectos variospintos  de construcción de nación;
c.        la puesta en marcha de un Acuerdo Agrario que, sin implicar una reforma agraria ni un freno a la agricultura capitalista y hacendataria pero sí un castigo constitucional al componente improductivo del latifundismo, en nuestra  opinión, permitirá  reposicionar  y proyectar  y sacudir las para el país muy importantes   economías campesinas, sobre todo en materia de marchar hacia la soberanía alimentaria;
d.      la gestación de condiciones institucionales, fiscales y subjetivas para impulsar la vigencia de la muy constitucional democracia de participación;
e.        la ruptura de las Farc con todas las formas de relación con el narcotráfico, así como su vigorosa cooperación  para un  manejo  humanitario del problema sobre todo  en lo relativo con un campesinado empobrecido partícipe en una u otra dimensión  del problema de las drogas ilícitas;
f.       la colombianización de la Justicia Transicional bajo la novedosa forma de una Jurisdicción y  un Tribunal Especiales de Paz, semiestatal y ad hoc y transitoria, orientada a colocar a todos los Victimarios en condiciones objetivas y subjetivas propicias para  poder cumplir  su obligación moral y política de reparar a  8 millones de víctimas impulsando acciones y definiendo medidas y recursos dirigidos a garantizar la realización efectiva de sus derechos; para esos efectos se pactó que para los Máximos responsables de delitos atroces  no habría cárcel pero si sanciones alternativas pudiendo, por otra parte, las Farc crear su propia partido para participar en política;
g.      el acompañamiento de las Naciones Unidas, sobre todo, para hacer el monitoreo y la verificación  de la dejación de las armas, para iniciar acciones conjuntas con miembros del Ejército orientadas a reparar a las víctimas, para garantizar la seguridad de los miembros de las Farc  y para facilitarles su incorporación a la vida civil.
No olvidar que  estos 7 puntos se vieron enredados por los aportes que se recibieron de los incumplidos partidarios del No Plebiscitario:

1.      La reafirmación del principio de la sostenibilidad fiscal; como decir que habrá construcción de paz territorial si el fisco posee dinero para hacerlo;
2.      La prohibición de crear nuevas Zonas de Reserva Campesina;
3.      El enfoque idealizado de una relación “amigable” entre la visión empresarial de la tierra y la modernización de las Economías Campesinas;
4.      La prevención contra la posibilidad de que la improductividad  de los latifundios constituya una razón válida para decretar la extinción de dominio;
5.      La animosidad contra el requisito de que las comunidades estén atentas al  impacto ambiental de las obras a realizar;
6.      La eliminación de jueces extranjeros, por lo menos, en la selección de los Magistrados de la JEP.  


Firmados los Acuerdos el 24 de noviembre en el Teatro Colón de Bogota, El Congreso, un poco a las volandas procedió a juridizar o asignarle validez jurídica a los acuerdos, aprobó la ley de Amnistía y  en primer debate el acto legislativo con los 10 puntos clave de la Jurisdicción Especial para la Paz, que será el disco duro de la implementación del proceso de paz.[14] A la hora de la verdad, uno de los puntos más problemáticos ha resultado ser el de La Responsabilidad de los Mandos. Se trata de una figura del Derecho Internacional, aplicable a todo Ejército, estatal o  irregular, que establece que  un Comandante Militar debe responder por las atrocidades cometidas por sus subalternos aunque el Superior no las haya ordenado ni mucho menos participado en ellas y lo es, sobre todo, cuando pudiendo hacerlo no evitó que ocurriera o si se abstuvo de sancionar a los  responsables. De acuerdo con Rodrigo Uprimny  la Jurisdicción Especial para la Paz, evitando toda cacería de brujas, debe aplicar con especial cuidado esta figura, pues, 1. Sin ella habrá impunidad, y 2. el tema no está siendo manejado de modo poco adecuado en el proyecto de reforma constitucional, que busca integrar la JEP al orden jurídico interno.[15] Siempre habrá quien  se cargue o a los Mandos Militares o a los de La guerrilla. No  olvidar lo que ha reiterado Miguel Vivanco, Director de Human Rihgs Wat,
Me preocupan numerosas disposiciones del  Acuerdo de Justicia alcanzado en diciembre pasado. En primer lugar, discrepamos con que los responsables de crímenes de guerra y de lesa humanidad puedan evitar pasar siquiera un solo día en prisión si confiesan sus delitos. Pero, además, nos preocupa que las sanciones alternativas del acuerdo están plagadas de vacíos y ambigüedades que pueden tornarlas en sanciones meramente nominales o de servicio a la comunidad. En segundo lugar, nos preocupa la definición de responsabilidad de mando incluida en el acuerdo, pues é[16]sta podría permitir que los generales y los comandantes eviten su responsabilidad por los crímenes cometidos por sus subalternos. En este sentido, un aspecto que nos preocupa es la extensión de los beneficios negociados en La Habana a los agentes del estado y el peligro que esto significa, entre otros, para la rendición de cuentas por casos de  “falsos positivos”.
 

 



II.                ¿QUÉ ENTENDER POR CONSTRUCCIÓN DE PAZ TERRITORIAL?

1. La discusión sobre la llamada Paz Territorial.
1.1. El Enfoque TERREPAZ de las Farc.
1.2. Distintas versiones del Enfoque Gubernamental de construcción de Paz.
1.3. Propuestas provenientes del Movimiento Social de Paz.
2.      ¿Cómo y por dónde ha venido ganando vigencia en el país la olvidada cuestión agraria?
2.1. Aproximaciones a una Estrategia de reconstrucción del país a partir de un Reordenamiento de las Relaciones sociales en el campo.
2.2. Hacia una definición más moderna de las Economías Campesinas.
2.3. La construcción de la Paz territorial y los tres tipos de Empresas Agrarias existentes en Colombia.
2.4. El neoliberalismo y el resurgimiento del neoparamilitarismo relocalizado como los mayores obstáculos a los procesos de construcción de Paz en y desde los territorios comunales.
3.      El reordenamiento territorial de Colombia: hacia la creación de los Estados Regionales y de las Provincias.(Constitución de 1991).
3.1. Hacia una mirada crítica de las 9 Regiones propuestas por Orlando Fals Borda.
4.      Los posibles Estados Regionales, REDUNIPAZ y las Propuestas de Educación, de Autoformación y de Ayuda sicosocial de los Excombatientes.
5.      Veintiun Territorios Tipo-Ideal de Guerra, de Violencia estructural y simbólica y de Construcción de Paz.


 No es que por el mero hecho de que se haga  la dejación de las armas, lo que le da forma al inicio de la construcción de las paz negativa o de que se hayan firmado y se estén ejecutando unos Acuerdos, por lo que   el país se vaya a colocar cara a  cara a la posibilidad de empezar a construir una paz positiva muy concreta asociada a la construcción de paz en y desde los territorios comunitarios donde habita el 80% de los pobladores rurales (mestizos, indígenas y negros en condiciones de pequeños y precarios propietarios de la tierra , así como de una gran masa de arrendatarios). Lo que pasará será que  si se aplican los 7 Acuerdos, y sobre todo el Acuerdo Rural, aparentemente tan inocente e inane, éstos tendrán el virtuosismo de destapar y hacer visibles muchas cosas, que sacudirán al país por encontrarse asociadas a la creación del Fondo de tierras, a la formalización de la propiedad rural, a la restitución de tierras, a la reforma del Catastro, así como a la obligación de  los latifundios de cumplir la función social de la propiedad privada, que  no fue acordada en la Habana, sino  que se encuentra consagrada  en la propia Constitución de 1991.
 Tal como está el panorama actual, se podrá entrar en los meses venideros a una etapa de ofensiva estratégica por parte de la oposición orientada a frenar la posibilidad de impulsar y sacar avante la construcción de paz territorial en  y desde los territorios comunitarios. Desde el 29 de diciembre del 2016 ha venido circulando un documento –“HAY QUE PASAR A LA ACCIÓN”- que recoge el espíritu pero también la materialidad operativa de una nueva Estrategia de golpe de Estado en América Latina. Lo firman conocidos y destacados personajes: Lía Fowler - Ricardo Puentes Melo - Eduardo Mackenzie - José Félix Lafaurie - Jesús Vallejo Mejía - Rafael Uribe Uribe - José Alvear Sanín - Oscar Alberto Díaz García - Nelson Roberto Pardo Giraldo - Héctor Hoyos - Jaime Eduardo Botero Gómez - Ariel Peña - Ricardo Angoso - Saúl Hernández Bolívar. En sus contenidos centrales, este documento, que es extenso y que ha pasado casi desapercibido, está dirigido al Centro Democrático, al que  valorizan pero critican por haberse quedado corto en el abordaje de la coyuntura,

 ”La protesta ciudadana contra las vías de hecho que viene utilizando Juan Manuel Santos para imponer un nuevo régimen político y una nueva Constitución favorable a las Farc no ha sido respaldada en forma clara y oportuna por el Centro Democrático. El CD sigue creyendo que estamos ‘al borde del abismo institucional’. En realidad, ya estamos en el fondo del abismo. De aquí hasta mayo de 2018, el Centro Democrático, principal partido de oposición al régimen de Santos, no puede cometer errores ni ser débil. Lo que está en juego en estos momentos no es sólo una elección presidencial dentro de 17 meses. Tenemos un desafío mucho más grande y fundamental en este periodo: el de saber si a corto plazo nuestro país puede salir del atasco institucional, político, moral y de seguridad en que el gobierno de Santos lo ha metido… Pero ese no es el único reto. Tenemos que obrar rápidamente, de manera organizada, disciplinada y ofensiva, para frenar la entrega del país a fuerzas comunistas. Sin embargo, falta algo decisivo. La movilización popular no ha estado a la altura de las rupturas que está viviendo la democracia colombiana… Nunca se ha abordado en el CD la discusión sobre las formas que debe adoptar la resistencia ciudadana contra Santos, es decir el combate político decidido y de masas contra los objetivos de la camarilla gobernante. 
Los que estiman que basta con dar la “batalla ideológica” hasta la elección presidencial de 2018 parecen ignorar que la tenaza Farc-Santos, ya instalada, tratará de destruir, mucho antes de esa fecha, toda oposición con los métodos más salvajes e ilegales: expulsará del país, meterá en la cárcel, calumniará, desmoralizará y hasta liquidará físicamente a los opositores más importantes.  Quienes hablan de oposición moderada parecen no saber que Santos acabó con el Congreso utilizando el grupo de magistrados de la Corte Constitucional que aprobó la impostura del fast track y, sobre todo, que expropió brutalmente a los colombianos de su derecho de pronunciarse en las urnas acerca de un plan de cambio institucional del país que afectará la vida de los 48 millones de habitantes de la República. La derrota de los planes totalitarios de las Farc no la lograremos con la sola fuerza de la discusión parlamentaria…

Hay que pasar a la acción directa pacífica. Hay que quitarle la careta a Santos, y mostrar ante el mundo tanto la represión violenta que ejerce contra la oposición como sus operaciones para destruir el Estado de Derecho en Colombia. Nadie debe olvidar que la represión puede ser mucho más brutal y descarada en el período que viene, una vez cerrado el capítulo del premio Nobel, que ponía a Santos bajo la mirada de la opinión internacional. La represión que se viene será más dura pues la implementación de los planes de las Farc, es decir la puesta en pie del “gobierno de transición”, y del cogobierno que exigió Timochenko en el teatro Colón, abrirá una fase muy dolorosa para el país, el cual verá a sus victimarios protegidos, mandando y humillando a sus víctimas”.Para quebrar la colonización marxista del país no queda sino la lucha masiva e irrevocable de la ciudadanía en las calles, el combate político en todos los escenarios posibles, la lucha contra la desinformación, la duplicación de los esfuerzos de agitación y de propagada y de alerta internacional y el logro de compromisos militantes con los partidos de centro y de derecha de Estados Unidos, América Latina y Europa.”[17]

 Entonces, a esta oposición derechista radical, “de avanzada democrática”, según los firmantes del documento, habrá que agregar las realidades y tendencias que el año que terminó le ha transferido al 2017  y que, consolidados, se extenderán hasta agosto del 2018 cuando habrá un cambio de guarda en la Casa de Nariño: los reiterados intentos de ocupación por parte de los neo-paramilitares de los espacios dejados por las Farc en su proceso de dejación de las armas tal como vimos atrás al hablar de la débil adecuación de las zonas veredales; más de una centena  de defensores de los derechos humanos asesinados,  en su mayoría líderes sociales campesinos, masacre que no terminará hasta que La  Fiscalía no abandone la tesis de la “no sistemacidad” [18] como si los grupos ilegales armados en Colombia no hubiesen venido  actuando de modo federado con organizaciones ya consolidadas;  los fieros ataques de un sector de los terratenientes tanto a la restitución de tierras, así como  al Acuerdo según el cual el latifundio improductivo debe someterse o a un adecuado impuesto predial o a la expropiación del componente de tierra ociosa que tengan en sus manos; los estorbos para iniciar una negociación con el ELN aunque  y se anunció que el 3 de febrero por fin se iniciaría la  etapa pública de ese proceso de negociación; y el vacío fiscal en que se ha colocado el Estado dada la orientación neoliberal de sus políticas.

De todas maneras, en nuestra opinión, con las Farc ya alejadas de 221 municipios, el mayor obstáculo que, a partir de este 2017, van encontrar los procesos de construcción de paz desde y en las localidades comunitarias  van a ser

A. la reorganización que  desde hace meses ha venido teniendo, relocalizado, el crimen organizado[19] bajo la forma de un neo-paramilitarismo reencauchado en “Autodefensas Gaitanistas de Colombia”, algunos remanentes del Epl y Los Puntilleros etc;
B. la extensión a la mayor parte de los más de mil municipios colombianos de las bandas organizadas del micro-tráfico de drogas ilícitas;
C. la ya consolidada y en buena parte secreta pero  dolorosa y perversa violencia intrafamiliar; y
D. los miles de asesinatos inexplicados  que  se cometen en el país ya para presionar ya para tapar la catedralicia corrupción. [20]

Estos cuatro fenómenos, conjugados en sus causas y consecuencias, van a ser en adelante   la causa principal tanto de la violencia como de la inseguridad ciudadana.
Enormes, entonces, van a ser las vacas muertas que se le atravesarán  a la construcción de paz territorial para que el Estado pueda cumplir un papel proactivo y robusto en su desarrollo y por eso, todo el problema, sobre todo el del financiamiento, se lo están tirando a la Cooperación Internacional para cuya recepción los mismos grupos interesados del establecimiento vienen  creando y creando ONGs, gran parte de ellas de carácter mercantil.

