17 agosto 2017

ATISBO 262-COMPLETO

Atisbos analíticos  262, Armenia,  agosto 12 de 2017, Humberto Vélez r, miembro  de INCOPAZ, INSTITUTO COLOMBIANO DE  Y PARA LA Paz, Cali, incopaz@gmail.com,  humbertovelezr@gmail.com,

     
VENEZUELA 2017, UN NUEVO TIPO DE GOLPE DE ESTADO
CONTRA UN GOBIERNO  PROGRESISTA   POSTNEOLIBERAL.

                        ENSAYO SOCIOPOLÍTIC0
Introducción
La condesamos en el siguiente epígrafe:
 Una insuficiente pero substantiva  síntesis de una Crisis dialéctica.
En un Estado de ciudadanos y aún de clases, la oposición  racional pero también  el ejercicio racional del poder son legítimos  y hasta necesarios para la vigencia de la democracia, pero, como lo aprendimos de Estanislao Zuleta, la racionalidad  de  esta se rompe y lesiona cuando  o los opositores echan por la borda el conjunto de reglas estratégicas pactadas o previamente instituidas, o cuando los manejadores del poder se niegan a dialogar  con los opositores, viejos o nuevos. En uno y otro caso, se está asumiendo una conducta  irracional ya frente al poder  ya en relación con su ejercicio.  Por todo esto, la democracia en todo país no puede ser un asunto de ya para siempre sino un problema en  continua y periódica revisión crítica. Para el caso concreto de la Venezuela actual, el problema se complica porque tanto en la oposición como en  el gobierno existen importantes fracturas  y tensiones internas: hay oposición legal e ilegal y en el gobierno hay grados de identificación con el proyecto chavista.  Por otra parte, estas consideraciones teóricas deben tener como contexto la índole, los alcances y las consecuencias  de los problemas y asuntos  de cara a los cuales se están produciendo los juegos de poder. Una cosa es cuando éstos sólo tienen como referente problemas rutinarios de monótonas gobernanzas  y otra cosa es cuando están en juego heterogéneos Modelos de orientación socioeconómica de la sociedad siendo éste el caso de la Venezuela actual. En el primer caso, el diálogo siempre será necesario para que, como siempre, todo siga igual, pero, en el segundo, el conversar es imprescindible no tanto para negociar Modelos que son  innegociables sino, ante todo y sobre todo, para restablecer y restaurar las reglas de juego siempre y cuando el Modelo del Gobierno sea viable como apuesta democrática.
En la actualidad toda el agua sucia e inmunda de la crisis venezolana le ha caído a Nicolás Maduro, a quien, para disminuirlo aún más, hasta muy actuales “Dictadorazos”  fácticos de varias partes del mundo, adornándose de demócratas, han llamado “dictadorzuelo”. Que todo recaiga sobre un individuo concreto, en lo metodológico no es lo más pertinente, sobre todo en un caso como éste, en el que están enfrentadas poderosas fuerzas sociopolíticas internas y externas. Es por eso por lo que urge una interpretación histórica  sobre los orígenes, desarrollos y posibles desenlaces de una crisis  que, examinada sin animosidad en clave de sus grandes logros y conquistas pero también de sus  dificultades, limitaciones y errores, permite  evidenciar que ni siquiera la figura carismática de Hugo Chávez en algunos casos concretos sale del todo bien librada. No se trata de salvar a la brava a un  Maduro que, por cierto, no es un Chávez  ni un Allende redoblado, sino, más bien, de entender la crisis para poder entender los impactos de sus posibles desenlaces que, sean los que sean, para bien o para mal serán decisivos para el presente y el  futuro de Venezuela  y de América Latina.
Aquí y en Cafarnaún, la posverdad- informar mal de manera intencional o emplear la táctica de “la noticia sustituta o no noticia” basada en la idea de que  más  eficaz que ocultar una noticia es dar otra distinta que ocupe el lugar de la noticia real[1]- siempre será un dispositivo de hiperdominación ideológica; pero, creemos nosotros, que desentrañar y reubicar la posverdad es una de las mejores formas   de empezar a luchar contra un dominio reproducido a mayor escala social. En el trasfondo de este espectáculo mediático cósmico que es la  Venezuela actual, se encuentran ora tapados ora  silenciados varios fenómenos que han venido siendo objeto de  señores que, más que para informar, parecen haber sido entrenados para desinformar  o  desubicar la información. En el caso venezolano  posverdad y no información ha habido de parte y parte, pero el extremo ha estado en los Medios de difusión, que defienden a la oposición. En el caso colombiano, por ejemplo, asombra el caso de Noticiero Nacionales que, después de la Constituyente, continúan dedicando casi 30  de sus 60 minutos de transmisión, por ejemplo, a hablar bellezas de los14 países latinoamericanos que en Lima “desautorizaron” la Constituyente como si hubiese sucedido en sus propios países o a poner de relieve las sanciones personales de Estados Unidos a dirigentes del Chavismo silenciando, en un claro ejemplo  de no noticia, apoyos y realidades como éstas:
Que  Venezuela “ni es ni representa una amenaza para la paz y la seguridad internacionales”, como lo ha señalado el presidente del Consejo de Seguridad de la Onu, el egipcio Amr Abdelalati; que, a mediados de junio, el gobierno de Trump llevó el tema del derrocamiento de Maduro al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, pero no logró  obtener el respaldo necesario[2]; que en la patria de Bolívar  se ha avanzado en la construcción de un Estado Comunal todavía embrionario- aquel que desliza la idea de Comunas Autogestionarias como expresión del poder soberano de la ciudadanía-; que lo que se propone la Constituyente  es perfeccionar la Carta de 1999 constitucionalizando ideas ligadas al impulso de una economía postpetrolera, así como a la institucionalización de las ya ensayadas Misiones Sociales y de nuevas formas de participación como los Consejos Comunales[3]; que para sacar avante la nueva Constituyente se ensayó un inédito sistema electoral que, manteniendo el principio del voto universal y secreto, animó  y movilizó el voto por sectores sociales[4]; que en la actual coyuntura de la etapa, Venezuela recibió el respaldo de los 57 países miembros del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en el que se destacan países como China, Rusia, Irán, La India y Pakistán[5]; que a la cita de Lima, de los 26 países latinoamericanos, 10 Cancilleres no asistieron a firmar un Acuerdo, que tenía  como presupuesto que “Venezuela ya no es una Democracia”, como si  la de muchos de sus países, la de Brasil, por ejemplo, lo fuese[6];que, por su solidario trabajo internacional, Venezuela  será Presidente  hasta el 2019  del segundo Organismo más grande del mundo, “Movimiento de Países no Alineados”, que cuenta con 12O Miembros y 17 Observadores[7]; que en el mismo día  en que en Lima se apoyaba una condena al gobierno venezolano, 12 países de ALBA o cercanos,  Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe, aprobaron una declaración de respaldo al gobierno venezolano[8]; que el diario “Jornada” de México ha editorializado  destacando que “todos deben sacar la mano de Venezuela”[9]; que en la oposición venezolana se mueven dos sectores, uno que acepta el diálogo con el gobierno y que, en sus discursos, espacios y prácticas no armadas, debe ser respetado y protegido, y otro totalmente opuesto a un diálogo  del cual hacen parte personajes que, como Leopoldo López, Henrique Capriles, Antonio Ledezma y Maria Corona Machado, hicieron parte del frustrado golpe de Estado del 2002, a los  los que ahora la oposición presenta como demócratas inmaculados cuando ninguno de ellos ha logrado disimular sus conductas esquizofrénicas de insurrectos en las calles de Caracas y de demócratas convencidos en el interior de sus casas, así como  sus declaraciones a los Medios en las que posan como ciudadanos perseguidos. Entonces, como para preguntarse, ¿habrá en esta tierra algún  régimen político  que permita esa doble conducta tan contradictoria  en lo político y en lo ético?