1.      LA DISCUSIÓN SOBRE LA LLAMADA PAZ TERRITORIAL

Como nunca urge la historización de la noción de territorio de tal manera que podamos hablar de “Tipos Ideales de Zonas o Localidades” en materia de, 1.el  grado en que han sido impactadas por el conflicto interno armado;  2.los niveles en que han sido afectadas por las violencias y por la inequidad social; y 3.el  grado de urgencia de la más activa y pluridimensional  presencia del Estado, de las Organizaciones Comunitarias y de la Comunidad  Internacional. “Los tipos ideales” serán  los municipios o zonas más  impactadas y afectadas y en  las que es más urgente y prioritaria la intervención estatal, comunitaria e internacional. El “Tipo Ideal” es un enfoque metodológico  weberiano que entiende “un fenómeno” como un modelo que lo recoge en  forma pura en sus notas y singularidades más definitorias para después precisar la medida en que  ese fenómeno  como realidad  se acerca o se aleja del cuadro ideal.[21] Quizás, sin referirse a Weber, ese enfoque de los tipos ideales ya ha sido ensayado en Colombia por la Fiscalía en los estudios realizados sobre “Delitos Tipos Ideales” de los actores del conflicto interno armado. Una primera aproximación al enfoque nos ha permitido delimitar en Colombia 22 territorios como “Zonas Tipo Ideal” de guerra, de violencia estructural y simbólica y de urgente y prioritaria construcción de paz, así,  
1. Los Montes de María; 2. La Mojana; 3. Magdalena Medio; 4. Municipios del Oriente antioqueño; 5. El Urabá antioqueño; 6. Subregión del Bajo Cauca antioqueño; 7. Un grupo de municipios del Eje Cafetero; 8. Un grupo de municipios del Chocó; 9. Once Municipios del Catatumbo; 10. El Magdalena Medio santandereano; 11. Ciudad Bolívar (Bogotá); 12. Sumapaz; 13. El Sur del Tolima; 14. Trece Municipios  del Norte y Centro del Huila; 15. La Subregión de Tuluá y Cartago; 16. Buenaventura y la Subregión montañosa de Dagua; 17. El Sur del Valle (Florida y Pradera) y cuatro Municipios del Norte del Cauca (Santander de Quilichao, Miranda, Caloto y Corinto); 18. Las cinco Provincias del Cauca; 19. Tumaco; 20.El Patía  y Túquerres; y 21. Los 13 Municipios de  la Región amazónica de Nariño; y 22. Los municipios del Putumayo.
Estas Zonas, priorizadas, en sus territorios y con sus protagonistas, entre los que con seguridad estarán los exguerrilleros –exfarianos y exelenos- , con sus culturas, tipos  de cultivos y formas de producir, constituirán el referente central de la construcción de paz en y desde los territorios comunitarios.
En este capítulo del Atisbos No 255 retomamos, precisamos y desarrollamos algunas de las tesis levantadas  en el No 239 titulado ¿Qué puede ser ese asunto llamado Paz Territorial? Importantes respuestas se han venido perfilando al respecto.[22] Entonces, para empezar a bajarle  a este término su tono indiferenciado  y abstracto, en adelante hablaremos  de paz construida en y desde territorios comunitarios históricamente diferenciados, pero que poseen muchas notas comunes. Como centrales, tres puntos se abordan en esta reflexión. En el primero se habla  de la necesidad de historicizar la noción de paz territorial, que ha sido acogida, de modo acrítico, en la mayor parte de enfoques muy diferenciados sobre el tema; en segundo lugar, se reflexiona cómo, tras casi seis  años de diálogos en la Habana, en Colombia se  han insinuado  una serie de horizontes promisorios, que podrían colocar al país de cara a un  inédito proceso de reordenamiento socio-político-cultural  a partir, ya no de los centros geopolíticos llamados Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, sino   a partir de una transformación estructural de las relaciones sociales en el agro y sobre todo, de las llamadas  economías campesinas; finalmente, se  señalan algunas ideas sobre cuáles serían las condiciones objetivas y simbólicas necesarias para que Colombia pueda acceder  a esa inédita e histórica etapa, que todavía es más un preanuncio y un enorme  deseo que una realidad.  De no afirmarse y consolidarse esas perspectivas de futuro, nadie, por adivino o profeta que sea, logrará  precisar qué podrá  suceder en el país   una vez se produzca la dejación de las armas.
El miércoles 24 septiembre del 2014, previo aviso del presidente Santos desde Nueva York, en la Habana fueron divulgados los borradores de los Acuerdos parciales de los puntos  1, 2 y 4 de  La Agenda General del 2012[23]: 68 páginas de las que 22 estaban  dedicadas al tema agrario, 20 a la participación política y 26 a las drogas ilícitas. Alrededor de ellas había  28 “salvedades” por parte de las Farc. Mientras que las dos partes estuvieron de acuerdo en que había habido un avance efectivo, sin embargo, reiteraron  que “nada estaba aprobado mientras el conjunto no lo estuviese”, y   las  Farc precisaron que para ellos el alma de los acuerdos, que tenían un carácter vinculante, era el preámbulo. En esos Acuerdos se destaca un eje central: El tema de los Territorios y los Derechos de los Pobladores. Con el primer Acuerdo se definió que iba  a haber una reforma rural  integral; que habría acceso gratuito a la tierra  de los campesinos que careciesen  de ella o que la tuviesen insuficiente y que eso iría acompañado de subsidios y créditos; que debía haber un uso más racional del suelo; que el Catastro legalizaría las propiedades de los campesinos  que  “de hecho” hubiesen accedido a su posesión; y que habría  participación de los pobladores ciudadanos en la planificación y en el ordenamiento territorial. También se definió la frontera agrícola y se acordaron  medidas para enfrentar la pobreza rural; y especial importancia evidenció la propuesta de  crear Circunscripciones transitorias de paz  en las zonas más afectadas por el conflicto interno armado.
Esa centralidad del acuerdo en lo rural territorial  le permitió a Sergio Jaramillo, miembro de la Delegación de Paz del gobierno en la Habana, levantar y poner a circular  la frase “PAZ TERRITORIAL”: en su opinión, la construcción de la paz territorial era la nota más definitoria del proceso de la Habana. Más temprano que tarde, el vocablo empezó  a alcanzar  amplia  cobertura en el lenguaje cotidiano, pero, por desgracia, su novedad, por lo general no ha venido  acompañada de  propuestas concretas en cuanto a  las notas y  componentes  que lo definiesen y precisasen. De ahí en adelante, en un debate todavía en marcha, se han venido configurando sub-enfoques, así como otras visiones sobre la construcción de la llamada paz territorial.
De entrada habría que decir que toda noción de territorio, así como de sus dimensiones centrales, se muestra vaga y abstracta mientras no se la  defina en relación con los sujetos  o actores  históricos concretos  que lo han poblado y socializado. Como decir entonces, a la manera de Mario Sosa Velasquez, que
“el territorio no es solamente una porción de tierra delimitada con su complejidad biofísica (relieve, condiciones ambientales, biodiversidad). Es, sobre todo y ante todo, un espacio construido socialmente, es decir, histórica, económica, social, cultural y políticamente”. [24]
En general, el territorio son los espacios (biofísicos y biohumanos, terrestres y aéreos, rurales y urbanos, continentales y acuáticos, geopolíticos y mentales) en los que la población de una sociedad desarrolla la vida social correspondiéndole al Estado, de clase o de ciudadanía, la regulación de su apropiación y utilización.   Nada tan vital y existencial como un territorio y por eso  la población que lo  habita, goza   del derecho a participar en las formas de su apropiación, utilización y disfrute, pues éstas no son un simple problema técnico ya que  siempre  tienen como contexto las relaciones de poder en las que se inscribe su ordenamiento. 
Ejemplifiquemos con una sola de las dimensiones del territorio, la relativa a las condiciones ambientales, a la manera como la confrontación interna armada ha afectado durante medio siglo a la mayor parte  de los territorios rurales, sobre todo a aquellos con predominancia de las que hemos llamado economías campesinas. Afirmar  que como allí durante medio siglo, en distintos grados, se ha desarrollado la guerra interna, entonces será allí donde habrá centrarse en la construcción de   paz territorial, es una tesis de valor general, pero que muy poco aporta para entender el carácter y los alcances de los cambios esperados después de la firma de los Acuerdos. Como han señalado varios autores, es necesario  que
“ese vocablo- el de paz territorial- se llene de contenido y luego, establecido su significado podamos debatir con conocimiento de causa nuestras concepciones  sobre este período posterior al final del conflicto interno armado que algunos han llamado “de transición”.[25]
En buena medida fue eso lo que hicieron  los miembros de la Comisión de Historia del Conflicto y de las víctimas: bajo distintos enfoques teórico-metodológicos, bien que mal,  desentrañar las causas del conflicto armado en distintas territorialidades de guerra, de su permanencia así como sus impactos precisando responsabilidades colectivas.[26]Es aquí donde se ubica el problema del meollo del conflicto interno armado como conflicto regional-local-territorial. No sólo los insurgentes han tenido claras estrategias de guerra territorial orientadas a derrotar al Estado, sino que también las han tenido el Estado y el gran capital hacendista y terrateniente. Aún más. El conflicto interno armado no ha sido el único que ha afectado   a las economías campesinas, pues el agro,  en general,   ha sufrido, de modo particular, los efectos de dos rasgos centrales   de la historia de la sociedad colombiana: de un lado, la existencia desde 1886  de un Estado estructuralmente contrario a adelantar y aceptar  reformas sociales de hondo calado social[27]  y, por eso, la nuestra, no obstante poseer un desarrollo económico-tecnológico de renta media alta, es una de las sociedades del mundo donde más inequitativa  ha sido  la distribución de la tierra y, en general, de la riqueza y de los ingresos; y del otro, desde los mismos mediados  del siglo XIX, cuando antes de la configuración del Estado-nación surgieron los dos partidos liberal y conservador, cada uno de ellos, con respecto al adversario,  enhebró a sus militantes en la relación amigo-enemigos[28], y  de ahí, la historia de odios y venganzas que ha atravesado la historia de esta sociedad. Por lo tanto, para la etapa que se puede avecinar, habrá que estudiar y precisar el impacto  que históricamente  han tenido  sobre los Territorios “Tipo Ideal” no sólo el conflicto interno armado sino las cuatro deshonestidades de las que, en magnífica síntesis,   nos habló  Alejandro Reyes Posada,
“El sistema de guerra hecho caer a Colombia en una trampa de deshonestidad  en cuatro dimensiones fundamentales: la seguridad, la política, la justicia y la captura de la riqueza. En seguridad la dirigencia nacional se alió con ejércitos mercenarios privados para combatir a las guerrillas  y sumió al país en la barbarie paramilitar y la guerra sucia contra los movimientos sociales y los derechos humanos. En la política, la simbiosis de los partidos con las mafias de la corrupción pública y privada impide abrir la puerta  a los intereses sociales y comunitarios  en la toma de decisiones y derrocha  la inversión social en manos de contratistas que financian campañas. La justicia  se pretelizó al crear un mercado ilegal de decisiones judiciales que se venden a quienes pueden comprarlas, mientras la congestión  deja sin solución la gran mayoría de los litigios y los crímenes quedan impunes. La  captura de riqueza se inclinó a favor de los mercados ilegales y la violencia de robo, mientras el régimen de propiedad favorece a los rentistas que han secuestrado la tierra que por ser baldía  estaba destinada a los campesinos, expulsados a la periferia sin economía ni estado”. [29]
Un ejemplo muy ilustrativo de lo que podría suceder en Colombia en esa posible futura etapa posacuerdos la Habana, es lo que por esos días de finales de mayo del 2016 acaeció en el Catatumbo- representativo “territorio-tipo ideal de guerra”-  a propósito de la desaparición o retención o secuestro de la periodista Salud Hernández. Al recordar el verso de Kavafis “ ¿y qué será ahora de nosotros sin bárbaros?, el comunicador Mario Morales ha señalado,
 Hasta la primera semana de junio del “Hay que dejar de hablar, aún con firma en La Habana, de la paz en sentido genérico, para referirnos solo a la negociación con las Farc, si reconocemos que esa paz, como el país, el territorio, el poder y hasta las armas no existen de modo integral, sino que están hechos de pedazos, intereses particulares y bajas pasiones. No son apenas giros idiomáticos o conceptuales. Se trata de comenzar a reconocer nuestra precariedad sin tanto júbilo inmortal. Moraleja: Muestra de ese país con conflictos reciclados son los ríos que se desvían por intereses carboníferos, casas por cárcel a ‘empresarios’ deprimidos, falsos dilemas entre narcotráfico o secuestro, niños muertos por inanición o parataxistas que toman justicia por propia mano. Triste radiografía”.[30]
Pero, ¿por qué hablamos de priorizados  “territorios tipo-ideal de guerra, violencia y de paz” y no del conjunto de territorios que configuran el mapa nacional? Porque en la primera etapa posacuerdos La Habana, inviable sería pretender construir paz, lo que, como ya hemos insinuado en Colombia es algo ya muy complejo, abordando el conjunto de las territorialidades históricamente afectadas por la confrontación armada interna, así como como por  la violencia estructural y simbólica que ha caracterizado a la sociedad colombiana. Habría que comenzar por aquellas territorialidades en la que estos factores han hecho presencia por más tiempo, con más persistencia  y con  mayores impactos y consecuencias.
Variopintas han sido las propuestas  de construcción de paz en los territorios y desde los territorios siendo aquí donde se encontrará el meollo de los postacuerdos. Hasta ahora ha habido tres tipos de Enfoques sobre la construcción de la Paz Territorial: 1. El Enfoque TERREPAZ de las Farc; 2. Distintas versiones de un Enfoque gubernamental; y 3. Las propuestas de paz territorial provenientes del Movimiento social.
1.1.El Enfoque TERREPAZ de las Farc.
Uno de los primeros  enfoques distintos de los del gobierno fue el de las Farc, por ellos denominado TERREPAZ, muy legítimamente ajustado a sus lógicas históricas de movimiento con poder territorial en zonas históricas dadas, así como a su actual situación de fuerza en transición de la guerra a la pacificación. La Revista Semana calificó esta propuesta como con “algunos aspectos  interesantes y otros  preocupantes”; en resumen las Farc propusieron,
 a) Que se reconozca su presencia en espacios donde ellos han estado históricamente y tienen apoyo social;
 b) Que esos territorios deben ser espacios para que se materialice el cese de hostilidades y la dejación de armas así como la reparación de las víctimas y, por tanto, las sanciones restaurativas que se deriven de la jurisdicción especial para la paz;
 c) Que en estos territorios pudiesen vivir tanto los excombatientes y sus familiares, las víctimas, exmilitares e incluso exparamilitares, y construir un proyecto autogestionario de desarrollo sostenible y una activa participación política a través de cabildos populares;
 d). Que estos territorios tuviesen  protección constitucional y sean excepcionales, extraordinarios y transitorios; y
 e) Que tuviesen acompañamiento internacional y veeduría ciudadana.[31]
De cara a los cuestionamientos que suscitó esta propuesta (sobre todo, el de que  las Farc buscaban fracturar territorialmente el país reviviendo las llamadas por Álvaro Gómez “Repúblicas Independientes”), los farianos  señalaron que más que reinsertarse o incorporarse a la antigua con taxis en una u otra ciudad y con proyectos productivos acá  y acullá, optaban por construir dentro de la institucionalidad una nueva forma de llegada a la vida social, que recogían en la propuesta TERREPAZ.

1.2. Distintas versiones del Enfoque Gubernamental
Desde las lógicas del gobierno y del establecimiento de poder  se han insinuado tres posiciones distintas. Como señalamos en  nuestro libro borrador, que hemos venido  citando, para una primera postura, las más frívola de las tres, bastaría hacer una  o dos obras más, de cierto impacto,  en los municipios más afectados e incrementar cuantitativamente lo que, de modo marginal, el Estado siempre ha hecho en el campo coadyuvado hasta hace pocos años por el hasta entonces para-estado Federación Nacional  de Cafeteros: más escuelas y puestos de salud y algunos caminos vecinales y distritos de riego y ciertos créditos y asesorías técnicas. Eso estaría bien como complementos pero lo que se requiere, entre otras muchas cosas, es la más efectiva, sólida, robusta y auto-sostenida  ruralización  de la acción del Estado hasta unos límites  a los que éste nunca ha llegado en la historia rural colombiana ni siquiera con programas  como DRI y PNR. Un horizonte  más cercano a lo debería ser se despunta desde  el “Programa de Desarrollo y Paz” del Magdalena Medio para hablar de una estrategia en la que el protagonismo  de organizaciones e instituciones de las sociedades civiles arrastraron al Estado a la acción.[32]
Una segunda postura ha sido la liderada por  Sergio Jaramillo, Alto Comisionado de Paz, quien, de distintos modos y con diversos discursos expositivos, siempre ha resaltado dos puntos: que la paz tiene que empezar a construirse desde las regiones  y que el gobierno debe estar abierto a escuchar las voces que desde  ellas emerjan ya se  trate de los derechos de las  víctimas o de los de los pobladores; en  Conferencia dictada en La Universidad de Harvard en abril del 2014  enfatizó, primero, que garantizar esos derechos bajo un enfoque territorial exigía instituciones fuertes no sólo en términos de organizaciones sino también de prácticas y normas indispensables para la cooperación y la convivencia, y segundo, que en Colombia no iba a haber otra oportunidad para la paz; y  en algunas oportunidades  insinuó, de modo suelto, algunos temas, pero sin que hubiese presentado una propuesta orgánica y de conjunto al respecto.[33] Por su parte, el Ministro para el Posconflicto, Rafael Pardo, en una tercera posición más amplia, señaló que el esquema de Paz territorial
 “lo tenemos que construir entre todos. Cada día el país está más centralista. Nosotros los que estamos aquí, hallamos  que tenemos la salida para las regiones. Termino con un llamado al realismo. En este país nos encantan las discusiones jurídicas, las discusiones constitucionales y yo pido que no caigamos en esa falacia constitucional. En este proceso de paz de lo que se trata es de cambiar las cosas, de cambiar la realidad, de hacer las transformaciones necesarias  para que la paz signifique algo trascendental, algo para cada habitante de Colombia. Si no lo hacemos ahora, entonces ¿cuándo?”.[34] De todas maneras, aunque Rafael Pardo partió  de un enfoque de paz territorial, lo llevó más allá: que el conflicto iba a reactivar la economía; que no se podía limitar a algunos municipios ni a otorgar  beneficios para los desmovilizados ni a las zonas donde había conflicto; que debía ser transversal integrando el agro a la economía; que también debía cubrir a los municipios donde había conflicto, aún a zonas deprimidas de las grandes ciudades; que “un país en posconflicto es un país  donde todo el mundo está en las mismas condiciones de oportunidad”; que para iniciar la construcción se debía comenzar  con la parte institucional y  que, por eso, en el Ministerio de Agricultura se acababa de crear “La Agencia de Desarrollo Territorial” encargada de ejecutar los temas del posconflicto como “un  paraguas del Fondo que recibirá recursos nacionales e internacionales”. [35]
De todas maneras, no obstante sus elaboraciones sobre la Paz Territorial, más conceptuales que programáticas, los personajes del gobierno ha sido muy poco lo que han avanzado, o, por lo menos, publicitado,  sobre el carácter, alcances y contenidos concretos de  la Paz Territorial. Desde los inicios del 2016, en un mensaje a todos los gobernadores y nuevos alcaldes, Santos les dijo que este era el año de la paz y “ustedes serán los encargados  de consolidarla, porque sabemos bien  que la paz se construye en las regiones”[36]; poco después, El Departamento de Planeación Nacional les recordó  a los mandatarios locales y regionales que debían incluir en sus  respectivos planes de desarrollo los pilares de paz, equidad y educación y el 21 de enero durante  el “Cuarto diálogo para la planeación  regional de un nuevo país” que se realizó en Valledupar, Planeación Nacional entregó a los territorios  “los lineamentos  para la construcción  de los planes para el próximo cuatrienio”. El límite legal para la aprobación de esos planes venció el martes 31 de mayo. El gobierno recibió 24 respuestas y en todas ellas “la palabra paz”, como una palomita vaga y vaporosa y volátil  aterrizó por todas partes como una especie de sanalotodo envuelto en  otras palabras genéricas ya sobre la seguridad y convivencia   ya sobre la reparación de las víctimas, pero en medio de una enorme confusión sobre  la manera de concretar la paz  dentro de los planes de desarrollo. Sin embargo, hubo casos que denotaron esfuerzos, y así se evidenció en las respuestas de Arauca, Valle del Cauca, Santander y Tolima. Al ir un poco más allá, sólo el gobernador del Cauca expresó que el enfoque de todo el instrumento de planeación se debía hacer desde el concepto de paz asumido desde cuatro ejes estratégicos, aunque tampoco los tradujo  en contenidos concretos,
 1. territorio de paz y para el Bien Vivir;
2. generación de condiciones para la riqueza colectiva;
3. Cauca, cuidador de agua; y
 4. fortalecimiento de lo público, el buen gobierno y la participación.
Por su parte, el senador Iván Cepeda en carta al Ministro para el Posconflicto, Rafael Pardo, le señaló que la mayoría de los departamentos. 
“lo que expresan es confusión sobre la manera como debería concretarse la paz”; que no existía “una verdadera preparación institucional para la aplicación de los acuerdos ni una preparación para trabajar en torno a lo que será la refrendación de los Acuerdos  de la Habana y  la participación de la ciudadanía en el proceso de conversaciones con el Eln; que aunque algunos habían manifestado que la paz era un eje transversal, su contenido parecía más una declaración de buena voluntad; que con la sola excepción de Santander, no existían referencias precisas de una planeación  que permitiese identificar  qué tipo de énfasis de la política tendrían las gobernaciones y, sobre todo, que permitiese identificar  cómo se destinarían los recursos para aplicar lo acordado en la Habana”; y que el caso de Bogotá, era un capítulo aparte, pues, “convertida ya  en centro de recepción de víctimas y excombatientes, no era suficiente incluir sólo de nombre dentro de su plan de desarrollo un programa denominado “Bogotá mejor para las víctimas, la paz y la reconciliación“, pues el análisis de la propuesta  entregada señalaba que  “la preparación  para el cumplimiento específico de los acuerdos no es prioridad  y ni siquiera existe  un alistamiento para ese propósito”. [37]
El 29 de febrero del 2016, a iniciativa de Sergio Jaramillo, con la asistencia de 800 personas se  realizó en Bogotá La Primera Conferencia Internacional sobre Paz Territorial con la presencia de destacados estudiosos  como Vijayendra Rao de la India, Jean Paul Lederach y Jonathan Fox de Estados Unidos y James Robinson de la Gran Bretaña. En general, el horizonte  alrededor del cual se enhebraron las Ponencias fue alrededor de la tesis “construir paz para fortalecer la democracia y la confianza  y la convivencia, así como para construir una nueva institucionalidad”. De todas maneras, el evento en sí rebasó, aunque también cayó en algunas generalidades, rebasó con amplitud la tacañería de hacer algunas obras en los territorios más afectados, pues como evaluó la Revista Semana, en Colombia el llamado postconflicto está siendo tratado sólo en términos ,
“de crecimiento del PIB, de las carreteras que se construirán  y del empleo que tendrán los desmovilizados. Pero, el verdadero reto de la construcción está asociado a otras términos, esencialmente políticos: la confianza, la participación de las comunidades, la democratización de las instituciones y la vigilancia de los recursos y de las políticas públicas”. [38]
1.3. Propuestas provenientes del Movimiento social por la Paz
Cabe destacar que también ha surgido   un paquete importante de terceras propuestas de Paz Territorial asociadas a distintos sectores del movimiento social por la paz.  
En el ya citado documento de Campo Elías Galindo hay una tesis explícita, “el territorio en todos los niveles es objeto de ordenamiento  por el capital y por los gobiernos”, pero también hay una tesis implícita, “el territorio en todos los niveles  puede ser objeto de ordenamiento por las fuerzas sociales”. Respecto al macro-ordenamiento del territorio que ha habido en Colombia señaló:
 “éste no ha sido más que la despoblación del espacio rural para llenarlo de pastos y de negocios capitalistas, acumulando de paso inmensos poderes locales  siendo éste el contexto donde el conflicto armado , a partir de empujar campesinos a los centros urbanos , se ha convertido en funcional a las necesidades del capital y sus negocios; si la guerra en Colombia, de acuerdo con Campo Elías Galindo, se le hubiese atravesado en forma drástica al proyecto del capital, se habría resuelto  mucho tiempo atrás, se hubiese pactado la paz   a cambio, como hoy, de cumplir parcialmente la legislación agraria. Por lo tanto, de acuerdo con este autor, para hablar de paz territorial, primero es necesario desentrañar el proyecto territorial que subyace a la guerra y no está hablando de ésta como mera pugna socio-territorial por controlar, de-controlar y re-controlar territorios, que lo ha sido,  sino de aquella guerra, que, al vaciar  campesinos en  los centros urbanos, resultó funcional al capitalismo agrario. Es hora pues de, “sincerar el debate sobre el significado del fin del conflicto y del período que abre, si es que de verdad va a abrir  un período nuevo; lo otro es seguir con  la habladuría de la paz territorial como una suma de paces pequeñas, localizadas  y de escala reducida. Claro que cada región y subregión  ofrecen particularidades que es necesario atender, pero la intervención mayor, estratégica, sería un reordenamiento general del territorio que permita rehacer la sociedad rural sobre bases de equidad y de reconocimiento de derechos”.[39]
Desde el observatorio “Violencia y Gobernanza”, varias organizaciones campesinas, indígenas y afro-descendientes han impulsado un importante debate-reflexión sobre la construcción de paz en Colombia y sobre los retos de la Mesa de la Habana.[40] Han impulsado tres líneas de trabajo: 1. La necesidad de pasar en Colombia  de un modelo multicultural  de derechos diferenciados, que los aísla,   a un  modelo intercultural que permita  las relaciones entre las distintas comunidades étnicas; 2. La necesidad de un análisis profundo del modelo de desarrollo nacional sin creer que el final de la guerra buscado en la Habana signifique ya un cambio estructural cuando no sería si no su comienzo ; y 3. La importancia de que las propuestas que se elaboren para construir paz territorial tengan en cuenta las iniciativas y ejercicios de paz  que en múltiples territorios ha habido en el país.[41]

2.      ¿Cómo y por dónde ha venido despuntando y ganando vigencia  en el país la cuestión agraria?
En septiembre del 2013 hubo en el país un robusto paro agrario, que más allá  de los muy visibles capitalismo agrario y hato ganadero le recordó al país que, al otro lado de éstos, todavía existían en el país una masa de campesinos y unas economías agrarias, que no obstante su relativo atraso tecnológico y su silenciamiento por los Medios, eran las que le producían al país el 50% del componente alimentario de la canasta familiar. En apretada síntesis, así analizamos en el Atisbos Analíticos 179  ese formidable e inesperado paro agrario[42].
Entre 29 de agosto y la tercera semana de septiembre del 2016 hubo en Colombia un insólito paro agrario frente al que, de cara a sus resultados, así reaccionó  Angel Bastenier del País de Madrid:
“Uno se pregunta  ¿qué ha ocurrido? Colombia, la impertérrita, la que lo asimila todo,  se ha desarticulado aparentemente por el eslabón más débil, el campo, provocando una agitación que no se conocía desde décadas”.
Para acercarse al análisis de este paro, como contexto, ayuda  conocer el diagnóstico  que en el 2011 se presentó sobre Colombia en el Informe Nacional de Desarrollo Humano de la ONU:
“En Colombia el modelo de desarrollo rural construido es altamente inequitativo y excluyente, propicia innumerables conflictos rurales, no reconoce las diferencias entre los actores sociales y conduce a un uso inadecuado y a la destrucción de los recursos naturales”.
 La progresiva e histórica concentración de la propiedad rural ha sido una de las notas centrales de ese modelo: en un extremo, el 13% de los propietarios acapara el 77% de la tierra y, entre éstos, el 3.6% posee el 30% del suelo rural; en el otro extremo, el 87%  de los propietarios, posee solamente el 23%  de la tierra’. Al aplicarle a la Política rural de Santos el Enfoque de lo Político-  aquel que permite visibilizar fenómenos de la vida social, que no obstante que se han venido politizando, sin embargo, no alcanzan a ser visibilizados ni por ciencia ni por la historia políticas como monodisciplinas- se evidencian tres conclusiones importantes:
A. Que su gobierno ha manejado, lo que ha sido algo casi común en el último medio siglo, dos Políticas encontradas: Una, robusta y visible, para el capitalismo agrario y el hato ganadero, y otra, raquítica y marginal y subordinada a la anterior y casi invisible, para las llamadas economías campesinas donde habita el 80% de la población rural; y
B. que este paro agrario terminó por convertirse en un  fenómeno macro  condensador de los problemas  y conflictos y contradicciones del sector rural colombiano en esta etapa de su existencia; y
C. que en los meses por venir, los asuntos de este paro agrario, orientado a construir paz positiva por la vía de las luchas sociales, al lado de los acuerdos de la Habana, sobre todo del Acuerdo Agrario,  van a ser ejes centrales del actual debate nacional.
Conviene destacar que en las últimas cuatro décadas el movimiento social colombiano ha sido un movimiento, tanto en lo urbano como en lo rural,  de periódicas luchas de resistencia y de protestas pero que, en materia de huelgas de gran calado, ha sido, más bien, precario. La más robusta expresión al respecto  fue el paro cívico del 14 de septiembre de 1977 cuando hubo “un paro-huelga-movimiento-social-ciudadano-popular de honda y airada protesta” de un solo día frente al gobierno de López Michelsen, que tantas expectativas  había despertado en las masas con su MRL, Movimiento Revolucionario Liberal.
 Hacía, pues, 36 años que en Colombia no había un paro social de envergadura Este Paro del 2013 nos asombró a muchos, pues no sospechábamos que subyacentes a la economía campesina no capitalista hubiese una cantidad tan enorme de resistencias calladas, las de Boyacá y Nariño, por ejemplo, que fueron emergiendo al escenario político en la misma medida en que se evidenciaba el fracaso de la estrategia clásica del Estado y del Establecimiento para enfrentar las protestas sociales. En general, el gobierno siempre jugó con la legitimidad constitucional de las protesta, pero, al mismo tiempo, siempre trató de deslegitimarla ante uno u otro desborde no armado. En un principio el gobierno esperó que las protestas se fuesen agotando por si mismas bajo el peso de sus propias inercias. Pero, no, aquí y allá y acullá se potenciaron nuevas rebeldías campesinas. En un segundo momento, Santos buscó minimizar la importancia del paro hablando, de modo despectivo, “del tal paro”, o llamándolo “parito” o, peor, desconociendo su existencia. Y la respuesta que recibió fue el de una acelerada generalización de las protestas en otros sectores rurales productivos y en otras regiones del país. Entró entonces en acción el ESMAD cuya fuerza y vigor y rabias represivas, como nunca antes había sucedido en tan gran escala, fue recogido por las redes sociales, es decir, por el nuevo periodismo de un sector de  la gente del común. Fue así como “los medios alternativos pudieron retratar y filmar de cuerpo entero las violaciones de los derechos humanos y decir las verdades que siempre ocultaba la gran prensa”. Eso fue posible gracias a las redes sociales, a la proliferación de cámaras fotográficas y filmadoras en manos de manifestantes o de simples ciudadanos. En esta ocasión, un importante sector de la prensa alternativa digitalizada le planteó  al periodismo tradicional subordinado a los conglomerados político-económicos,  una batalla contra sus mentiras y verdades a medias.
Cuando este paro se produjo ya estaban avanzando los diálogos de la Habana existiendo, aunque con salvedades, un buen número de acuerdos parciales sobre temas  relativos a una reforma rural integral. Poco a poco se fueron cayendo, o, por lo menos, debilitando, los mecanismos de silenciamiento que sobre la cuestión agraria los poderes institucionales y para-institucionales del establecimiento  habían impuesto desde 1972 cuando en los inicios del gobierno de Misael Pastrana con el Pacto de Chicoral[43] el Estado y los terratenientes  frustraron la tercera posibilidad histórica que había habido en Colombia de sacar avante una reforma agraria.[44] A partir de entonces, casi nadie volvió a hablar de este tema, dado que se consideraba  algo obsoleto, pues la salida “natural” a la cuestión agraria era la capitalista, entonces, los campesinos  tenían que convencerse de que tierra sin capital nada significaba. Pero, en los últimos cuatro años los colombianos como que  hemos redescubierto el campo. Hubo el ya citado y trascendente paro agrario; el 30 de mayo del 2016  empezó  otro con 100 puntos de concentración en 27 departamentos como protesta contra el ZIDRES y el incumplimiento del gobierno de 5 de los ocho puntos acordados en el paro agrario del 2013[45]; hay ya en la Habana múltiples acuerdos informales sobre una reforma de la estructura de tenencia y de uso social del suelo; se han conocido las seis estrategias  de “La Misión para la Transformación del campo”[46]; se han publicado  importantes resultados parciales sobre el Censo Agropecuario del 2014; pero no obstante todo esto y a pesar de los Acuerdos de la Habana, el gobierno continuó en contravía sacando avante Los ZIDRES, que refuerzan  la política rural central del Estado- grandes proyectos agroexportadores y nada de asignación de tierras para los pequeños campesinos, aunque éstos, como enorme cosa, son asumidos como socios de grandes emprendimientos agro-empresariales en calidad de aparceros.
Por todo esto y, sobre todo, por lo que ha acaecido en la Habana en los últimos 6 años y por los resultados del Censo Nacional Agropecuario del 2014, que con nueva información nos ha evidenciado que Colombia es más rural de lo que se pensaba, los asuntos agrarios han reentrado a la agenda nacional como tema central. Pero el asunto  ahora no se  asocia a la tensión o capitalismo agrario o reforma agraria sino, más bien a, o un  reordenamiento del país a partir de las economías campesinas o crisis in crescendo de la  sociedad nacional.
2.1.            Aproximaciones a una Estrategia de Reconstrucción del país a partir de un Reordenamiento de las Relaciones sociales en el campo..
De acuerdo con los resultados del Censo agropecuario del 2014, el estudio macro más complejo e inclusivo (98.9)  en la historia de la producción de estadísticas por parte del   DANE, así es el uso de las 111.5 millones de hectáreas censadas, 1. Bosques Naturales, 63 millones de hectáreas (63.2%); 2. con uso agropecuario, 43 millones de hectáreas (38.6%); 3. con uso no agropecuario, 2.5 millones de hectáreas (2.2); y  con otro uso, 2.8 millones hectáreas (2.8%). Sólo 43 millones de has tienen un uso agropecuario, adecuado o inadecuado. Por lo tanto, en la actualidad así están usando esos 43 millones  de hectáreas cada uno de los tres tipos de Unidades de producción agropecuaria existentes en Colombia, 1. Empresas agropecuarias capitalistas (9 millones de has o sea el 21% de las  43.1%  de las unidades de uso agropecuario dedicadas, sobre todo, a la producción para la exportación); 2.Latifundios de ganadería extensiva (36 millones de hectáreas sembradas de pastos y rastrojos o sea el 79% del 43.1 de las unidades de uso agropecuario); y 3.Economías Campesinas (7millones de has, estadísticamente ya recogidas en el anterior punto 2, especialmente dedicadas a la producción de alimentos para la subsistencia de los productores y sus familias y, en la actualidad, en importante proporción, orientadas al mercado.
 Pero, los problemas empiezan a brotar a borbotones cuando se asume la problemática de la tenencia de los predios: de un lado, la histórica tendencia a la concentración de la propiedad de la grandes predios, fortalecida, ha continuado; de otro, también ha continuado la fragmentación de la propiedad de los pequeños predios, donde funcionan las Economías campesinas; y, en tercer lugar,  todos esos predios están siendo revolcados por lo que se mueve en el subsuelo: en concesiones, a Empresas Transnacionales, sobre todo, se han entregado 5 millones de hectáreas en 12 mil títulos, que podrían ascender a 25 millones de hectáreas  si se aprueban las solicitudes en estudio en los despachos de la burocracia estatal. Escandalosa se revela ya la concentración de la tierra en Colombia con un gini  que, al medirla, en 1964 alcanzaba 85.1% alcanzando en 1999 el 91.3% ,    uno de los más inequitativos en el mundo: mientras el 0.4 de los propietarios  de predios de más de 500 hectáreas-27.818 de 2.531.O24[47]- poseen el 46% de las 106 millones de hectáreas censadas, en el otro polo contrastante, el 60% de los pequeños propietarios  – 1.764.000- sólo poseen  el  7% o sea  6.360.000 hectáreas.
En Colombia, en nuestra opinión, la llamada Paz territorial debe tener como referente central una profunda reforma estructural de las Economías Campesinas a partir de un reordenamiento territorial de Colombia, que asuma como eje directriz la creación en el país de ocho Estados Regionales según el modelo que dejó esbozado, y hasta bastante avanzado, Orlando Fals Borda.[48] Ya se volverá sobre este asunto del reordenamiento territorial del país, clave, como punto de partida, para poder operacionalizar la paz territorial.
Pero, ¿Qué entender en lo económico  por Economías Campesinas?
La reflexión y debate al respecto ha sido muy amplia destacándose en la materia tres Enfoques de análisis[49]: 1. Chayanov las asume como un sistema económico propio y específico cuya racionalidad y funcionamiento es inexplicable bajo conceptos como salario, precio, ganancia y renta de la tierra presentando  como característica básica la unidad producción/consumo; se trata de un concepción anticapitalista en el que se las valora como fuerza moral de la sociedad; 2. Para la Economía Política marxista (Marx, Kaustky, Lenín) se trata de las economías parcelarias en las que , con nulas o escasas relaciones entre sí, una gran masa de campesinos, propietarios de la tierra,  viven en condiciones muy similares, estando todos condenados a proletarizarse con el desarrollo de las fuerzas productivas destacándose así la inevitabilidad del capitalismo; 3. El enfoque neoclásico  dual aborda el análisis  de las economías de los países llamados subdesarrollados bajo el ángulo de lo tradicional-moderno en el que lo tradicional es lo campesino. Por lo moderno entienden la agricultura comercial y de exportación abierta a los cambios tecnológicos y  por lo tradicional lo atado a una producción con exceso de fuerza de trabajo y baja rentabilidad. Se trata de un Enfoque más liberal de la Sociedad que presupone la organización de lo tradicional llamado Economía Campesina.
Aunque estos tres enfoques en lo teórico son diferentes, sin embargo, presentan en común, por un lado, el uso de la fuerza de trabajo familiar, segundo, la unidad básica producción/consumo (subsistencia), y tercero, la idea de la necesidad de transformar las economías campesinas o familiares.
De todas maneras, han sido muchos los estudios que se han preguntado por las razones de la persistencia de las economías campesinas en este mundo globalizado; en casi todos se ha destacado la importancia de estas economías en materias como  la producción de alimentos  de buena calidad, para la conservación de la biodiversidad genética, en abastecimiento de alimentos en zonas  alejadas, así como el fortalecimiento de la cooperación en zonas alejadas.[50] En nuestro Enfoque de construcción de paz en y desde los territorios aunque esas distintas importancias hacen presencia, sin embargo, el punto central es el de asegurarle a Colombia la Soberanía Alimentaria, asunto que  cada año ha estado en retroceso. Recordar que con la apertura económica en los años 90, se afectó gravemente el sector agropecuario, en particular el agrícola. Se redujo el área cultivada en más de 2 millones de hectáreas, que no ha sido posible recuperar. Desde entonces, la importación de alimentos ha sido creciente; en 2014, superó los US$ 8.000 millones, que correspondieron a más de 10 millones de toneladas. En Colombia se ha sobreimpuesto el imaginario de que las Economías campesinas, dadas las bajas tecnología, la reducida asistencia técnica y la pobre adecuación infraestructural que poseen, son altamente improductivas. Sin embargo, han sido muchos los estudios que han demostrado que en materia de producción de alimentos, consideradas en su conjunto, son más productivas que buena parte  de las empresas agrícolas capitalistas. De acuerdo con Berry (2014), la agricultura pequeña utiliza más mano de obra y tiene una mayor capacidad para  generar empleo por hectárea que la gran empresa[51]; y sobre la materia precisó Fernando Barbieri en conferencia dictada en el 2011 en la Universidad Nacional de Colombia,
Barbieri  explica que “los productores campesinos participan sólo con el 33% del área agropecuaria utilizada en el país, no obstante, contribuyen con el 51% de área cosechada y con el 49% de la producción agropecuaria, lo que permite concluir que la productividad por hectárea en la pequeña producción campesina es muy alta. En este aspecto, Corrales (2004), señala que el campesinado colombiano ha venido introduciendo profundos cambios en sus sistemas productivos para adaptarse a la creciente demanda de productos, tanto a escala nacional como internacional, en contraposición con los autores que consideran que el campesinado es arcaico y reacio al cambio”[52].
Por una parte, en las últimas décadas, las Economías  han tenido importantes cambios y aunque los productores presenciales no busquen ganancias y acumulación de capital, al trabajar lo propio para mejorar la subsistencia, agregan un plus de fuerza de trabajo casi excepcional. ”GRAIN”, pequeña organización internacional que trabaja apoyando a campesinos  y a movimiento sociales en sus luchas por lograr sistemas alimentarios básicos basados en la biodiversidad y en el manejo comunitario, lo ha destacado:
 a muchos, ha señalado, puede parecerles contradictorio, menos tierra pero más productividad; es lo que se ha llamado “la paradoja de la productividad”.[53] Un ejemplo cercano es Brasil donde el 84% de las fincas son pequeñas y sólo poseen el 24% de la tierra, y  así y todo, producen el 84% de la mandioca, el 69% de los fríjoles, el 67% de la leche de cabra, el 59% de los cerdos, el 58% de la leche de vaca, el 50% de los pollos, el 46% del maíz, el 38% del café, el 33.8% del arroz y el 30% del ganado; y en el Ecuador, donde el 56%  de los agricultores son pequeños con el mero 3% de la tierra,  producen el 46% del maíz, más de un tercio de los cereales y las legumbres y el 30% de las papas.
2.2.             Hacia una definición más moderna de Economía Campesina
En su acepción más clásica por Economía Campesina se puede entender una masa crítica de pequeños predios, que tienen en común la unidad producción/consumo de subsistencia, el uso de la fuerza de trabajo familiar y, por lo menos, la posesión de los predios para cuya explotación la tecnología es muy rudimentaria, y casi nulos los créditos, la asistencia técnica y la maquinaria. Eso en lo económico, pues dentro de una definición más interdisciplinaria esos poseedores se encuentran atados a lo rural como espacio vital de producción y de reproducción y  como forma predominante existencial- cultural de vida: en ese espacio el campesino habita y produce y consume y distribuye y comete errores y los rectifica o los repite  y piensa y siente y duerme y come y goza y llora durante las 24 horas del día. Sin embargo, en su historia se han producido cambios importantes como una buena apertura al mercado, al uso temporal de trabajadores asalariados, al empleo de una tecnología menos atrasada, así como a la aceptación de alguna asistencia  técnica.
De  acuerdo con el Censo Agropecuario del 2014, en Colombia hay  2.7 millones de productores entendiendo por tal, a la persona natural, casi todos, o jurídica que toma las principales decisiones sobre el cultivo de plantas, la cría de animales, los proyectos agropecuarios, el uso de medios de producción y la venta de los productos. De esos 2.7 millones, 725.000, el 26.7%, son productores residentes en el campo, lo que  interesa, de modo especial, pues allí se encuentran los sujetos de las economías campesinas, productores, indígenas y afrocolombianos. De los productores residentes,  el 57.4% posee educación básica primaria pero el 16.8% no sabe leer ni escribir; el 95% está afiliado al Sistema de Seguridad Social en Salud aunque con seguridad con una atención redoblada en dificultades en relación con la que en este 2017 se observa en los sectores urbanos; por otra parte,  el 24.2% señaló que en el 2013 sí había s recibido algún tipo de asesoría o asistencia técnica mientras que un 16.3 % manifestó  que  había solicitado créditos o para compra de insumos y animales o para el  pago de mano de obra; un 29% posee algún tipo de maquinaria mientras que un 28.5% dispone  de cierta infraestructura para la actividad agropecuaria; finalmente, de acuerdo con los productores residentes mientras el 22.8% de lo producido lo destinaban al autoconsumo, el 70.7% lo orientaban al mercado.[54]
2.3.             La Construcción de la Paz Territorial y los tres Tipos de Empresas Agrarias existentes en Colombia.
El eje central de la construcción de paz en Colombia en y desde los territorios se encuentra en una reforma estructural de las Economías Campesinas, así como en la gestación de un cambio de base en las relaciones de éstas con las Empresas Agroindustriales y con las Empresas ganaderas extensivas, sobre todo. De entrada habrá que anticipar de que no se trata de que el Estado no tenga o deponga o debilite unas Políticas robustas y coherentes para las empresas rurales de tipo capitalista sino de que, de modo simultáneo, por primera vez en la historia, respetando la participación de los pobladores rurales, levante otras iguales de robustas para las economías campesinas independizándolas de las primeras. Hasta ahora, las precarias y marginales Políticas estatales de economía campesina o familiar, en alta proporción, han estado y están orientadas a buscarles formas de subordinación al capitalismo agrario, y,  al respecto la última prueba empírica han sido los ZINDRES, proyecto  con los que, asumiendo a los campesinos como aparceros, lo que buscan es legalizarle a los empresarios el acceso a la propiedad de tierras baldías, a las que por ley sólo pueden acceder los campesinos
 De entrada, la construcción de paz territorial se encuentra atada a la necesidad de diseñar, impulsar y aplicar  una estrategia robusta y coherente de transformación de los campesinos y de las economías campesinas que, desde hace más de cuatro décadas, vienen bailoteando en el vacío  o auto-consumiéndose en su propio pellejo  o arrastradas hacia afuera  por periódicos intentos  de colonización, que no han hecho otra cosa  que apretar los nudos que las han mantenido atadas y subordinadas al capitalismo agrario sobre todo en materia de atender a sus demandas periódicas   de mano de obra asalariada  en las épocas de cosechas, de siembras y de desyerbe. Ya se hizo referencia a  los resultados parciales  del Censo del 2014, dados a conocer en agosto del 2015, que reafirman el carácter histórico, y, por lo tanto, movible, de los dos extremos de la concentración-fragmentación de la propiedad de la tierra en Colombia: en primer lugar, entre 1960 y el 2014 la frontera agrícola  se amplió, de modo considerable, al pasar de 27 millones de has a 111.5, crecimiento que fue absorbido  por la gran propiedad , pues las explotaciones de 500 has, en manos del 0.4 de los propietarios, ocuparon el 41% del área sembrada, pero con una mayor participación  de las unidades  con más de 1000 hs; como contraste,  las pequeñas explotaciones se fragmentaron aún más hasta representar casi el 70% de las unidades de explotación con una superficie que sólo alcanza el 7% del área sembrada. Estas cifras sobre la distribución de la propiedad se complementan  con las de sus usos: del total del área para uso agropecuario, el 79% se dedica a pastos y solamente el 21% a cultivos lo que explica la dependencia alimentaria de Colombia donde se tiene que importar el 50% del abastecimiento alimentario.[55] Recordar ahora que en los latifundios ganaderos de explotación extensiva el 50% de la tierra está subutilizada, pues de los 35 millones de hectáreas ocupadas, sólo el 19.3% tienen vocación ganadera, amén de que, en general, no sólo generan bajo empleo sino que, además,  la tecnología que utilizan no va más allá de algún desyerbe periódico, de echarle sal a los bebederos y de pasar el ganado de un potrero a otro. El mismo gremio ganadero ha reconocido el actual uso ineficiente de la tierra y, y por eso, como “aporte a la sustentabilidad ambiental del país”, ha ofrecido devolver, antes del 2019, a la Reserva Forestal 10 millones de hectáreas.[56] Es aquí donde se encuentra la base material para replantear las relaciones entre las Economías Campesinas y las Empresas del Hato Ganadero, pues esa tierra sobrante y ociosa por una razón constitucional ligada a la función social de la propiedad privada, y no porque eso haya sido acordado en la Habana, debe ser objeto o de un nivel adecuado de impuesto predial manejado por Impuestos Nacionales y no por las Alcaldías o de una declaratoria de extinción de dominio entrando a engrosar el Fondo de Tierras contemplado en el  Primer Acuerdo sobre Reforma Rural integral, con el que se definió que, entre otras muchas cosas, se dotaría de tierra a los arrendatarios, así como los campesinos residentes en el campo que la tuviesen de modo insuficiente. Es bien sabido que en Colombia, el uso que se le ha dado a la tierra, sobre todo cuando ha tenido un carácter de muy visible subutilización, ha sido una de las fuentes principales de los conflictos sociales en el campo destacándose en la materia la economía ligada al Hato ganadero.
Sorprendido se mostró el presidente Santos  al escuchar el 11 de agosto del 2014 al director del DANE presentando los resultados del Censo, y por eso, olvidadizo de la lógica de los ZIDRES, no pudo más que decir,
“La paz comienza en el campo. El conflicto armado es producto del campo, ahí nació, y por eso, si queremos alcanzar la paz en el largo plazo, tenemos que prestarle mucho más atención al campo”.[57]
Es cierto que las Economías campesinas para que puedan ser el soporte o eje de la construcción de paz territorial requieren de una clara y sólida modernización, pero sin que pierdan su esencia más íntima, que se encuentra ligada, a la forma de producción,
  1. a que el productor campesino residente sea el propietario de predios adecuados;
  2. a que en ellos labore una buena parte de la fuerza de trabajo familiar; y
  3. a que no se quiebre la unidad producción-consumo, si no que toda mejora técnica se traduzca, no tanto en ganancias y capitalización, sino, más bien, en la cualificación de la subsistencia familiar y comunitaria y a la creación al lado y en función de ellas,  de Asociaciones productivas y sociales complementarias.
A partir de estas notas comunes, de territorio a territorio, habrá ya muchas diferencias entre economía campesina y economía campesina, asociadas a particularidades del territorio en que se inscribe, a tipos de cultivo, etnia y cultura étnica, a adecuaciones infraestructurales, a formas organizativas de las bases sociales que las soportan y mueven, al tipo de relaciones con el capitalismo agrario y con el Hato ganadero extensivo. Por lo tanto, aunque posean algunas notas comunes, no se puede tipificar un modelo de Economía Campesina que sea válido para todo el país.
 Finalmente, no se puede olvidar que    es en las Economías Campesinas  donde habita  el grueso del campesinado: según Información del DANE para el 2013, 2l 25% de la población colombiana era rural, o sea 11 millones y  de ellos, 8 millones eran genuinos campesinos, que le dan forma al 12% de los hogares colombianos y al 90% de la mano de obra agrícola, que, no obstante las condiciones  de  pobreza en que vive el 64%,  cosecha la mitad del área sembrada de cultivos.  Ante todo y sobre todo, será, entonces, ésta la población sujeto de una estrategia de construcción de paz  en y desde los territorios.
2.4.            El Neoliberalismo y el fortalecimiento del Neoparamilitarismo Relocalizado como los mayores obstáculos a los procesos de construcción de Paz en y desde los territorios.
No es que  con la mera dejación de las armas el país, de modo automático,  se vaya a poner ad portas de un proceso de trasformación de las relaciones sociales en el campo a partir, sobre todo, de las economías campesinas. Los obstáculos son grandes, siendo los mayores, 1.la recolocación, localizada, del neoparamilitarismo, y 2. la inspiración tercamente neoliberal de las políticas públicas del Estado colombiano.
  En relación con el grado de afectación por el conflicto interno armado (y por las violencias estructural y simbólica) Mauricio García ha distinguido en el mapa de Colombia cuatro tipos de municipios[58]:
A.    El primero es el que denominamos Estado local en disputa, en donde uno o varios actores armados compiten con el Estado en la regulación económica, social y política del territorio.
B.     El segundo es el Estado local paralelo, en donde un actor armado, por lo general la guerrilla, domina la parte rural y el Estado se impone en el casco urbano municipal.
C.     El tercero es el Estado local cooptado, en donde, a pesar de las apariencias de normalidad, las  instituciones municipales han sido capturadas por la mafia o por un poder terrateniente o paramilitar.
D.    Por último está el Estado local abandonado, en donde no hay actores armados, pero las instituciones municipales no tienen ninguna capacidad técnica, política o administrativa para regir los destinos del municipio.