Pero, ¿cómo es que se ha creado el imaginario de que en Venezuela existe una dictadura tan extrema que ha   logrado estremecer y afectar al conjunto del “social” venezolano? Sencillamente mintiendo, apelando a la no noticia  y repitiéndolo “in extremis” los Medios cartelizados de Estados Unidos, de la mayoría de los países de Europa y  de América, bajo monopolio privado, han logrado gestar una percepción en relación con la cual el repetirla, el decir que ocurrió y el reiterarla importa más que lo que realmente pasó.  El ya citado para-periodismo que, sobre todo en Europa y América,  desde meses atrás ha estado lanzando bobas mediáticas contra el gobierno de Venezuela y su  prestigio internacional, ha llegado a tal extremo que llevó al reflexivo y analítico Boaventura de Sousa Santos a modificar una decisión por él ya tomada , que nos cuenta así,
“El 26 de mayo suscribí un documentos elaborado por intelectuales y políticos venezolanos de varias tendencias apelando a los partidos y grupos sociales en conflicto a parar la violencia en las calles e iniciar un debate que permitiese una salida no violenta, democrática y sin la injerencia de los Estados Unidos. Decidí  no volver a pronunciarme sobre la crisis venezolana. ¿Por qué lo hago hoy?
Porque estoy abrumado con la parcialidad de la comunicación social europea, incluyendo la portuguesa, sobre la situación de Venezuela, una distorsión que recorre todos los medios para demonizar a un gobierno legítimamente electo, atizar el incendio social y político y legitimar una intervención extranjera de consecuencias incalculables. La prensa española llega al punto de embarcarse en la perversidad difundiendo noticias falsas sobre la posición del gobierno portugués…Los desaciertos de un gobierno democrático se resuelven por la vía democrática. Por cierto que los venezolanos pueden (incluyendo a muchos chavistas críticos) cuestionar la oportunidad de la convocatoria, sobre todo teniendo en cuenta que disponen de la Constitución de 1999, promovida por el presidente Chávez…Pero nada de eso justifica el clima insurreccional que la oposición ha radicalizado en semanas siguientes  y cuyo objetivo no es corregir los errores de la revolución bolivariana sino ponerle fin e imponer salidas neoliberales (como está  sucediendo en Brasil y Argentina) con todo lo que ello significó para las mayorías pobres de Venezuela”. [10]
No habría mucho más que añadir,  para estar del todo de acuerdo con Boaventura, si se señala que  la creación de un clima insurreccional tan extremo como el que ha buscado gestar un sector importante de la oposición, ni siquiera se justificaría si se explicitan las intenciones y  los deseos de los actuales chavistas  de desarrollar y perfeccionar  la Carta  de 1999 constitucionalizando los avances del proceso bolivariano con  elementos propios de un Estado Comunal y de un nuevo  e inédito sistema electoral, que combina sufragio universal con votación por sectores sociales.