Como para decir que estas cuatro modalidades de “Estado Local”, de distintos modos, se encuentran implicadas en el actual y obsoleto ordenamiento territorial del país, que arrancando desde principios del siglo XX con el gobierno de Rafael Reyes[59], entre otras muchas, en la actualidad presenta  la importante novedad de la paramilitarización del país por la vía de ejércitos privados, que tienen su propio ordenamiento territorial fáctico muy en función de sus intereses estratégicos.
Por otra parte, en una muy actual entrevista al sociólogo francés Frederic Levaron[60], ayudante de Pierre Bourdieu, aquel ha declarado que, debido sobre todo a la crisis financiera global, el neoliberalismo y los proyectos en él inspirados, han entrado en una “crisis intelectual de creencia”: habrían perdido gran parte de su vigencia y vigor, pues los supuestos de “la eficiencia natural del mercado y de un progreso relacionado con un crecimiento económico liberalizado” se estaban dando de bruces  en muchas partes del mundo; pero, por desgracia, señaló, los que los promueven “siguen estando en posiciones de poder y continúan intentando promover  sus políticas”  o, agregamos nosotros  ahora,  tras un conjunto de gobiernos progresistas de orientación post-neoliberal, éstos han venido regresando , mediante golpes de Estado de nuevo tipo, a un manejo neoliberal del poder tal como ha estado acaeciendo en América Latina. Al terminar la entrevista Lebaron señaló que en las ciencias económicas se han venido aproximando dos sectores- de un lado, Pikety, y del otro, post-keynesianos, neo-institucionalistas y marxistas, que en alianza  y de cara a la honda crisis en que han entrado el capitalismo financiero y el neoliberalismo, pueden ser “portadores de un cambio  en las instituciones  y políticas económicas”; pero su aproximación sólo puede ser eficaz si encuentra expresión en el campo político: en definitiva, precisó, “son los movimiento sociales, los pueblos, los que todavía tienen la llave de la Historia”.
Por otra parte, ahora al iniciarse “la era Trump”- su Secretario de Estado  ha dicho que quiere ‘revisar’ el acuerdo con las Farc alcanzado por Colombia, “uno de nuestros aliados más cercanos en el Hemisferio”[61], el Nobel de Economía Joseph Stiglitz ha recordado que, como explicó en su libro del 2002, “Los Malestares de la Globalización”, las políticas neoliberales que se han utilizado  para manejarlas “han sembrado las semillas del descontento generalizado” y que, por eso, de cara a un Trump que pregona para su país un sofisticado proteccionismo hiper-industial,  “los demócratas tendrán un futuro  sólo si rechazan el neoliberalismo”.[62]
Ni mandado a hacer este análisis para el caso colombiano. Aquí en Colombia en  concreto, país  donde en las últimas décadas el neoliberalismo se ha reforzado manteniéndose  vigente en medio de gobiernos latinoamericanos anti-neoliberales,  la pacificación acordada en la Habana, sólo logrará medio sostenerse con “ciertas pequeñas excepciones” aplicadas por el Estado a un manejo neoliberal de las políticas públicas; entonces, la única salida sólo podrá ser la de unos movimientos sociales territoriales, tan robustos y auto-sostenidos como para arrastrar al Estado a la construcción de paz  en y desde los territorios. He  ahí el gran reto de la etapa pos-acuerdos la Habana.

Manteniéndonos todavía en un nivel de aproximaciones sucesivas, precisemos ahora cuáles podrían ser los ejes centrales para gestar una transformación en la sociedad nacional a partir  de un cambio importante en la estructura social rural colombiana.
3.      El REORDENAMIENTO TERRITORIAL DEL PAÍS: LA CREACIÓN DE LOS ESTADOS REGIONALES Y DE LAS PROVINCIAS.  (Constitución de 1991)

Fantasioso y disfuncional e inorgánico se evidenciará todo esfuerzo por construir paz en y desde las regiones mientras en Colombia no haya un importante reordenamiento de sus territorios. Desde la aprobación de la Constitución de 1991, que teóricamente  posibilitó la creación de los Estados Regionales y de las Provincias, al Congreso Nacional han llegado a dormir  el sueño de los justos muy variadas propuestas, desde las más simplistas y mecánicas pasando por otras más instrumentales hasta llegar a unas terceras más complejas y dificultosas pero funcionales como fue la ardua y colectivamente trabajada por Orlando Fals Borda, que es una, entre las que hay que levantar y desarrollar en esta etapa postconflicto interno armado. Dificultoso empeño, por cierto, pues por ejemplo, la dirigencia antioqueña no va soltar fácil a Urabá, ni el Valle al Pacífico, ni Bogotá a las regiones. Y así será, pues no se trata simplemente de redefinir límites departamentales ni  de ajustar y reagrupar municipios, sino como ya lo condensó desde hace una década Alvaro Camacho Guizado, desde un principio la base estaba,
“en el desarrollo  de la autonomía regional, el control ciudadano del poder y la participación ciudadana en las decisiones”.[63]

No olvidar, por otra parte, que un nuevo ordenamiento territorial será el necesario contexto para la territorialización de las Políticas y Estrategias de desarrollo de las localidades o sea El Ordenamiento territorial bajo su Enfoque Planificador tal como lo ha venido trabajando desde tiempo atrás y ahora desde el UPRA del Ministerio de Agricultura, el académico de la Universidad Pedagógica Nacional Angel Massiris Cabeza con textos como “Determinantes de los Planes de Ordenamiento Territorial” y, siendo éste el más funcional y útil como  contexto operativo para las Estrategias de Construcción de Paz Territorial, Modelo territorial agropecuario y Estrategia de ocupación y uso del territorio rural  agropecuario en Planes de Ordenamiento Territorial Municipal”.[64]

Por otra parte, el año pasado Amilkar Acosta, presidente de la FND, Federación Nacional de Departamentos escribió un artículo donde destaca la urgente necesidad de que las regiones alcancen más poder para poder alcanzar la paz, así,
 “Definitivamente, tenemos que concluir que el mayor desequilibrio de poderes no es entre las ramas del Poder público, sino entre el poder arrollador y absorbente del Gobierno central y el poder territorial reducido a un capitis diminutio. Firmado el Acuerdo en la Habana se impondrán muchas reformas, pero la principal de ellas es el reajuste institucional, pues la actual arquitectura institucional no es la más adecuada para construir la paz y que esta sea estable y duradera. Será menester acometer cambios en la forma de gobernar, de hacer política y en el relacionamiento del Estado y la política con los ciudadanos. El columnista Francisco Gutiérrez Sanín dice algo muy cierto: “hay problemas muy serios en la configuración de nuestro sistema político y en la manera en que partidos y Estado se instalan en las regiones”. Se impondrá, por fuerza de las circunstancias, un re-equilibrio de poderes, en donde las regiones tengan más poder, al tiempo que este se ejerza con mayor transparencia y probidad, pues, como bien lo ha dicho el general Naranjo“la corrupción es el peor enemigo de la  paz”.[65]
Después de la Constitución de 1991, al Congreso fueron presentadas 17 proyectos de reforma del ordenamiento territorial del país, que, al quedar congelados en los anaqueles de los congresistas, este tema quedó por fuera de toda agenda hasta que se presentó al Congreso un muy especial proyecto para una ley orgánica de ordenamiento  en procura de la descentralización en el manejo del Estado en la que “lo territorial” sólo tenía que ver con el uso del suelo y los procesos de urbanización de los municipios.  Pero, el proyecto del 24 de agosto del 2007 no pasó de ser más que una ley ordinaria que se sobrepuso, de modo desarticulado, a un  ordenamiento territorial vigente que, bajo la idea matriz  de departamento, venía desde el gobierno de Rafael Reyes a principios del siglo XX así como como a la dispersa y amplia pero precaria legislación ya existente en procura  de institucionalizar la descentralización desde lo departamental y lo municipal. Dada esta situación, la dirección de El Tiempo no pudo más que destacar,
“Mientras siga el país en el limbo en materia de aprobar  una ley orgánica  de ordenamiento territorial, LOOT,  seguramente el ordenamiento seguirá  en manos de los grupos  al margen  de la ley, que han realizado su propia reforma agraria imponiendo  con violencia  el uso y propiedad del suelo, creando su propio modelo de desarrollo local, basado en el crimen y el narcotráfico”. [66]
 En esta ocasión el tono y el contenido de esta declaración de la Dirección del Tiempo nos permite explicitar una hipótesis que señala  que el ordenamiento territorial  de un país no es un simple asunto técnico sino que  las relaciones de poder entre los actores que se beneficiarán de los distintos espacios de lo territorial siempre  han  sido  un fenómeno actuante  central. En un marco de relaciones de poder no es lo mismo que el sujeto central del ordenamiento territorial lo sea la dirigencia del establecimiento residentes en Bogotá a que lo sean los pobladores comunales de los territorios regionales, subregionales y locales. 
Para esa fecha del 2007 ya éramos muchos los que en Colombia rastreábamos las dificultades y obstáculos para hacer realidad la posibilidad abierta por la Constitución de 1991 de reordenar territorialmente el país bajo un Enfoque de Región  como matriz política, y no simplemente administrativa,  reguladora de la distribución del  poder y los poderes  en los territorios. Al salirle al paso a las críticas que se formulaban sobre las dificultades para sacar avante una Ley Orgánica de ordenamiento territorial, desde el 2003 Juan Martín Caicedo había señalado que “no había sido  por falta de voluntad política del Congreso” sino que el texto constitucional era muy ambiguo, que si el Estado Federal  o el Departamental o el de Provincias o  el Municipalista, y que por eso en la ANC se había producido esa polarización entre regionalistas liderados por  Fals Borda y departamentalistas bajo la conducción de Rodrigo Lloreda y Gustavo Zafra. Así se pueden condensar las críticas recogidas por Juan Martín Caicedo: que no había sido mala voluntad del Congreso sino que la imprecisión de la Constitución sobre la materia era enorme; que los costos de la creación de los Estados Federales no eran financiables; que si se aproximaba un dialogo con la guerrilla había que discutir con ella un asunto que, por otra parte, no aparecía en su agenda dado que “el tema no le interesaba en la medida en que buscaba hacer presencia en todo el territorio nacional”; y finalmente, que la “cultura departamental” vigente socialmente estaba tan  asentada que, por ejemplo, la gente podía gritar “Viva el Valle! pero no, ¡Viva el Suroccidente colombiano!  [67]
Pero en el 2011, en el primer año del presidente Santos, llegó efectivamente una así llamada “Ley  Orgánica de Ordenamiento  territorial” (LOOT)[68]. Por décima octava  vez  retornó al Congreso ese proyecto de ley, “por la cual se dictan normas orgánicas  sobre ordenamiento territorial y se modifican otras disposiciones”. Como central apareció una noción, la de región, pero no como matriz  de un nuevo ordenamiento territorial del país, sino bajo una concepción instrumental: la Región como espacio para la Planificación y la Gestión. Sobre la materia, esto fue lo que escribió El Ministro de Interior y de Justicia, Germán Vargas Lleras,
“Las regiones que deseen convertirse en entidades territoriales, previamente deben transitar, de conformidad con el espíritu de la Constitución,  una etapa de preparación como Regiones Administrativas y de Planeación”.
Para justificar esa sacada del cuerpo a un efectivo y progresista reordenamiento territorial, el gobierno movió la frenada  tesis de que se trataba de “una ley de mínimos” que requería otros “mínimos”; había que dejar para más adelante el Enfoque  de Región desde lo político, por ahora había que ensayar con la noción  “como asociación de departamentos”, como Región Administrativa para la Planeación y la Gestión.  En el 2014 cinco departamentos, que cubrían el 14% del territorio nacional y poseían el 40% de la riqueza- Cundinamarca, Bogotá, Boyacá, Tolima y Meta- animados por ese espíritu asociativo y después de 10 años de reuniones, se unieron para crear La Región Central como Región Administrativa y de Planeación, RAPE[69]; el suceso no tuvo mayor impacto y como que, desde un principio, careció de nervio político aún en su misma etapa de despegue. En un substancioso documento, Luis Fernando Acevedo, arquitecto de la Universidad Nacional de Manizales y candidato a  doctor en Urbanismo, escribió,
“La verdad es que la historia de la legislación sobre ordenamiento territorial  se ha construido bajo esa concepción asociativa de departamentos,  aplazando siempre la visión integral y de lineamiento estratégicos que la articulan. Bajo ese criterio, este proyecto de ley no alcanza a ser orgánico y mucho menos de ordenamiento territorial, pues como se demostrará, el territorio brilla por su ausencia”. Por variadas razones caracteriza la iniciativa legislativa como “apresurada y sin fundamentos conceptuales”, amén de que iba a ser fuente de nuevos conflictos socio/territoriales, sobre todo ambientales; sobre todo cuestiona: 1. “La ausencia de una visión integral sobre la sostenibilidad  como eje estructural de las relaciones  entre la naturaleza  y la cultura, lo que es base de la conformación de territorio”; 2. “Hay una ignorancia explícita sobre el reconocimiento de la diversidad del territorio colombiano”;  3.”La negación de  hecho y de derecho de la diversidad cultural de la nación  en cuanto a sus características  multiculturales; 4. “la persistencia en ignorar  la región  como tendencia y expresión universal de una nueva manera  de ordenar y administrar el territorio”; 5.”Mientras el gobierno  abre todas las posibilidades  de relacionamiento de la nación con el capital privado global garantizando una especie de ‘supraestado’…condena a los connacionales como incapaces de encontrar nuevas y flexibles formas  de organización regional”; 6. “El acercamiento  a un nuevo centralismo al darle prerrogativas especiales a la Región Administrativa  entre Bogotá, Cundinamarca y departamento contiguos”; y 7. “ No parece ser una característica de ‘buen gobierno’ despachar una ley de tanta trascendencia con un proyecto que por sus características, se parece más a una alternativa burocrática. ..Pareciera que después de 200 años de independencia, el país seguirá siendo la gallinita de los huevos de oro del mundo industrializado. Entre tanto, la posibilidad de contar con una LOOT que entienda la importancia del territorio como una oportunidad para lograr la paz en Colombia, parece que seguirá aplazada”.[70]

Destacable es la dimensión política  tanto de los territorios como del asunto de la propiedad, uso y disfrute de tierra; cuando hablamos de estos fenómenos  siempre estamos asumiendo la existencia  de actores que ejercen sobre ellos  actos de domino y de poder.[71] Claro que el Estado es el regulador  de esa posibilidad de ejercicio de acciones de poder y como ningún Estado, ya sea de clase o de ciudadanía, es neutro o aséptico,  siempre se moverá  considerando el poder  real de los sujetos que  se benefician de una u otra “parcela” de los territorios. Por ejemplo, en Colombia ha sido el Estado el que apretado por el poder real de la gran propiedad territorial,  ha aceptado que sus propietarios gocen de tan bajos niveles impositivos como ha sido también el que, de cara al bajo poder de las economía  campesinas, ha aplicado fuertes castigos fiscales a los colonos  que  han buscado formalizar la propiedad  de tierras que ellos han valorizado producto de su trabajo. Digamos, entonces, como hipótesis – que empíricamente podríamos encontrar  probada en el conjunto del trabajo de Darío Fajardo, nuestro mejor investigador interdisciplinario de la cuestión rural[72]-, que la vigencia y perpetuación en Colombia  de un ordenamiento territorial en el que la matriz  es la noción obsoleta de departamento, ha sido muy funcional a la imposición en el agro colombiano de las siguientes movimientos tendenciales: 1. a la progresiva concentración y minifundización de la propiedad rural; 2. al incremento del área de tierra dedicada a la ganadería extensiva; 3.  a la disminución progresiva del componente de alimentos  de la canasta familiar nacionalmente producidos; y. 4. al “vaciamiento poblacional del campo” dada la expulsión- por  lo general con despojo de la tierra- sufrida por las economías campesinas.
Entonces, en la posible etapa de postacuerdos La Habana, una de las vías para empezar a enfrentar estos cuatro  problemas centrales,
A.concentración/minifundización; B. hato ganaderos subutilizados; C. alejamiento progresivo de la meta de la seguridad alimentaria; y. C.vaciamiento masivo de campesinos en los barrios pobres de las ciudades,
es por la de un nuevo ordenamiento territorial que, al crear los Estados Regionales y las Provincias como matriz del proyecto, propicie la organización democrática  de los territorios recogiendo todas las experiencias acumuladas a través de las cuales muchas comunidades- en Caquetá, Putumayo, Catatumbo, Meta, Valle del río Cimitarra etc- han realizado ya un excelente aprendizaje en materia de asuntos relacionados con el reordenamiento territorial bajo un enfoque de Planificación (democratización del acceso a la tierra, producción de alimentos, protección de los suelos y de las semillas y de las fuentes de agua etc.) [73]
3.1.            Hacia una mirada crítica de las 9 REGIONES propuestas por Orlando Fals Borda.
Como resultado del intenso trabajo realizado por la Comisión de Ordenamiento territorial entre 1991 y 1994, Orlando Fals Borda planteó la urgencia de crear   OCHO REGIONES SOCIODEMOGRÁFICAS,  que darían base para la creación de las Regiones  y Provincias, aunque para la Región No 8, la de La Amazonía donde predominan las Comunidades Indígenas, señaló que
“allí no puede haber ‘Estado’ al estilo occidental”.
Para Fals los criterios  culturales e históricos asociados a las bases sociales de los poblamientos  son esenciales para definir Regiones cuya delimitación no puede quedar simplemente a merced de razonamientos puramente económicos, ecológicos  o desarrollistas y por eso, al conceptuar, un ordenamiento territorial recoge una concepción integral basada en tres componentes,
A.    el político-administrativo(la organización de los poderes públicos en función del territorio);
B.      el ambiental- que liga la idea de territorio a la de medio ambiente y paisaje, así como a factores ecológicos en una especie de “región natural”; y
C.      el geopolítico tomando en cuenta los criterios culturales e históricos asociados a las bases sociales de los poblamientos. En síntesis precisa, 1. “lo más esencial de aquello que caracteriza a cada región como producto de la decantación sociocultural de nuestra historia”;2. el equilibrio regional que busca “combinar los recursos, potencialidades y talentos humanos de departamentos ricos y pobres para impulsar el progreso de los pueblos”; y 3.reitera lo histórico cultural que cohesiona todas las regiones, “lo que puede seguir uniéndonos dentro del todo colombiano: la certeza de que la diversidad  es vida y de que Colombia, entre los países del mundo, tiene la inmensa ventaja de esa pluralidad, riqueza que hay que defender y estimular”. [74].
Esto no obstante, en el ya citado texto en el que presenta las 9 Regiones privilegia el criterio asociado a lo histórico cultural, el Ethos, haciendo también referencia al equilibrio regional. De todas maneras, la propuesta de Fals Borda debe ser recogida para reflexionarla y desarrollarla sobre todo si, como es el caso nuestro, se está pensando pensando en  la creación de los Estados Regionales. Estas son las  Regiones de Fals:
1.      Región CARIBE[75] :

(En principio conformada por los departamentos continentales de la Costa Atlántica-  Guajira, Magdalena, Cesar, Atlántico, Bolívar, Sucre y Córdoba y Asociado San Andrés, Providencia y Santa Catalina).
Allí hay por lo menos 10 Subregiones, incluida San Andrés con su herencia anglosajona y protestante”. Los caribeños son distintos, pero a todos subyace “un ethos expansivo y eufórico” amén de que, para muchos costeños, “el presente es lo más importante en la vida”, pues el futuro no sería planeable. A veces da “la sensación de alegre  e irresponsable”, pero no es así, es, más bien “dejao”, “un ser realista que se adapta al ritmo de la vida inmediata, que sabe vivir y dejar vivir”. Son, además, creativos e imaginativos y proclives “a la autonomía y al separatismo”, pero “miran al  Caribe como región afín”. “De la apertura cultural y económica hacia los componentes de nuestro mar interior va a depender en gran medida el futuro de la Región Caribe y su fuerza como unidad territorial, una vez se dé vía libre a la ley orgánica”.


2.       Región PACÍFICO NORTE[76]:

 (En principio conformada por los departamentos de Antioquia, Caldas, Risaralda y Quindío, a los que se añadiría el Chocó “por el principio del equilibrio regional”).

Como pueblo “emprendedor, migrador y comerciante” caracterizó  en 1934 Luis López de Mesa a sus paisanos; en muchos ámbitos , desde el cultural hasta el del sicariato, desde la fonda hasta la parroquia y el pueblo, se puede observar  que “la mujer-madre es la columna vertebral de la cultura antioqueño” destacándose también  “un cierto individualismo equiparable a la ética empresarial calvinista”. “Hay, pues, egoísmo y altruismo, atomismo y comunalidad, lo sacro y lo profano compartidos en la personalidad del ‘paisa’, de allí su dinamismo emprendedor y la tensión vital que despliega”. Esa multiplicación antioqueña y la difusión de su cultura  han tocado todos los entornos del departamento original, entre ellos el sur de Córdoba y el vecino Chocó donde a los ‘paisa’ les espera un reto particular: “modificar substancialmente la filosofía de la colonización salvaje del hacha y la motosierra por otra respetuosa de la selva y de los tradicionales habitantes de ésta”.

4.      Región ANDINA NORTE[77]:

 (En principio conformada por Santander del Norte y del Sur).

 En esta Región el  “prototipo es el del  hombre valiente y guerrero que es, al mismo tiempo, radical, independiente y laborioso” rasgos que también comparte la mujer. “Allí se iniciaron las guerras civiles más duras del siglo XIX, pero “también se expidieron  las Constituciones más idealistas e innovadoras”. La región presenta muchas diversidades subregionales porque allí las provincias- Ocaña, Pamplona, Cúcuta, Vélez, Girón, Socorro, San Gil, Rovira y Mares- nunca murieron. “También allí todavía “se encuentran expresiones de una masculinidad cruel y violenta que se manifiesta hasta en la familia”, pero, de todas maneras, “los santandereanos han creado un ethos  inconfundible como conciencia política de la nación).


5.      REGIÓN ANDINA CENTRAL

(En principio conformada por Bogotá, Cundinamarca y  Boyacá.

 “Con los herederos del  imperio muisca se trama una psicología especial que, según observadores, hace del hispano chibcha un ser reservado y montuno de risa asordinada, que cultiva sus pasiones calladamente”; de ahí la hipótesis de “la melancolía de la raza indígena, que no h dejado de influir en la historia de esta región. Sin embargo, esta hipótesis h perdido fuerza, pues es bien conocida que tienen  los boyacenses de  “buenos trabajadores: “son gentes de minifundios productivos que se han venido pulverizando por la herencia familiar y el monopolio de las haciendas”. En la actualidad, La sabana de Bogotá se siente amenazada por nuevas fuerzas de concentración de tierras y “la destructiva tecnología de la floricultura”. Bogotá se ha convertido en un monstruo y “sus tentáculos multiformes y caóticos  amenazan no sólo a la sabana circundante sino también al ethos hispano-chibcha que le infunde personalidad e identidad propias. Por eso hay que producir otro tipo de matrimonio entre el departamento y el distrito, distinto al antifuncional connubio existente”.


6.      REGÍÓN ANDINA SUR[78]

(En principio conformada por  antiguo Gran Tolima  o sea  los actuales departamentos de Tolima e Huila).

Dicen que el pueblo “opita es apacible” pero no “bobo”, “puede llegar “a iracundo cuando se lo hiere en su concepto del honor”. Pero, “también  el pueblo grandotolimense… es el más celoso guardián de la música y el folclor nacionales…El equilibrio inestable entre la paz y la guerra, en el que milagrosamente  ha  tendido a prevalecer la primera, se ha percibido en momentos críticos como en el de la violencia de 1948. Entonces hubo destellos de hidalguía y altruismo, como el de los liberales que escondieron en sus casas a conservadores perseguidos”.


7.      REGIÓN PACÍFICO  SUR[79]
(En principio conformada   son los herederos del Gran Cauca, Valle, Cauca y Nariño).

De todas maneras, no tienen, en el lenguaje de Fals Borda, “un ethos común”, pero es un mosaico cultural “de los más ricos de Colombia”: “Se trata  de un cinturón de litoral del Pacífico habitado por afrocolombianos en su mayoría; una zona triétnica  en la serranía y por todo el Valle del Cauca; y una zona  indio-mestiza que e extiende por la Cordillera Occidental y Central y llega hasta el Tolima…”. “De ahí surge el mito del valluno alegre y del caucano serio, además del recato ingenuo y servicial del pastuso.”

8.      REGIÓN ORINOQUIA[80]  

(En principio conformada por  la Región llanera, esencialmente por Arauca, Casanare, Meta  y Vichada, y marginalmente  la  selva amazónica al sur Guaviare y Vichada).

Con dos grandes épocas en su conformación territorial: “La primera se remonta a la Colonia, y allí se enraíza la cultura llanera clásica, la de los joropos de tres días, pisillo de carne seca, el arpa y el cuatro introducidos por los misioneros, l plátano topocho y el chimú de tabaco para espantar culebras”; “La segunda, la contemporánea, ha sido descrita por Alfredo Molano como una colonización-crisol de pueblos diversos, que van formando desde el piedemonte una compleja sociedad emergente. Aquí se empieza a desdibujar la cultura llanera clásica, con la llegada de campesinos andinos, especialmente los desplazados por la violencia, y con empresarios que introducen lA agroindustria (sorgo, palma, arroz), la acerca de alambre y la coca”. “El crisol de Orinoquia todavía es muy dinámico. Nuevos recursos-petróleo y gas-se descubren, lo que le lleva a articularse más con el resto del país. Siguen llegando colonos y trabajadores dispersos…Pero de los llaneros autonómicos dependerá que persista el sello propio de la Orinoquia, el de la lucha histórica por la libertad,  por la siempre serán recordados en el resto de la comunidad colombiana.”

9.      REGIÓN AMAZONÍA[81]

(Se trata de los departamentos del Caquetá, Amazonas, Putumayo, Vaupés, Guaviare y sur de la Guanía).

 En lo histórico marcados todos por “sufrimiento étnico” infringido por “horripilantes masacres de la peruana Casa Arana por el control del caucho y las desecraciones de territorio indígena por invasores ‘blancos’ de alma depravada”. Desde el punto reorganizativo, “allí no puede haber ‘Estado’ al estilo occidental. Otra filosofía territorial, que es al mismo tiempo ambiental y cultural, está la orden del día para llegar a lo que se ha dado en llamar `desarrollo sostenible”; no conviene ver a la Amazonía fragmentada por límitesarbitrarios, como en los actuales departamentos. “Se trata de un pasado que deberá superarse con la ley territorial, al permitir reorganizar entidades territoriales indígenas además de los viejos resguardos para alrededor de 100 etnias y 100.000 habitantes por allí dispersos o viviendo en malocas”. “La defensa del bosque húmedo tropical es un imperativo universal, en lo que los indígenas son los más competentes. Debemos aprender de ellos y de su formas de vida, y respetar lo que saben. Antropólogos respetables como Reichel-Dolmatoff lo han investigado, para concluir que tribus como la de los Desana  o Tukano “tiene una concepción del cosmos, del tiempo y de la humanidad que admiran por su coherencia y belleza simbólica”.

4.      LOS POSIBLES ESTADOS REGIONALES, REDUNIPAZ Y LAS  PROPUESTAS DE EDUCACIÓN Y AUTOFORMACIÓN DE LOS EXCOMBATIENTES.

En este Ensayo en su capítulo III, se está pensando en la reactivación de la Red de Universidades por la Paz, REDUNIPAZ, solicitándole a sus Nodos Regionales la definición y puesta en acción en 9 Regiones del país de  Propuestas diferenciadas de  Educación  y Autoformación  de las distintas categorías de  Excombatientes; en la etapa postconflicto interno armado, una vez hecha la dejación de las armas, sería ése el aporte de las Universidades Públicas y Privadas a la construcción de paz en y desde los territorios comunales. Entonces, aunque todavía no se haya iniciado proceso alguno de reordenamiento territorial, se ha pensado que sería en las zonas donde se fundarían esos potenciales y posibles Estados Regionales desde donde los Nodos Regionales de REDUNIPAZ podrían lanzar y aplicar sus propuestas de educación y de autoformación. En consecuencia, esos posibles Estados Regionales podrían ser,
1.      Estado Regional del CARIBE (Guajira, Magdalena, César, Atlántico, Bolívar, Sucre y Córdoba).
2.      Estado Regional del EJE CAFETERO (Caldas, Risaralda y Quindío).
3.      Estado Regional de ANTIOQUIA (Antioquia y Chocó).
4.      Estado Regional de SANTANDER (Santander del Norte y del Sur).
5.      Estado Regional del CENTRO (Cundinamarca, Boyacá y Bogotá).
6.      Estado Regional del GRAN TOLIMA (Tolima y Huila).
7.      Estado Regional del SUROCCIDENTE COLOMBIANO (Valle del Cauca, Cauca, Nariño y Putumayo).
8.      Estado Regional de la Orinoquia (Arauca, Casanare, Meta, Vichada y sur de Guaviare y de Vichada).
9.      Estado Regional de la Amazonía (Caquetá, Amazonas, Vaupés, Guaviare y sur de la Guanía).

Entonces, desde esos territorios, cada uno de los 9 Nodos Regionales de REDUNIPAZ, a través de las Universidades públicas y privadas que los conforman,  podrá formularse  preguntas nodales como:
A.    ¿Cómo desarrollar, de modo crítico, el presente documento sobre el significado y los alcances de la construcción de paz  territorial en Colombia?
B.     ¿qué significa construir paz territorial en cada uno de los Estados Regionales?
C.     De acuerdo con las experiencias investigativas y prácticas acumuladas de cada Universidad, qué puede aportar cada Nodo y cada Universidad a la construcción de paz territorial? Y
D.    En materia de levantar una Propuesta de Educación y de Autoformación de las distintas categorías de Excombatientes, qué ejes de acción puede ofrecer cada uno de los Nodos Regionales?

4.1.             LOS ESTADO REGIONALES EN MOVIMIENTO

Entonces, hecha la dejación de las armas, “algún tipo de reordenamiento territorial” se evidencia como necesario para poder abrirle una puerta de entrada práctica y operativa a la construcción de paz territorial en y desde los territorios comunales. En este Ensayo ya nos casamos con una que encierra la creación de  Estados Regionales, que aseguren la autonomía de las Regiones, es decir, el poder real de la población comunal.
En nuestra opinión, en las dos primeras décadas del postconflicto interno armado, los posibles Estados Regionales en sí y a través de sus Provincias deben tener,  con la más vigorosa participación de la población comunal, de la que harán parte los Excombatientes, como única y prioritaria misión la de diseñar y ejecutar las Estrategias y las Políticas orientadas a  alcanzar el desarrollo integral de aquellos territorios priorizados como Zonas Tipo-Ideal de Guerra, de Violencia Estructural y de construcción de Paz.
Entre los componentes de esas Estrategias y Políticas conviene destacar,

A.    La aplicación del componente de reforma rural  integral del Acuerdo de la Habana para dotar de tierra suficiente a la masa de arrendatarios y de pequeños productores que la tienen insuficiente bajo la forma de Unidades Agrícolas Familiares y Plurifamiliares, UAFP;  que, por lo menos, un millón y medio  de productores/propietarios residentes, distribuidos en unos 2.5 millones de hogares, lleguen a ser los sujetos proactivos  de las nuevas Economías Campesinas.
B.     La puesta en acción, con objetivos  a corto, mediano y largo  plazo, de un Programa de Estado enhebrado alrededor de las Economías Campesinas  orientado a lograr la meta de la Soberanía Alimentaria haciéndole cumplir un papel central a la Planeación Indicativa así como a estrategias de mercadeo que abrevien y racionalicen los pasos entre los productores  rurales y los consumidores urbanos; entonces, que a partir de una situación en la que estos campesinos, y no las empresas agrícolas , están produciendo el 40% del componente alimentario de la canasta familiar y en la que el otro 60% se está importando, se avance a otra en la que el noventa o  casi el  ciento por ciento lo produzcan los campesinos colombianos.