Destapado un  primer problema, el de que en elecciones para la Constituyente, el gobierno no habría sacado, de acuerdo con la oposición,  sino 2.4 millones de votos, su lectura puede ser así:
En Venezuela, como votación, sobre todo y ante todo, de las barriadas comunales de sus grandes ciudades y de  una amplia fracción de los sectores populares  y sin el voto de las  clases altas y muy poquiticos de las medias, y sin  contar la votación de la población indígena y sin que haya habido elecciones en el exterior, hubo entre 7 y 8 millones de votos a favor de la Constituyente. El gran testigo involuntario de certificación de este volumen de sufragios, de modo paradojal, ha resultado siendo la Entidad Técnica extranjera, Smartmatic, encargada  del sistema del voto electrónico, cuyo director, Antonio Mugica,  antes de  dar su declaración en Londres después de haber abandonado, con los pies en polvorosa, a Venezuela con sus 20 empleados, denunció de modo apriorístico,
“la diferencia entre la cantidad anunciada- ocho millones o sea 41.55% del padrón electoral-  y la que arroja el sistema es por lo menos de un millón de electores, pero ahí está la información para una auditoría más minuciosa.., pues la cifra es un estimado”.[11]
No se trata de negar la posibilidad de que haya habido algún tipo de fraude que, por pequeño que sea, por su perversidad intrínseca siempre  será condenable, pero por la cantidad y consecuencias, una cosa es un fraude de un millón y otra cosa  es uno de 6 millones de sufragios, que sería la cifra fraudulenta que la oposición le atribuyó al gobierno, pues éste no habría obtenido sino 2.4 millones de votos, o sea, un 12.4% del padrón electoral. De todas maneras, ahí tiene el gobierno las cifras para cualquier auditoría independiente, lo que no puede decir la oposición, pues la misma noche de su consulta fáctica incineraron las presumibles 7.5 millones de papeletas de los participantes. Lo que parece válido es que Venezuela electoralmente se encuentra fragmentada en dos fracciones que arrastra cada una entre 6  y  7.5  millones de votos siendo unos de sus polos, el del Socialismo del Siglo XXI traducido  en  la vigorosa movilización de las Comunas Populares y, el otro, los ocho partidos o movimientos políticos cercanos a las posiciones de  una u otra fracción de la burguesía y del imperio norteamericano. Pero, lo más preocupante y grave  es que en  uno y otro extremo de la polarización se mueve  una fracción  armada. Entonces, nada tan cercano como ésta de Venezuela a la posibilidad de una guerra civil si en el corto plazo no se encuentra una salida de dialogo y de acuerdos democráticos, más   metodológicos que programáticos, pero sin injerencias externas ni de países y mucho menos de imperios.
Veamos ahora  un segundo problema, que es una mentira a rajatabla, a la  que,  exhibida así,  la opinión pública colombiana le puede brindar otra mirada, que trascienda el  perverso  cuento del castrochavismo, de modo presumible,  vigente en Venezuela:
En la economía de este país en 1998, antes de la llegada de Hugo Chávez al gobierno, el sector privado capitalista  generaba el 59.3% del Producto Bruto interno y durante toda la gobernanza  del  “socialista” gobernante venezolano ese  porcentaje se mantuvo entre el 57 y el 62.8% ubicándose  en la actualidad de Maduro  en un 58.1%, de acuerdo con información del Banco Central de Venezuela para el 2016.[12] Esto en cuanto a la producción de mercancías o de valores de cambio, que es lo típico del capitalismo. En segundo lugar, en contraste con lo que muchos creen, en este país existe una robusta clase capitalista, con sus fracciones de clase, la industrial y la comercial subordinadas a la  financiera, muy bien organizadas, que poseen  250.000 empresas. En el  Grupo Forbes, entre los más multimillonarios del Mundo aparecen tres venezolanos: Juan Carlos Escotet, Gustavo Cismeros y Lorenzo Mendoza. Mucha de  esta empiria  nos las proporciona el profesor de Economía de la Universidad Central de Bogotá,  Carlos Duque García en un corto y preciso y rico Ensayo titulado “Capitalismo, ¿fantasma o realidad en Venezuela?[13] Y para los que pregonan que en Venezuela no  ha hay una clase social asalariada sino una masa de burócratas parasitarios de un Estado Totalitario, se les puede recordar que en el país hermano para el segundo semestre del 2015 en el sector privado laboraba  el 79.3% de los trabajadores. Finalmente, habrá que resaltar que el ahorro y la acumulación de capital  en Venezuela ha tenido un origen claramente privado acompañado por una  fuerte inversión extranjera que , de acuerdo con el  Banco Mundial, para el 2014, alcanzó 27 mil millones de dólares. Ya la quisieran las clases dirigentes de Colombia.
Como reza el dicho popular al hablar de brujas, “no hay que creer en ellas, pero que las hay, las hay”, muchos ciudadanos, y sobre todo ciudadanas,  metiéndose bajo el sobaco la anterior información, parecen pregonar, “aunque no hay que creer en el socialismo, en Venezuela, que  lo hay, lo hay, pues en la época de Chávez hubo cientos y cientos de expropiaciones, sobre todo,  en los sectores vivienda y latifundios”. Cierto que las hubo en el período 2007-2009, pero no tocaron a los grandes capitalistas ni modificaron en nada el carácter capitalista de la economía, pues sólo afectaron al 1% de las 250 mil empresas ya referenciadas y a las empresas afectadas se les pagaron indemnizaciones acordadas entre el Estado y el Gran Capital, amén de que muy pronto, ubicándose aquí un primer importante error del chavismo, entraron en crisis por fallas en la gestión y por el incipiente chantaje económico de la oposición, viéndose  el Estado en la obligación de refinanciarlas vía la renta petrolera.[14] Pero, “si no hay una economía socialista, dirán otros, por lo menos su Estado  sí es un Estado Totalitario de partido único similar al existente en Cuba o al que  existía en la Unión Soviética. De todas maneras, no se  podrá ocultar que   en la tierra de Bolívar no existe un sistema político de partido único pues, cualesquiera que sean su status y posiciones, existe una oposición pluripartidista, que no participó en las elecciones para la Constituyente, porque  ella misma así lo decidió; ahora en el período  posconstituyente, algunos de esos partidos  y movimientos políticos– Acción Democrática, varios cuadros de Primero Justicia, Un nuevo Tiempo, Avanzada Progresista y Movimiento Progresista de Venezuela- han  mostrado interés en participar en diciembre en las elecciones para Gobernadores, mientras que otros- Primero Justicia, los partidos del ala pirómana como Voluntad Popular, Vente Venezuela, Alianza Bravo Pueblo y el resto del MUD-  optan por seguir en la línea insurreccional de desobediencia y no participación electoral.[15]   
 Aunque en Venezuela, durante todo el proceso de la revolución bolivariana, han asomado la cabeza elementos y notas de un embrionario “Estado Comunal”- noción todavía en debate  que desliza  la idea de Comunas autogestionarias como expresión del gobierno del Pueblo[16]- el que se ha mantenido, y hasta profundizado, ha sido el viejo Estado Petrolero, de inspiración liberal, que es desde donde  Maduro ha echado mano para derivar los dispositivos institucionales necesarios
1.      ya para defenderse de un amplio sector de dirigentes de la oposición con su periódica  convocatoria a  un nuevo tipo de insurrección, una ”burguesa-pequeño burguesa-untada de pueblo”, conducta defensiva que  es legítima para cualquier gobierno  que haya sido  elegido de modo legal constitucional; al frente de la oposición, con apariciones periódicas y oportunas, ha habido una vanguardia violenta armada que ha tenido distintas presencias como, por ejemplo, el intento de toma  de la Base Francisco Miranda el 19 de abril de 2017 y ahora  con la rebelión en el Fuerte  Paramacay[17], liderada por el excapitán Caguaripano retirado desde el 2014 de la Guardia Nacional,  con lo que se ha buscado crear la sensación de muchas fracturas en el Ejército, así como animar una reacción en cadena en el resto de las instalaciones militares, evento que hasta ahora no ha despegado;
2.       ya para reprimir, lo que es cuestionable,  a algunas corrientes críticas del chavismo y de  la oposición desarmada siendo en el tratamiento de este eje político donde Maduro más ha fallado ;y
3.      ya para aislar a ciertos sectores chavistas armados, pues un signo destacado de los nuevos gobiernos, entre ellos el de la Revolución Bolivariana, que durante las dos últimas décadas se han instaurado en América Latina ha sido el de empujar importantes cambios y transformaciones sociales sin apelar a los fusiles.
Destapados, entonces, la economía y el  Estado, esto es lo que se observa en Venezuela: Una economía capitalista y un Estado liberal en profunda crisis con dos fuerzas sociopolíticas bordeando las orillas de una guerra civil si, en el corto plazo, no encuentran en el régimen político una salida para negociar no un  Modelo de Sociedad y de Estado, que para cada parte objetivamente  es distinto, sino para pactar, sin armas en la mano y sin intervenciones extranjeras inadecuadas e irrespetuosas, un conjunto de reglas de juego político-electorales-culturales que reorienten por los cauces de la democracia participativa sus respectivas luchas ideológico-político-programáticas.