En relación con este eje, ahora es momento de que el movimiento alimentario entienda la llegada de Trump al poder como un reflejo de lo que está mal con nuestro sistema económico y político.  A escala internacional, le ha surgido pues otro gran obstáculo a la construcción de paz en y desde los territorios,

Sí, Donald Trump es un asalto atroz a los derechos humanos y a la mínima decencia – pero el problema no es él. El problema es el sistema que permitió que llegue Donald Trump y otros como él y que siga trabajando a favor de sus intereses.  Como movimiento alimentario debemos evaluar las formas en las que nuestras luchas por la seguridad alimentaria, por la soberanía económica local, y por la justicia alimentaria, racial y agrícola están conectadas estructuralmente dentro del sistema alimentario capitalista. Este sistema no está roto – está funcionando justamente como debe funcionar: consolida la riqueza y el poder y transfiere los costos económicos y ambientales a la sociedad.  Bajo la administración de Trump tenemos una oportunidad profunda para reflexionar y para luchar no solo por tener más mercados campesinos, seguridad alimentaria, igualdad racial, y justicia agrícola  sino que debemos trabajar juntos para la transformación alimentaria y para la construcción de un sistema completamente distinto que sirva a los trabajadores, agricultores, mujeres, personas de Color, y demás. Tendremos que pelear las mismas batallas que siempre hemos peleado pero bajo circunstancias nuevas.  Las viejas formas de hacer las cosas, incluyendo las peticiones, cartas firmadas, esfuerzos vinculando granjas y escuelas, huertos comunitarios y otras alternativas, no funcionan si están aisladas “.[82]


C.    El fomento, al lado como complementarias de las Economías Campesinas, de un conjunto de ASOCIACIONES PRODUCTIVAS Y SOCIALES, autogestionarias ojalá todas ellas,  orientadas a fortalecer el logro de la meta de la soberanía alimentaria, así como el servicio colectivo y/o compartido de tecnologías costosas, asimilables a las condiciones de las Economías familiares, pero  no financiables mediante  el esfuerzo personal individual.
D.    La creación en zonas estratégicas de cada uno de los 9 Estados Regionales de Programas Pilotos de educación y autoformación orientados a vivir y enraizarse en el campo en ámbitos formales como Primera Infancia, Primaria, Bachillerato e informales como Turismo Rural, Artesanías Campesinas, Escuelas Rurales de Formación Deportiva, Recuperación y Conservación del Medio Ambiente Rural, Recreación Rural, La creación artística y el mundo rural, Talleres y Avifauna. 

E.     La creación en cada uno de los Estados Regionales de una Secretaría encargada de la  construcción y reconstrucción de la Vivienda Rural.

F.     El Impulso a la  RURALIZACIÓN  de las Políticas Públicas, sobre todo en materia  de educación, salud, seguridad social, deporte turismo rural y recreación

Es el Estado el que  tiene que ir al campesino y no el campesino el que tiene que venir a las ciudades a buscar el Estado Así, pues, que entre muchas de las cosas que exigirán los procesos de construcción de PAZ TERRITORIAL ESTÁ ÉSTA LA DE  LA RURALIZACIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS  DEL ESTADO, pues hasta ahora éste ha atendido al campesinado  pobre con las sobras que le han quedado. Y no se trata de alimentar el  estatalismo distribucionista sino de recordar que gobernar es atender las demandas, necesidades e intereses de los gobernados pactando con estos, por ejemplo, estrategias de construcción de paz territorial en las que se destaque, por medio de un sistema de estímulos materiales  y morales,  la contribución efectiva de las ciudadanías campesinas  a la construcción de lo  social rural. Y  
G.    ahora sí, sobre una base así o sobre otra más sólida, que  venga, pero fortalecido, lo que el Estado Central casi siempre ha hecho en las regiones y municipios de manera tacaña,  obras de arquitectura y de distritos de riego, algunos caminos vecinales y carreteras, ciertos puestos de salud y escuelas, uno que otro crédito descontinuado; sí,  todo eso, pero de mejor calidad y con una muy  amplia cobertura campesina territorial.


5.      VEINTIUN TERRITORIOS TIPO-IDEAL DE GUERRA, DE VIOLENCIA ESTRUCTURAL Y SIMBÓLICA  Y DE CONSTRUCIÓN DE PAZ.

Este acápite no es más que una primera aproximación al problema.
Para la delimitación  de un “Territorio Tipo-Ideal de guerra, violencias y paz” se han tenido en cuenta los siguientes criterios: 1. Sobre todo y ante todo, la presencia regular de actores armados ilegales condición en que han caído los miembros de las Fuerzas cuando han hecho guerra por fuera de la Constitución y las Leyes; 2.existencia de centros  de producción de drogas ilícitas; 3. abandono o baja presencia social del Estado; 4.agudos niveles de pobreza expresados en altos índices de necesidades básicas insatisfechas NBI; 5.existencia de territorios volátiles hoy en manos de un actor y mañana en las de otro , y 6. sobre todo, en lo últimos cuatro años, fuertes protestas sociales.[83]
En este acápite aproximativo  no nos detenemos en los criterios 3 y 4 porque estudiado ha sido ya con suficiencia el carácter residual  de las Políticas  rurales del Estado así como la situación de pobreza social generalizada de los 8 millones de campesinos que habitan en el campo. No es que esta situación sea la causa del conflicto armado pero sí es un importante telón de fondo  que lo ha acompañado  y alimentado. En lo referente a las protestas sociales, los dos substantivos paros agrarios que ha habido no han sido obra de agitadores urbanos. Y en cuanto al criterio 2 sobre la existencia de centros de producción de droga, habría que decir que en las últimas cuatro décadas casi no ha habido porción de los territorios de guerra en los que, bajo algún forma, no haya hecho presencia el asunto del narcotráfico. Al respecto una sola indicación: si se toman en cuenta los  22 departamentos que en el 2014-2015 fueron trabajados en el  Censo de la Coca, sólo en  tres– Caldas, Cundinamarca y Guajira- no se detectaron cultivos. Entre Nariño que en el 2015 ocupó el primer lugar con 17.285 hectáreas sembradas y  Chocó  que con 1741  ocupó el noveno, en los puestos intermedios estuvieron Putumayo, Santander del Norte, Caquetá, Cauca, Guaviare, Meta y Antioquia; el puesto 10 lo ocupó Bolívar con 1566 hs correspondiéndole el 15 al  Vaupés con 109 encontrándose  en los intermedios Valle del Cauca, Córdoba, Vichada y Amazonas; finalmente, poca significación tuvieron  Guanía con 66 has, Santander del Sur  y Boyacá. Entre el  2013 y el 2014  reducciones drásticas en la producción, hubo en Vichada (-28%) y  Santander del Norte (-66%).[84]
Estos han sido los espacios que, en una primera aproximación, hemos priorizado  como “Territorios Tipo-Ideal de guerra, de violencia estructural y simbólica  y de construcción de Paz”:
1.       En el posible Estado Regional del CARIBE,  en una primera aproximación podemos, priorizar cuatro territorios:
(a).  LOS MONTES DE MARÍA: subregión compuesta por 8 municipios de Sucre- Ovejas, Los Palmitos, Morroa, Coloso, Chalán, Toluviejo, San Onofre, San Antonio de Palmito- y 7 de Bolívar- Carmen de Bolívar-municipio epicentro del conflicto- , San Jacinto, San Juan Nepomuceno,  El Guamo, María la Baja, Zambrano y Córdoba; esta región es conocida como Serranía de San Jacinto cubriendo unos 2.677 K2 de Bolívar y Sucre.[85]
 (b). LA MOJANA: esta Subregión está integrada por 13 municipios, así: Caucacia y Nechí (Antioquia), Achí, Magangué y Montecristo (Bolívar), Ayapel (Córdoba), Caimito, Guaranda, La Unión, Majagual, San Benito Abad, San Marcos, Sucre (Sucre)[86]. Y
(c). MAGDALENA MEDIO: son 30.177 Kts2 o sea el 2.64% del área total del país para un total de 35 municipios pertenecientes    a los departamentos Magdalena, Antioquia, Bolívar, Cesar y Santander, aunque también toca en menor escala a Caldas, Boyacá, Cundinamarca  y Tolima. Se trata de un extenso Valle interandino formado por río Magdalena entre los rápidos circundantes de Honda y la entrada del río a las llanuras costeras del Mar Caribe o sea entre La Gloria Cesar en el norte y Puerto Nare Antioquia en el sur. Comprende 35 municipios con muchas diferencias culturales, así: Antioquia (Caracolí, Maceo, Puerto Berrío, Puerto Nare, Puerto Triunfo y Yondó; Bolívar (Arenal, Cantagallo, Morales, Norosi, Regidor, Río Viejo, San Pablo, Santa Rosa del Sur y Simití); Boyacá (Puerto Boyacá); Cesar (Aguachica,Gamarra, La Gloria, San Alberto, San Martín); Santander: Barrancabermeja, Betulia, Bolívar, Cimitarra, El Carmen de Chucurí, El Peñón, Landáruzi, Puerto Parra, Puerto Wilches, Rionegro, Sabana de Torres y Simacota). Desde hace 20 años sea venido hablando de la creación del departamento del Magdalena Medio.[87]
(d).LA SERRANÍA DE PERIJÁ: cubre 475 kilómetros en el Cesar y la Guajira en los límites con Venezuela; linda región con una avifauna extraordinaria está habitada por el pueblo Yukpa y por numerosas comunidades indígenas. Ha sido  fuerte la presencia del ELN, pero, sobre todo dela Farc (macizo andino-zona de frontera).

2.      En el posible Estado Regional de ANTIOQUIA   hemos priorizado 4 Territorios :

(a). MUNICIPIOS DEL ORIENTE ANTIOQUEÑO. En municipios ubicados en la autopista Medellín-Bogota como Puerto Berrío, Granada, La Unión, Sonsón, San Carlos, Nariño, Argelia y San Rafael, no obstante con un panorama actual un poco distinto, demorada va a ser la reconstrucción de su tejido social dada  la intensidad del impacto que sufrieron entre los dos milenios en materia  de desplazamiento forzado- más de  cien  personas  entre 1995 y el 2006- secuestros, minas antipersonales, falsos positivos, reclutamiento de menores y furibunda confrontación armada entre las guerrillas, los paramilitares y el ejército[88].
(b). EL URABÁ ANTIOQUEÑO. En Katío Urabá significa “tierra prometida” y sus 11 municipios – Arboletes, Apartadó, Carepa, Chigorodó , Mutatá, Murindó, Necloclí, San Juan de Urabá, San Pedro de Urabá, Turbo y Vigía del Fuerte- lo serán cuando gestada la paz, el Estado regional democrático en el que quede inscrito en el futuro potencialicen las inmensas posibilidades y riquezas y empujes humanos actuales  de una subregión donde han tenido lugar las mayores barbaridades de la guerra; en las últimas décadas en Colombia ha sido el más perfecto Estado Ideal de guerra y de barbarie.[89]
(c). REGIÓN DEL BAJO CAUCA ANTIOQUEÑO: ubicada  en Antioquia en los límites con Córdoba y Bolívar por allí pasa el corredor que une el Catatumbo con el Urabá antioqueño. Ha tenido como epicentro los municipios  de Tarazá, Bagre y Cáceres con múltiples actores desde los años 70 y en el 90 llegaron los paramilitares y luego el Bloque de Mineros y el Bloque central de las AUC. Desmovilizados los paramilitares, hicieron presencia los Rastrojos, Paisas y Urabeños quienes, con las Farc y el Eln, en la actualidad se disputan el control territorial de la región.[90]
(d) MUNICIPIOS DEL CHOCÓ: una Región que en sus cinco subregiones tiene a 21 de sus 31 municipios impactados, en distinto grado, por el conflicto interno armado, no puede sino ser un importante  “Territorio Tipo Ideal” de guerra. Estos son esos 21 municipios: a. Bajo Atrato o Urabá Chocoano (Acandí, Unguía, ); b. Litoral Pacífico (Juradó, Bahía Solano, Nuqui, Alto Baudó, Bajo Baudó); c. Medio Atrato(Quibdó, Riosucio); d. Alto Atrato(El Carmen, Lloró, Bagadó); Alto, Medio y Bajo San Juan (El Cantón de San Pablo, Itsmina, Tadó, Condoto, Nòvita, San José del Palmar, El Litoral de San Juan).[91]


3.      En el posible Estado Regional del EJE CAFETERO,

 Hasta mediados de la década del 90, en Colombia el Caldas Grande (Caldas, Risaralda y Quindío), gracias al casi paraestado llamado Federación Nacional de Cafeteros,  fue sinónimo de  calidad vida, pues presentaba los índices nacionales más bajos de necesidades básicas insatisfechas hasta que por esos años  vinieron la crisis cafetera y un agroturismo que no despegaba, y entonces llegó también la   pauperización acelerada de una hasta entonces sólida clase media. En ese contexto, a partir de 1995,  llegaron las Farc y el Eln y el Elp cuyo impacto más fuerte sobre la región estuvo dado por el  desplazamiento forzado  de la población. Desde el conjunto de la Región cafetera  podían afectar a la economía colombiana  mientras en el Quindío buscaban controlar la vía al Pacífico y la transversal vial más importante del país en los límites con el Tolima. Notorio y notable fue el impacto de un desplazamiento que, en  el Caldas Grande se quedaba, sobre todo, en el  propio eje cafetero. En el nororiente de Caldas los municipios de Samaná, Pensilvania, Norcasia y las zonas de San Diego y Florencia fueron los más afectados y en   Riosucio en el occidente caldense el mayor impacto lo sufrió el pueblo indígena Emberá; en Pueblo Rico Risaralda lo fue la población afrocolombiana mientras que en  el mismo departamento  Quinchía fue el municipio más afectado.[92] 

4.      Para el posible Estado Regional de SANTANDER, hemos priorizado dos territorios,

(a). LOS 11 MUNICIPIOS DEL CATATUMBO: El Tarra, Tibú, San Calixto, Convención, Teorama, El Carmen, Hacarí, Sardinata, Zulia, La Playa y Ocaña: en esta extensa y rica Región, hermanados se encuentran todos los días  los cinco factores que más pueden incidir en la configuración de un “Territorio Tipo-Ideal de guerra”: a. presencia de todos los grupos armados ilegales; b. existencia de centros de producción  de drogas ilícitas; c. abandono del Estado; d. agudos niveles de pobreza; d. existencia de territorios volátiles hoy en manos de un grupo y mañana de otro; y d. y en los últimos años fuertes protestas sociales.[93] 
(b).EL MAGALENA MEDIO SANTANDEREANO: Aunque  en nuestra tipología de Territorios Ideales de Guerra Bucaramanga y zonas contiguas ya aparecieron  como parte del Magdalena Medio, sin embargo, creemos que por la importancia central que el conflicto armado ha tenido en esta subregión, este puerto debe ser objeto de un tratamiento especial como “territorio de guerra, violencia y paz”; en el casco urbano  de la ciudad, 10 de sus barrios han sido el disco duro de esa pugna territorial.[94]


5.      Para el posible Estado Regional del CENTRO, hemos priorizado 2  Territorios,
(a). CIUDAD BOLÍVAR (Bogotá) como “Territorio Tipo-Ideal de desplazados y de Construcción de Paz”. En Bogotá una de las principales expresiones del Conflicto interno armado es la recepción de población en situación de desplazamiento. Se trata de una masa crítica de 400.000 personas que, re-victimizadas, discriminadas y rechazadas,  deambulan por las calles de Ciudad Bolívar (17%), Kennedy (10%), Bosa (10%) Usme (7%), así como por las de Suba y Rafael Uribe Uribe.[95]; 11
(b). SUMAPAZ: Población convulsionada entre 1930 y 1940 por las luchas agrarias, un sector de Sumapaz se amnistió al llegar a la Presidencia El General Rojas Pinilla, pero otro sector, el llamado de los comunes, impulsó “la guerra de Villarrica”, que produjo los primeros desplazamientos hacia territorios de retaguardia, que en 1960 fueron llamadas “Las Repúblicas Independientes”. Entre 1970 y 1990 las Farc lograron posicionarse en la zona, que se constituyó en el epicentro militar y político del llamado sitiamiento farquiano a Bogotá. Cuando Uribe Vélez llegó a la presidencia en el 2002 Sumapaz fue la punta de lanza del inicio de la Política de Seguridad democrática[96]. De todas maneras, enorme ha sido el significado simbólico, militar y político de Sumapaz y zonas contiguas.
6. Para el posible Estado Regional del GRAN TOLIMA, hemos priorizado 2 Territorios,
 (a) EL SUR DEL TOLIMA: esta subregión sur, tanto suroriental como suroccidental, continúa siendo un bastión de gran relevancia simbólica- allí se encuentra Marquetalia vereda de Planadas donde fueron fundada las Farc- como estratégica- por allí pasan las cordilleras  oriental  y occidental, que son dos corredores estratégicos de acceso al Paramo de Sumpaz el primero y al Huila, Eje cafetero, Valle y Cauca el segundo. Entonces, los 26 municipios de esta subregión del Tolima (Alpujarra, Dolores, Villarrica, Prado, Purificación, Cunday, Icononzo, Melgar, Carmen de Apicalá y Suárez en la zona surororiental, así como Rovira, San Antonio, Ronsosvalles, Chaparral, Planadas, Ataco, Natagaima, Coyaima, Ortega, San Luis, Valle de San Juan, Saldaña, Flandes, Guamo, Espinal y Coello en la parte suroccidental) deben ser objeto de un trabajo especial de construcción de paz en y desde los territorios.[97] Y

(b)TRECE MUNICIPIOS DEL NORTE Y CENTRO DEL HUILA : en este 2016 , por lo menos, trece municipios de esta parte del Tolima Grande, hacen parte del actual territorio de guerra: Neiva, Gigante, Pitalito, Garzón, Acevedo, Barichara, Suaza, Colombia, Tello, Rivera, Campoalegre, Algeciras y Hobo; en especial hacen parte del norte y centro  del departamento siendo Neiva, Colombia, Algeciras y  Palermo, los cuatro municipios ya seleccionados para el trabajo de construcción de paz en la por el gobierno mal   llamada etapa postconflicto.[98] Las Farc han sido siempre el grupo preponderante. En lo estratégico la subregión es muy importante, pues es el cruce d cuatro corredores estratégicos, que comunican el sur y el Pacífico con el centro del país.

7. Para el posible Estado del SUROOCIDENTE COLOMBIANO, hemos priorizado  siete territorios,

Pero, antes advirtamos que de acuerdo con algunos cálculos[99], de los 276 municipios sugeridos como cabeza para trabajar la etapa post-acuerdos la Habana 52 están ubicados en Valle, Cauca, Nariño, o sea el 18.8%, con vulnerabilidad extrema 19, con alta 11 y con media alta 22. De acuerdo con nuestro Enfoque de ordenamiento territorial, el de la creación de los Estados Regionales, el Putumayo, por razones político-administrativas y geopolíticas y de equilibrio regional debería hacer parte del Estado del suroccidente colombiano, aunque respetando el criterio de Fals de que esta subregión, por el peso de que en ella tienen las comunidades indígenas y afro-descendientes no se ajustaría al Modelo de Estado occidental. De ser así, ese porcentaje del 18.8% se elevaría de modo considerable, pues habría que incluir, por lo menos a 9 de los 13 municipios de ese departamento con lo que el porcentaje se elevaría a al 22%.  
(a). LA SUBREGIÓN DE TULUA Y CARTAGO: a partir del proceso de confrontación que se exacerbó en el Valle a finales del siglo XX, en esta región fueron tomando forma tres importantes subregiones[100]. La vía Panamericana ha interconectado la Región plana que se extiende entre Cali y Cartago pasando por Palmira, Tuluá, Bugalagrande, Buga y Zarzal con alta densidad demográfica, un desarrollo económico superior al nacional e importante control territorial por parte del Estado y sus aliados; pero paralela a la región plana está la Región montañosa  situada sobre las Cordilleras Central y Occidental: baja densidad demográfica, débil desarrollo económico con predominio de la economía campesina cafetera y una población rural diseminada han sido notas que han posibilitado una mayor actividad de la guerrilla, del narcotráfico y de los paramilitares. Como ha analizado un estudioso “aunque suene extraño, el conjunto de esta región cubre las zonas montañosas  de todos los municipios del Valle del  Cauca. La implicación es fuerte: en la zona montañosa  de todos los municipios del Valle es probable que la guerrilla, en especial las Farc, puedan localizarse, actuar y reproducirsey, dependiendo de las condiciones, crecer”.[101]H sido por lo que el conjunto de municipios situados en esa SUBREGIÓN MONTAÑOSA-El Aguila, Versalles, Ansermanuevo, La Unión, El Cairo, Argelia, Toro, El Dobio y Trujillo –  le han dado forma a un  Territorio Tipo-Ideal de guerra y paz.
(b)BUENAVENTURA Y LA ZONA MONTAÑOSA DE DAGUA como Territorio Tipo-Ideal de guerra y de paz: Esta tercera Región del Valle es como si no fuese del Valle, constituye  un mundo aparte el departamento y del país. Por diversas razones- amplitud espacial, dificultades del terreno, combinación de selvas y montañas, fuerte ausencia de los gobiernos departamental y nacional y enorme pobreza de la población con índices muy elevados de necesidades mínimas insatisfechas, Buenaventura ha estado casi siempre por fuera del control de Estado convirtiéndose en espacio de permanentes confrontaciones de las guerrillas y las distintas versiones de paramilitarismo como de bandas enredadas en los más execrables crímenes.
(c) SUR DEL VALLE  (FLORIDA Y PRADERA) Y NORTE DEL CAUCA (SANTANDER DE QUILICHAO, MIRANDA, CALOTO Y TORIBÍO): no por estar sus cascos urbanos a media hora de Cali, 35 Kilómetros, Pradera y Florida han estado bajo la mirada de los actores del conflicto armado; ha sido la ubicación estratégica de sus zonas rurales- fácil acceso desde el Valle a Tolima y Huila, condiciones propicias de sus territorios geográficos para el cultivo ilícito y existencia de una población rural indígena y campesina con índices muy altos de necesidades básicas insatisfechas- lo que las ha  hecho muy atractivas como subregiones de guerra. Desde  hace ya varios años, las Farc y hasta autoridades civiles han pensado en ellas como posibles zonas de despeje para un intercambio humanitario. Por otra parte, los alcaldes de esos dos municipios más cuatro del norte del Cauca- Santander de Quilichao, Miranda, Caloto y Corinto- en el último año han estado muy activos en la construcción y aplicación de una Agenda sobre paz con Enfoque local.[102]
(d) LAS CINCO PROVINCIAS  DEL  CAUCA COMO TERRITORIOS DE GUERRA, VIOLENCIAS Y DE CONSTRUCCIÓN DE PAZ: es algo ya bien sabido que El CATATUMBO Y EL CAUCA, en sus extremos, son el disco más duro del actual territorio de guerra. Ubicado en el macizo colombiano con los valles de los ríos Cauca y Patía, el conjunto del departamento del Cauca- por todas las razones habidas y por haber que claman por la necesidad de construir paz integral en el conjunto de sus  cinco provincias- debe ser asumido como un Zona Tipo-Ideal de guerra, de violencia estructural y simbólica y de construcción de paz; así se ubican sus 42 municipios: Norte: Buenos Aires, Corinto, Caloto, Guachené, Miranda, Padilla, Puerto Tejada, Santander de Quilichao, Suárez, Villa Rica. Centro: Cajibío, El Tambo, La Sierra, Morales, Piendamó, Popayán, Rosas, Sotará y Timbío. Sur (La Bota Caucana): Almaguer, Argelia, Balboa, Bolívar, Florencia, La Vega, Mercaderes, Patía, Piamonte, San Sebastián, Santa Rosa, Sucre. Occidente: Guapi, López, Timbiquí. Oriente: Caldono, Inzá, Jambaló, Páez, Puracé, Silvia, Toribío, Totoró.[103]
(e) TUMACO, LA CORDILLERA ANDINA Y LA VERTIENTE AMAZÓNICA[104]: El departamento de Nariño es similar al Cauca, pues en esa región están  presentes todos los factores que pueden incidir en la delimitación de un Territorio de guerra y paz. Nariño está conformado por tres  regiones muy distintas: 1. La llanura del pacífico con su exuberante vegetación, temperaturas elevadas y Tumaco  como epicentro con su particular y muy rica cultura afro/descendiente; 2. La Cordillera andina con dos subregiones, de un lado, El Patía y, del otro, Ipiales y  Túquerres; y La Vertiente amazónica, subregión bajamente poblada en los límites con el Amazonas y unas tierras difíciles tanto para vivir como para aprovechar.
(f)EL PATÍA, TÚQUERRES E IPIALES, que hacen parte de La Región andina montañosa de Nariño.
(g): EL PUTUMAYO COMO MUY ESPECIAL TERRITORIO DE GUERRA, VIOLENCIA Y PAZ: ya en varios acápites de este texto hemos hecho referencia a Putumayo y sus 13 municipios como territorio de paz y guerra.  
8. Para el posible Estado de la ORINOQUIA, todavía no hemos seleccionado ni priorizado unas Zonas Tipo/Ideal de guerra, violencias y construcción de paz. En una primera aproximación  esos territorios deben estar ubicados en Arauca (Fortul, sobre todo)  y Meta en donde el conflicto interno armado y las violencias han sido muy elevadas; de todas maneras sería muy importante para cumplir con el criterio falsiano del equilibrio, que se diera en estos territorios, así como en el de la Amazonía, la presencia de un Estado que pudiese empujar más.
9. Para el posible Estado Regional de la AMAZONÍA, con la excepción de Caquetá, región altamente impactada por eventos de conflicto y violencia mereciendo también especial atención Guaviare donde los eventos de conflicto y violencia no son altos, pero una guerrilla con mucho control territorial y escasa confrontación aparenta ser débil,[105] tampoco hemos seleccionado zona alguna prioritaria, pues los otros departamentos que lo conforman-  Amazonas, Vaupés  y Guanía – o presentan pocos eventos perturbadores del orden público o la estructura informativa sobre ellos es muy precaria.
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III. ¿CUÁL PODRÁ SER EL APORTE MÁS SUBSTANTIVO Y CONCRETO DE REDUNIPAZ Y DE LAS UNIVERSIDADES, PÚBLICAS Y PRIVADAS, A LA CONSTRUCCIÓN DE PAZ EN Y DESDE LOS TERRITORIOS COMUNITARIOS?

Para encontrarle algunas respuestas a esta pregunta retomemos lo ya adelantado en el acápite 4. de este Ensayo, “LOS POSIBLES ESTADOS REGIONALES, REDUNIPAZ Y LAS  PROPUESTAS DE EDUCACIÓN Y AUTOFORMACIÓN DE LOS EXCOMBATIENTES”.

REDUNIPAZ ha sido quizá la experiencia más importante y auto/sostenida que ha habido en Colombia de trabajo conjunto entre las Universidades públicas y privadas  cuando antes del año 2000 cada grupo de instituciones educativas actuaba, casi por principio, de espaldas el uno del otro. A partir de este año ha realizado ya nueve Congresos Nacionales y tres Internacionales  y sobre una u otra dimensión del complejo e interdisciplinario tema de la evolución del conflicto interno armado cada Universidad ha llevado sus ponencias con total libertad temática e interpretativa. Los dos últimos Congresos Nacionales se realizaron  en Ibagué en el 2014 y en Popayán en el 2016.Redunipaz ha auspiciado  la convergencia entre profesores, alumnos universitarios y miembros de sectores de la administración universitaria y desde su nacimiento ha impulsado la conformación de NODOS REGIONALES, autonómos en sus temáticas investigativas y en su orientación práctica contando solo con una Coordinadora Nacional, pues en ningún momento ha habido una Dirección Nacional.        
En el mes de mayo del año 1.997, por iniciativa de académicos de varias universidades del país (Universidad Nacional de 
Colombia, Universidad del Valle, Pontificia Universidad Javeriana, Universidad de Caldas, Universidad del Cauca, Universidad Cooperativa de Colombia y Universidad de Antioquia, entre otras) se reunió en la Universidad del Valle un Grupo Fundante que dio origen a la “Red Universitaria por la Paz y la Convivencia REDUNIPAZ”, como un espacio creado con el propósito de visibilizar y proyectar los diferentes aportes de las academias colombianas a la construcción de la paz: “Somos una red social de académicos y estudiantes universitarios colombianos comprometidos con el estudio y análisis de la paz en Colombia de forma que se estimulen propuestas, investigaciones y pedagogías para propiciar una cultura de paz para la reconciliación nacional como elemento fundamental del desarrollo de nuestro país”, fue lo que se señaló desde un principio al  definir su Misión. Y desde un principio se precisaron así sus tres objetivos:   
 
1.      Creación de condiciones para el encuentro de académicos y realización de diálogo académico, público, interdisciplinario y plural sobre problemas, perspectivas y propuestas para la construcción de la paz en Colombia.

2.      Fomento de la interlocución continua y sistemática con todos los actores constructores de paz. y

3.      Impulso de ese diálogo a partir de las prácticas de la vida universitaria a través de la investigación, la docencia, y las proyecciones de la universidad en la sociedad (acciones, reflexiones públicas, foros, publicaciones).

Reiteramos ahora lo que dijimos en un Atisbos Analíticos escrito en enero del 2011:

“En la actualidad sabemos que las Universidades que investigan pueden adelantar y asentar una muy buena proyección  social  orientada  a contribuir  a la creación de “Pensamiento Estratégico” en torno a un fenómeno o conjunto orgánico de fenómenos”. Por este, siguiendo a  Bourdieu,  se puede entender  aquella especie de Than Thing, o Tanque de Pensamiento, que permite llevar los resultados de la investigación teórica y analítica  a los problemas de la vida social. Es lo que   ha sucedido en Colombia: ha sido tanto lo que se ha escrito- y a ello ha contribuido  en buena medida en los  últimos 20 años REDUNIPAZ- sobre el conflicto interno armado y sobre la construcción de paz, que si se sistematizase, de modo orgánico, lo investigado, Colombia ante el mundo podría mostrar el mejor Banco de pensamiento sobre la Paz. Como para recordar ahora lo que dijo en 1999 el profesor Adolfo Alvarez en el Primer Congreso de REDUNIPAZ celebrado en 1999: en La Universidad es donde mejor “se reciclan los conflictos sociales en el ámbito de las ideas y  por su función intelectual y por su esencia crítica, la Universidad es uno de los espacios más sensibles a los conflictos y luchas políticas”. Y para finalizar la condensación de este Atisbos, importa recordar que en él decimos que “un TANQUE DE PENSAMIENTO SOBRE LA PAZ   es lo que mejor se ajusta al espíritu, la lógica y la cultura de los universitarios”.[106]

Al haber sido todo así, se impone la respuesta a la pregunta planteada en este acápite del Ensayo. Será una Propuesta de Educación y Autoformación de los Excombatientes la que mejor  podrá contribuir al papel que se espera de ellos de cara a la construcción de Paz en y desde los territorios comunales. Que en cada uno de los 9 Nodos Regionales de Redunipaz se levante una Propuesta Formativa, que recoja las especificidades de las distintas categorías de Excombatientes. En este Ensayo El Nodo Regional de REDUNIPZ presenta una no  como válida y obligada sino como mero referente ilustrativo.


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IV.UNA PROPUESTA DE EDUCACIÓN, AUTOFORMACIÓN Y DE APOYO SICOSOCIAL    DE LOS EXCOMBATIENTES  FORMULADA POR EL NODO DE REDUNIPAZ DEL SUROCCIDENTE COLOMBIANO (VALLE, CAUCA, NARIÑO Y PUTUMAYO).

Esta propuesta  ya está vaciada en 17 cuartillas de marco lógico tanto para el cumplimiento de sus objetivos como para efectos de su presupuesto encontrándose en trámite una u otra opción de financiamiento nacional-internacional. En una primera etapa, podría empezar a aplicarse durante tres años a partir de la coyuntura de la dejación de las armas. INCOPAZ- Instituto Colombiano de la Paz y para La Paz, resultado del trabajo conjunto de dos Organizaciones sin ánimo de lucro, ECOPAÍS Y ESCUELA CIUDADANA- será la Organización responsable de la aplicación y la administración de la apuesta, cuya aplicación sin situ con la más amplia participación de los pobladores – en las Zonas Comunales de construcción de Paz y de Reincorporación- exigirá una compleja red de alianzas con: Nodo Regional de REDUNIPAZ del occidente colombiano; con Regionalización de la Universidad del Valle  y otras Universidades de la Región; con las Secretarías de Educación y de Desarrollo social de los Departamentos del suroccidente colombiano; con la Agencia colombiana para la Reintegración; con algunos Colegios de Bachillerato de las subregiones claves; con Bienestar Familiar; con el SENA; con las Organizaciones de Profesionales comprometidas con la causa de la paz; con las Organizaciones sociales, sindicales, comunitarias y empresariales, que tienen importantes acumulados de iniciativas  y experiencias de paz; con las Iglesias de distinto signo religioso que jalonan y continúan jalonando entre las comunidades procesos de reconciliación y perdón; y con las  Asociaciones productivas y sociales y solidarias y autogestionarias creadas por las distintas categorías de Excombatientes.

Veamos, entonces, un resumen de la propuesta:

Nombre de la Propuesta:    “Formulación de emprendimientos  laborales, solidarios y políticos  de los Excombatientes del conflicto interno armado por medio de acciones formativo-educativas y de apoyo sicosocial en el ámbito de los Acuerdos pos Habana en el suroccidente colombiano”.
Cuatro son sus objetivos específicos:
1. posibilitarles el acceso a un empleo digno:
2. dotarlos de dispositivos que les permitan formular proyectos solidarios;
3. ponerlos en condiciones propicias para que cada quien, de modo consciente y voluntario, haga la transición de actor de guerra a agente de paz comprometido con una o varias de  las dimensiones de lo que puede entenderse por una paz integral ( A. nuevas pacificaciones; B. lucha social por construir una robusta equidad social; C. impulso de procesos y dinámicas ligadas a la reconciliación y el perdón; y D. creación de condiciones que permitan gestar en Colombia y sus Subregiones y Localidades una cultura democrática propicia para abordar, de un modo creativo, la inevitable y hasta necesaria y deseable conflictividad social). Y
4. Asesorarlos, acompañarlos y brindarles ayudas sicosociales para que puedan hacer una reincorporación menos traumática o sea más funcional y bondadosa a la vida social.
Y cuatro son los medios estratégicos para lograr esos objetivos,
Entonces, para ayudarles al logro de esos objetivos específicos, la propuesta les ofrece  cuatro medios estratégicos:
1. Un programa de 20 cursos con horizonte rural de Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano;
2. Implementación del acceso  a Planes de Educación Formal  en los niveles de:
2.1. Albatetización (el Censo agropecuario del 2014 nos dijo que en el campo colombiano todavía subsiste una masa de analfabetas que alcanza el 11.5%);
2.2. Primaria (¿Cuál es la situación educativa de los niños y  adolescentes implicados, por las razones que fuesen, en las confrontaciones armadas?);
2.2.Secundaria (oferta de validación de un bachillerato bajo un Enfoque de construcción de paz territorial);
2.3.Tecnológico y/o Profesional (oferta de Programas Universitarios de estudio  bajo un enfoque de paz territorial; (una experiencia pasada exitosa al respecto  fue la de la Universidad el Valle con su Programa de Estudios Políticos y Resolución de Conflictos);  
3. Creación de Talleres de Asesoría y Ayuda Psicosocial; y
4. La implementación  de ayudas sicosociales asociadas a terapias individuales y grupales, así como de Encuentros  de las Comunidades territoriales, las Víctimas y los Excombatientes.
La POBLACIÓN OBJETO-SUJETO DE LA PROPUESTA:
Con esta propuesta en los tres primeros años de aplicación-sumando Exguerrilleros, Exmilicianos, Menores implicados, Exparamilitares, Agentes del Estado y Civiles incursos en crímenes de guerra con motivo del conflicto interno armado, Analfabetas, Mujeres Jefes de Hogar y Líderes Comunales- se espera llegar con uno o varios de sus Componentes, de modo sistemático y directo, a una población de unas 20.000 personas.
AMBITO TERRITORIAL DE APLICACIÓN
Entre los más de 125 municipios existentes en el suroccidente colombiano y de acuerdo con el criterio levantado, expuesto y sustentado en el capítulo central de este Ensayo- que los municipios priorizados sean Zonas Tipo/Ideal de guerra, violencias estructurales y de construcción de paz- se delimitaron 31 localidades presentando todas ellas como denominador común un grado variable de persistencia de agentes ilegales armados (1.de alto y persistente impacto; 2. de alto pero intermitente impacto; y 3. de bajo impacto pero por encima de la media nacional). Como referente de contraste también se deben definir 3 municipios del suroccidente colombiano donde no se ha sentido el conflicto armado o la acción ciudadana lo ha aislado. Recordar que de 357 municipios sin muertes violentas en Colombia en el 2012, sólo 19, el 8.1%, pertenecían al suroccidente colombiano, así Valle (1), Putumayo (4), Chocó (9) y Nariño (15).[107]   Para todos estos efectos,  fue muy importante la información proporcionada por Organizaciones como “OCHA” y “CERAC”.[108]La priorización quedó así,
1.      CAUCA: Popayán (1), El Tambo (2), Patía (3), Santander de  Quilichao (4) , Toribío (5), Caloto (6), Miranda(7), López de Micay (8), Guapi (9) ,Buenos Aires(10), Jambaló (11) Y Tataró (12). 
2.      NARIÑO:Barbacoa(13),Tumaco(14),Pasto(15),Policarpa(16),Picante(17) Y Samaniego(18).
3.      PUTUMAYO: Puerto Asís (19), (Mocoa(20), Orito(21), Puerto  Leguízamo (22),  Valle del Gamuéz (23).
4.      VALLE DEL CAUCA: Cali (24), Buenaventura (25), Florida (26), Pradera (27), Tuluá (28), Cartago (29), Buga(30) Y Palmira (31), Pradera (32).
FINALMENTE,  IMPORTA DESTACAR QUE SEGÚN DISTINTOS TIPOS DE CLASIFICACIONES, LOS MUNICIPIOS AFECTADOS POR EL CONFLICTO ARMADO EN EL SUROCCIDENTE COLOMBIANO ES MUY IMPORTANTE: PARA LA ONU, DE LOS 125 MUNICIPIOS MÁS AFECTADOS EN COLOMBIA POR EL CONFLICTO, 38, O SEA EL 30%,  SE ENCUENTRAN EN LOS DEPARTAMENTOS DEL SUROCIDENTE COLOMBIANO, ASÍ (Argelia, Buenos Aires, Buenaventura, Caldono, Corinto, Caloto, Cajibío, El Rosario, El Charco, Florida, Guapi, Ipiales, Jamundí, Jambaló, Leiva, La Llanada, Leguízamo, López, Mocoa, Miranda, Magui, Morales, Orito, Puerto Asís, Policarpa, Pasto, Pradera, Popayán, Palmira, Patía, Roberto Payán, Suárez, Santander de Quilichao, Samaniego, Totoró, Toribío, Tuluá y Valle del Gamuéz.[109]   De esos 38 municipios con la ONU nuestra priorización coincide  en 24 municipios (Buenos Aires, Buenaventura,  Caloto, Florida,  Guapi, Jambaló, Leguízamo, López, Mocoa, Miranda, Orito, Puerto Asís, Policarpa, Pasto, Pradera, Popayán, Palmira, Patía, Santander de Quilichao, Samaniego, Totoró, Toribío, Tuluá y Valle del Gamuéz). Esto significa que las dos priorizaciones deben ser objeto de una más cuidadosa confrontación, pues en nuestra opinión municipios como El Tambo, Barbacoa, Tumaco, Picante, Buga y Cartago, que no aparecen en el listado de la ONU, no pueden quedar por fuera de las localidades priorizadas.
LA METODOLOGÍA PEDAGÓGICA CENTRAL.
No sólo por tratarse de una población más bien adulta, que llega marcada por muchas contrastantes experiencias de vida,  sino por el valor de la metodología pedagógica en sí, ésta se encuentra asociada a la idea de que todo proceso de enseñanza-aprendizaje es una construcción colectiva producto del descubrimiento (Piaget-Fals Borda) en la que los normalmente  llamados sujetos de la acción, docentes y discentes, al mismo tiempo enseñan y aprenden. Entonces, sin hacer a un lado el papel de la memoria comprensiva, nada de “conocimiento memorístico”, pues no se trata de almacenar información sin nexo alguno con conocimientos previos sino, más bien, de construir un conocimiento significativo; tampoco se trata de un “conocimiento receptivo”- aquel en que se adopta  una actitud pasiva de mero receptor de conocimientos que no se poseen y que son presentados por quien presumiblemente los tiene, el docente. Lo que realmente interesa es “el aprendizaje por descubrimiento o  experiencial”, que se basa en la  asunción de que el conocimiento se crea a través de la transformación provocada por la experiencia, que es trasladada a una conceptualización abstracta a través de nuevas experiencias.[110] Es claro que esta metodología general es la que debe primar en los diversos dispositivos didácticos que se utilizarán (Cursos, Talleres, Conversatorios por Internet, Paneles, Conferencias Magistrales, Trabajos de Campo, Seminarios, Coloquios, Trabajos en Grupo).
Riesgos de la Propuesta
 Variados son los riesgos para su operatividad: 1.asumirla como una acción aislada sin continuidad en el tiempo; segundo, olvidar que se trata de una investigación aplicada para la acción y que, por lo tanto, siempre se debe indicar el cómo actuar;  tercero, no someterla a una evaluación periódica tanto comunitaria como extracomunitaria; y finalmente, olvidarse de manejarla de un modo flexible como un Programa de Construcción de paz, que debe ser sometido a ajustes y enriquecimientos continuos según lo vayan indicando la dinámicas del trabajo. 
 Esbozados estos puntos de la Propuesta, NOMBRE-OBJETIVOS-MEDIOS-POBLACIÓN SUJETO-AMBITO TERRITORIAL DE APLICACIÓN-METODOLOGÍA PEDAGÓGICA- RIEGOS, sólo nos falta precisar algunas de sus notas más importantes.
Diseño de una Estrategia  operativa  de Ejecución de la Propuesta.
Aunque se trate de un Documento Interno de Trabajo, INCOPAZ lo debe tener listo en  el momento en que se termine el proceso de dejación de las armas y se  tenga asegurado el presupuesto necesario poniendo el acento en 9  ejes de actividades a realizar,
1.  En los territorios donde se evidencie necesario se impulsará UN PROGRAMA DE ALFABETIZACIÓN bajo un enfoque de paz y reconciliación;
2. En alianza con Bienestar Familiar  se aplicará UN PROGRAMA DE VALIDACIÓN DE LA PRIMARIA, que aborde la situación  de los niños y niñas excombatientes que, por las razones que sean, resultaron involucrados en  la confrontación armada;
3. Apelando a múltiples experiencias ya ensayadas por Universidades, Colegios y Alcaldías impulsar UN PROGRAMA DE VALIDACIÓN DEL BACHILLERATO de los Excombatientes; excelente es  la Apuesta que sobre la materia ha realizado la Universidad Pedagógica Nacional. 
4. En Alianza con la ACR, CON EL SENA, que ha señalado que tendrá Programas Educativos para los exguerrilleros,  y con las distintas Organizaciones Gremiales de Profesionales, sensibles a hacer su contribución a la etapa de un postconflicto armado, ofrecer en zonas especiales que cubran a los 32 municipios más afectados UN PROGRAMA  DE 20 CURSOS Y/O TALLERES  DE FORMACIÓN de 600 horas de duración  orientados a vivir, trabajar y enraizarse en el campo en el marco de las culturas rurales. En principio, aunque habrá que hacer precisiones y ajustes, esos cursos pueden ser:

1. Panorama actual del Campo en su contexto socioeconómico y cultural.
2. ¿Qué puede  ser eso de transformar el país a partir de  un cambio estructural de las relaciones sociales rurales?
3.  ¿Cuál es el Estado que los campesinos están buscando?
4. El componente técnico- gestionario de las Economías campesinas.
5. La Administración del Municipio en la época de la construcción de la paz territorial.
6. Un nuevo Maestro Rural en la época de la construcción de  paz en y desde los territorios. (Curso básico para homologar y validar MAESTROS  para la Primera Infancia y la Primaria en el Campo).
7. La salud en el campo y la formación de Enfermeros Rurales. (Curso básico para su homologación y validación de Enfermeros Rurales).
8. Opciones alternativas para la construcción de Vivienda rural.
9. El mercadeo rural/urbano y la construcción de caminos y carreteras veredales.
10. “Re-planificando  el Bachillerato para ir a la Universidad a formarse para trabajar en el campo”.
11. La naturaleza y las floriaves: Curso de Jardinería.
12. La artesanilización del Campo: hacia una nueva etapa de la artesanía rural.
13. Taller de formación  de Guías  expertos  en Turismo Rural.
14.  Diseño y Administración de Asociaciones rurales solidarias productivas y sociales.
15. El Deporte y la Recreación en la vida cotidiana rural.
16. Re-enseñando a leer: La literatura y el campo colombiano.
17. Formando Auxiliares de  Investigación en problemas rurales: Los Excombatientes reordenan territorialmente el país en y desde sus zonas de reincorporación.
18. Sin un papel proactivo de las mujeres y los niños, la construcción  de paz territorial queda recoja.
19. La formación de Mediadores en la resolución-transformación de conflictos rurales.
20. El CAMPO/NATURALEZA como la Catedralicia Iglesia del campesinado creyente: el  papel de las religiones en el campo: a lo del Papa Francisco, más asesoría técnico/espiritual y menos infierno y discursos misógenos.
5. En el corto y mediano plazo propiciar que UN CONJUNTO DE UNIVERSIDADES DEL SUROOCIDENTE COLOMBIANO OFREZCAN PROGRAMAS PROFESIONALES Y TECNOLÓGICOS  especialmente diseñados  para atender a las necesidades productivas, comerciales, asociativas y tecnológicas de las economías campesinas  en esta etapa de construcción de la paz territorial; en esta materia recordar la experiencia de la Universidad del Valle que en el pasado ofreció a los Excombatientes  el Programa Profesional de Estudios Políticos y Resolución de Conflictos existiendo al respecto una importante tesis de grado.  A escala nacional, la propuesta más amplia e inclusiva al respecto la ha hecho el profesor Adolfo Atehortúa, Rector de la Universidad Pedagógica Nacional, quien ha ofrecido que se los formará para que puedan ser docentes,
El rector de la Universidad Pedagógica, Adolfo Atehortúa, le contó a Caracol Radio que la institución educativa está dispuesta a recibir a los comandantes de las Farc que quieran capacitarse para ser docentes. Sin embargo señaló que se deben cumplir unos requisitos mínimos para que puedan pertenecer a la universidad. “Lo primero que deben hacer es acreditar su formación, inscribirse en la universidad, pasar las pruebas y posteriormente se hará la formación para que sean docentes”. Explicó que no solo será para los comandantes de esa organización porque también habrá esa posibilidad para las víctimas del conflicto y los guerrilleros del ELN. Pero además de esa capacitación, los guerrilleros rasos que deseen cursar una carrera profesional también podrán inscribirse en los distintos programas del centro educativo. “Garantizamos, declaró finalmente, que de acuerdo a la implementación del nuevo texto de La Habana, y cuando haya una desmovilización, podríamos agilizar el proceso de admisión y formación de los excombatientes”.[111]
Por otra parte, como se ha destacado en el Espectador del 29 de enero de 2017,
“Uno de los aspectos que pondrán a prueba la coordinación del Estado en la implementación de los acuerdos será  la homologación de los conocimientos de los guerrilleros en el sistema educativo, así como la puesta en marcha de los programas de alfabetización y prestación de servicios. Esta es una de las claves de la reintegración de quienes dejen las armas. El asunto de la homologación  de quienes se han desempeñado como enfermeros, por ejemplo, requería convenios con las Universidades para que se adelanten programas de educación formal que permitan validar la experiencia que en campo han construido los médicos de las Farc. Y en el caso de la prestación de servicios, el Estado tendrá que brindar espacios para que los hijos de los guerrilleros menores de edad se desarrollen en un espacio propicio. Allí tendrán que llegar pedagogos especializados en niños, pediatras y psicólogos, y se tendrá que llevar el sistema de vacunación. Una serie de conciones que no harán de la noche a la mañana”.[112]

Y ya que hablamos de homologación de médicos como para recordar ahora la rica experiencia del guerrillero odontólogo  que intervino a un compañero en la enfermería construida en el campamento de los Llanos del Yarí en Caquetá; o como para traer a la memoria al para tantos ceñudo Mono Jojoy cuando le decía a Uriel, un campesino llanero considerado uno de los más especializados médicos empíricos del Bloque central, “si los médicos no quieren venir a nosotros, entonces vamos a volvernos médicos”; o hablemos de este último Uriel que en 1998 tuvo su prueba de fuego en la medicina  cuando en la toma de Miraflores, “ese día, dijo,  tuve que atender dos heridos graves por tiros en el tórax, uno era guerrillero y el otro militar y ambos se salvaron”; y por qué no traer a colación a Laura Villa que con 9 semestres de medicina en la Universidad Nacional se fue a la guerrilla a formar  centenares de enfermeros y que con Mauricio Jaramillo, el Médico del Secretariado, crearon el sistema de medicina de las Farc, un modelo empírico sui generis, que recogiendo los saberes remediales populares salvaron a miles de compañeros apropiándose, de modo sistemático, de lo que la flora y la fauna selváticas tenían “muy adentro de sí” para calmar fiebres y dolores y para atajar a la normalmente temida muerte.
6.  Realizar en todos esos municipios UN PROGRAMA DE TALLERES ORIENTADOS  DESENCADENAR PROCESOS DE RECONCILIACIÓN Y DE PERDÓN con la participación de excombatientes, víctimas y población civil;
7. Ofrecer a todos los excombatientes in situ EL MÁS SÓLIDO, ORGÁNICO Y CONTINUADO APOYO SICOSOCIAL, que les ayude a crear los espacios y las condiciones  para poder hacer, auto/convocándose ellos mismos, la transición de actores de guerra a actores constructores de paz integral dispuestos a gestar  una nueva forma de presencia en la vida civil y social;   
8. En alianza con las asociaciones empresariales, sindicales, comunales, ciudadanas, culturales y religiosas  comprometidas con la causa de la paz levantar y mantener   UNA BOLSA DE OFERTAS DE TRABAJO, sobre todo, RURAL.Y
9. Apoyar, mediante una asesoría adecuada y una oportuna oferta de Cursos de Capacitación para el trabajo y el desarrollo humano, todas las iniciativas desplegadas por los Excombatientes orientadas a poner en marcha Asociaciones solidarias rurales productivas y sociales bajo las distintas versiones en que se ha venido expresando la solidaridad popular en América Latina, “Talleres Laborales”, “Grupos de Autoayuda”, “Comprando Juntos”, “Huertas Familiares y Comunitarias”, “Ollas Comunes Populares”, “Grupos Pre-cooperativos de Vivienda y Ahorro” , “Círculos de Salud Popular”, “Agrupamientos Autogestionarios”.
















 












  













       

 



















 















[1] .”Retrazos en Zonas Veredales de Transición”, www.eltiempocom, 6 enero 2017; “Farc dicen que pueden adecuar Zonas Veredales”, www.eltiewmpo.com , 6 enero 2017; “Santos admitió demoras en adecuación de zonas veredales”, noticias.caracoltv.com , 6 enero 2017.
[2].www.defensoria.gov.co .
[3] . Un PAZito tún tún por la paz. YO BAILO POR LA PAZ”, El Heraldo, 11 enero 20117.
[4] .Mera, Olga Lucía, FARISEOS, ElEspectador.com/opinion/  9 enero 2017.
[5] . “Si no corregimos, el proceso se convierte en una guachafita”, SEMANA, No 1810, 8 al 15 de enero de 2017,
[6] . Informe final de la Gobernación de Antioquia y de la Comisión Tripartita a zonas de preagrupamiento, 14 enero de 2017.
[7] .Habla Mauricio Jaramillo, “El Gobierno nos sigue tratando como enemigos”, El Espectador, domingo 22 de enero de 2017,  pg.4.
[8] .www.elpais.com.co
[9] .Semana, 24 de enero de 2017.
[10] . “Guerrilleros, al régimen subsidiado”, El Espectador 29 de enero de 2017, pgs. 8
[11] . “Zonas Veredales  tienen entre un 30 y un 35 de avance”,  www.elpais.com.co, 31 de nero de 2017.
[12] .Las 2 Orillas, enero 17 de 2017.
[13] . Molano Alfredo, ”Colombia es más rural de lo que se pensaba”, www.razonpublica.com/index.../2897/-colombia-es-mas-rural-de-lo-que-se-pensaba.ht .
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[15] .Uprimny, Rodrigo, “Responsabilidad del Mando”, 28 de enero 2017
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[26]Vélez r, Humberto. ”La Comisión de historia del conflicto y de las víctimas: su aporte a las discusiones de la Habana”, Capítulo V, En, “Los Diálogos de la Habana, La Comisión de historia del conflicto t la colombianización de la Justicia Transicional. Libro Borrador, Univalle Programa de Estudios Políticos y Resolución de Conflictos, 2015.
[27] .Vélez  Ramírez, Humberto. “Del Estado estructuralmente opuesto a reformas sociales importantes al Estado contrainsurgente y antisubversivo de 1965-2016”, Capítulo VII, Idem,
[28] . Wills, María Emma. “ Los tres nudos de l guerra colombiana”, Informe de la Comisión de Víctimas del Conflicto y de las Víctimas”, op.cit. pgs. 4-7.
[29] . Reyes Posada, Alejandro. “Las trampas de la deshonestidad del país”. El Espectador, domingo 22 de mayo de 2016, p.62.
[30] . Morales, Mario. “El país de las maravillas.El barrigazo”, El Espectador, 25 mayo 2016; sobre el mismo tema y episodio, Andrés ,Hoyos. “Las llagas”, El Espectador, 25 de mayo de 2016. 
[31]. ¿Qué quieren las FARC con los TERREPAZ?, www.semana.com/nacion7/articulo/las-farc-los-territorios-de-paz/452371-3.
[32] .”Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, www.consultingecho.com/ .
[33] . Jaramillo, Sergio, “La Paz Territorial”, www.altocomisionadoparalapaz.gov.co .
[34] . Pardo, Rafael, “
[35] “El posconflicto va a reactivar la economía”, Entrevista de El Tiempo a Rafael Pardo, www.eltiempo.com.co, 10-01-2016.
[36] . “Planes de desarrollo departamentales no concretan tareas del  postconflicto. PAZ TERRITORIAL: ¿HAY UNA HOJA DE RUTA? EL Espectador, 29 mayo 2016, pgs 12 y 13.
[37] . Idem, p. 13.
[38] .En rimisp.org/noticia/Colombia.debate-la-paz-territorial se encuentran los audios y videos de los cuatro paneles, así, 1. Los retos de la paz territorial; 2. El reto institucional en el territorio; 3. El reto de la movilización de la sociedad y l Transparencia en el Territorio; y 4. El reto de la construcción de confianza y la convivencia en el territorio.
[39] , Artículo citado de Campo Elías Galindo.
[40] . Salcedo García, Leonardo. ”Propuestas de paz desde los movimientos sociales: multiculturalismo, ordenamiento territorial  y ejemplos de paz territorial”, library.fes.de/pdf.files/bueros/kolumbien/12155.pdf .
[41] Salcedo García, Leonardo. “Propuestas de Paz desde los Movimientos Sociales”www. library.fes.de/pdf-files/bueros/kolumbien/12155 .
[42] . Vélez Ramírez, Humberto: “Un Inédito Paro Agrario: El rostro de la Paz más allá de la Habana”. En, Atisbos Analíticos No 179, septiembre del 2013.
[43] . “El pacto de Chicoral”, www.lapluma,net; Petro, Gustavo, “Derogar el pacto de Chicoral”
[44] . parentesiscaliblogspot.com/2016/03/ponencia/Humberto-velez-para.html.
[45] .”La Colombie est in “Paro” (gréve general) depuis  le 30 mai: LE PARO EST POUR LA PAIX: PARCE QUE LA PAIX C’EST: JUSTICE SOCIAL, EDUCATION GRATUITE, LOGEMENT DIGNE, SOUVERAINETE ALIMENTAIRE, recibido de tiofrancia@yahoo.fr ;  Osorio Granados Marcela. ”Vuelve y juega  la protesta agraria”, El Espectador, 29 de mayo de 2016; Durango, Hernán, “Nuevo paro agrario estremece a Colombia”, 30 de mayo 2016 , https://mail.google.com/mil/u/0/inbox/155040f039554ea ; http://www.contagioradio.com/minga-nacional-se-mantiene-pese-a-hostigamientos-de-la-fuerza-publica-articulo-24698/; http://www.agendalterna.com/index.php/derechos/1871-represion-minga-huila;https://www.youtube.com/watch?v=UAUdazWFUNM;https://www.facebook.com/camilo.guevararestrepo .

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[73] .de       De modo especial recomendamos, “TALLER NACIONAL DE AGENDA COMÚN PARA LA PAZ DESDE LOS TERRITORIOS” ACPT 1. https:mail.google.com/u/0//#inbox/155161D4DB230923 ;  IDEM…/155161D4DB230923?projetor=1 .
[74] . Fals Borda, Orlando, CONCEPCIONES CENTRALES  En, REGIÓN E HISTORIA Elementos  sobre ordenamiento y equilibrio regional en Colombia, Capítulo 6, TM Editores.IEPRI (UN), 1996, pgs. 47-64.
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