Es por todo esto porque no podemos si no estar de acuerdo con la conclusión a la que llegó  Carlos Duque García en su ya citado Ensayo,
Las políticas económicas del chavismo (controles de precios, subsidios, expropiaciones marginales, etc.) no han cambiado el carácter capitalista de la economía venezolana, ni constituyen la expresión de una revolución social que haya derrocado a la clase dirigente, sino más bien una reforma social en el marco del respeto al gran capital, nacional y extranjero.  Y la indudable crisis de abastecimiento e inflación desbocada no es otra muestra del fracaso mundial del socialismo, sino acaso del mal manejo de una economía capitalista por parte de un gobierno intervencionista”. 
 Entonces, dada la posibilidad potencial de que la situación interna en Venezuela devenga en una guerra civil, en lo político y en lo ético urge propiciar y afianzar los diálogos internos entre el Gobierno y la Oposición legal para producir rápidos y oportunos acuerdos de índole más metodológica que programática.

1.      Una corta y necesaria historia del Chavismo
De acuerdo con Luigi  Ferrajoli, un Estado no se justifica a sí mismo, sino que sólo se legitima por su importante función instrumental en la medida en que de modo progresivo haga vigentes, a través  de leyes y dispositivos efectivos especiales, el conjunto de los derechos de los ciudadanos.[18] Una buena parte de ls reformas constitucionales que hubo en América Latina en las dos últimas décadas del siglo pasado tuvieron como referente  a la avanzada liberal  logrando algunas de ellas alcanzar la condición de un Estado Constitucional tal como lo ha definido el jurista italiano contándose, entre ellas, la Constitución venezolana de 1999, impulsada por Hugo Chavez y el incipiente chavismo bajo la denominación 

 Notas de Pie de página. 

[1] . Diez Rodriguez, Angeles, profesora de la Universidad Cumpletense de Madrid, “Cómo no dar una noticia. Paraperiodistas españoles ante la Constituyente venezolana”, 09-08-2017.
[2] . “ONU afirma que Venezuela  no amenaza l paz mundial” www.resumenlatinoamericano.org, 13-08-2017.
[3] .¿Para qué la Constituyente? www.telesurtv.net, 03-04-2017.

[4] . “Tres Preguntas sobre la Constituyente en Venezuela”, www.telesurtv.net, 05-08-2017:
[5] . “Venezuela recibe el apoyo de 57 países en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU2, www.mundo.spuniknews.com , 22-06-2017.
[6] . www.cooperativa.cl, 16-08-2017.
[7] . “Venezuela asume presidencia del Movimiento de Países no ALIEADOS”, www.resumenlatinoamericano.com, 15-09-2016.
[8] . “Qué es ALBA?”,  www.miraicri.org,
[9] .”Todos deben sacar la mano de Venezuela”, www.jornada.unam.mx, int.search.tb.ask.com .
[10] .Boaventura De Sousa Santos, “En Defensa de Venezuela”, www.jornada.unam.mx, 28-o7-2017.
[11] . “La Empresa encargada del voto electrónico con conforma el fraude  en la Constituyente de Maduro”. BBC. Las2orillas, www.las2orillas.co, 02-08-2017.
[12]. Idem
[13] . Duque García, Carlos.”Capitalismo ¿fantasma o realidad en Venezuela?, www.razónpublica.com, 31-VII-2017.
[15] .Hernández, Clodovaldo, “La oposición está metida en un “trancazo”, www.supuestonegado.com.
[16] .Denis, Roland, “Estado Comunal o Revolución Comunal”, www.aporrea.org, 15-01-2014.
[17] “.Fanb repelió ataque contra el Frente Paramacay”, www.albaciudad.com,
[18] .Farrajoli, Luigi

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